12° Canciones

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Las horas aquí se pasan muy rápidas, sumergirme tanto en el trabajo no creo que sea bueno, ya es de noche y no hay casi nadie en mi planta. Pero supongo que es mejor que estar en esa casa con Mikel merodeando por ella.

Recojo todas mis cosas y salgo del edificio. Veo el coche negro de Mikel aparcado, es el único en todo el aparcamiento. Me dirijo hacia él y abro la puerta del copiloto asustando a Dave quien estaba profundamente dormido.

—Lo siento. —Intento reprimir una carcajada.

—Oh, eres tú. —Se frota los ojos y enciende el coche para ponernos en marcha. —No sabes lo que me has hecho pasar con Mikel. —Dice mientras conduce.

—¿El que? —Pregunto curiosa, espero que no me haya delatado.

—Pues ayer Mikel me llamó diciendo que no estabas en la casa, así que le dije que estabas conmigo y que habíamos salido a tomar algo por ahí. La verdad es que se cabreó mucho, pero para cuando llegué, él ya estaba dormido. Y esta mañana he salido temprano para que no me viese, le he dicho que querías entrar antes al trabajo. Así que si te pregunta, ayer te divertiste, te fuiste a dormir y te levántaste temprano para ir a trabajar como la chica responsable que eres. —Aparta su mirada de la carretera y me sonríe.

—Dave, te debo una muy grande. Gracias. —Le devuelvo la sonrisa. 

—Ya pensaré en cómo cobrarmela. Alomejor te pido que me falsifiques una firma. —Se encoje de hombros.

—No soy muy buena en eso, te lo aseguro. —Río recordando todas aquellas veces que intente falsificar la firma de mi madre para que no viese mis suspensos.

Nos quedamos un rato en silencio. Últimamente Dave y yo habíamos entablando una especie de relación amistosa, más o menos... Así que cada vez me costaba no preguntarle cosas sobre él, ¿y qué mejor momento que este?

—Oye Dave... ¿Te puedo hacer una pregunta? —Le observo detenidamente, la última vez que le pregunté cosas sobre él reaccionó mal.

—Claro. —Sorprendentemente accede sin rechistar.

—¿De qué conoces a Mikel? —La pregunta escapa de mis labios, sinceramente es algo por la que tengo mucha curiosidad.

—Es mi hermano. —Responde al instante.

Le miro sorprendida, no se parecen ni en lo más mínimo.

—Pero...

—Soy adoptado. —Me interrumpe. Un silencio se instala entre nosotros hasta que vuelve a hablar. —¿Ese policía es tu novio?

—¿Eh? —Su pregunta me toma por sorpresa. Le miro y veo una atisbo de diversión en su cara.

—¿Creías que no te iba a preguntar nada después de que tú lo hicieras?  —Ríe. —¿Lo sois? —Inquiere.

Siento mis mejillas arder. —No... Bueno sí... No lo sé. —En verdad no hemos hablado de en qué punto estamos. —Estamos en ello. —Sentencio no muy segura.

Vuelve a reír y nos volvemos a sumir en un silencio hasta llegar a la casa.

—Mike no está en casa. —Me informa mientras mira su móvil. —Se ha ido a hacer no se qué mierda. —Guarda su móvil y saca las llaves de casa. —Yo me voy a dormir, últimamente sales muy tarde del trabajo y me toca esperar en ese incómodo asiento. —Tira las llaves a un lado cayendo en una mesita del recibidor.

—Lo siento. —Sonrío en modo de disculpa.

—No te preocupes, es mi trabajo.

Y antes de que pueda preguntarle por qué aceptó ayudar a Mikel, sube las escaleras y se encierra en su cuarto.

Lo hice por él [Venganza #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora