14° Protección

686 49 0
                                    

Mikel Basg:

Me despierto con un ligero dolor de cuello, supongo que dormir sentado fue una mala idea. Bostezo y miro hacia abajo, la cabellera negra de Nina se esparce por todo mi pecho, su respiración tranquila y constante golpea contra mi camiseta. Sonrío al ver lo calmada que se encuentra en estos momentos. Ayer estaba devastada, y eso no se lo voy a perdonar a Fred. Frunzo el ceño mientras trato de colocarla en la cama sin que se despierte. Con mucho cuidado, me levanto y me dirijo al cuarto de baño.

Termino de ponerme el traje para ir a la conferencia que tengo. Ayer no terminamos de sellar el trato, por lo que hoy dejaremos todo claro.

Me acerco a Nina y veo como está espatarrada en la cama. Suelto una risa por lo bajo al ver su mano en la cara de Dave. Me agacho y la doy un beso en la frente.
Me doy la vuelta y salgo de la habitación. Pero antes de salir del hotel debo hacer una cosa.

Empiezo a aporrear la puerta con bastante rabia, ese imbécil me va ha escuchar. La puerta tarda en abrirse, y cuando lo hace, veo a Fred semidesnudo con unos pelos de puto loco y frotándose los ojos. No tardo en abalanzarme sobre él y cerrar la puerta tras de mí.

—¡Eh! ¡¿Pero qué coñ—No le dejo terminar, sin pensármelo dos veces estampo mi puño en su mandíbula haciendo que suelte un gemido de dolor.

Cae al suelo y lleva su mano hacia donde le he pegado. Me agacho y me siento sobre él para limitaré los movimientos y así tener todo el control de la situación.

Le aprieto el cuello y vuelvo a golpear su estúpida cara.

—¡Esto te ayudará a pensartelo dos veces antes de hacer daño a Nina! —Le pego en la nariz sintiendo cómo se dobla hacia un lado y manchando mi mano de sangre.

Grita de dolor y lleva sus manos hacia su nariz mientras las lágrimas salen de sus ojos.

—¡¿Pero qué dices?! ¡Yo no he hecho nada! —Habla confuso.

Sonrío sin gracia, este estúpido iba tan borracho que ni se acuerda.

—No te vuelvas a acercar a ella. No la toques, no la mires, y ni se te ocurra pensar en ella, porque si lo haces, te juro que eres hombre muerto. —Le amenazo cogiendo su cabeza y estampandola contra el suelo.

—Te voy a denunciar hijo de puta. —Escucho su voz desgarrada a mis espaldas.

—Adelante, mientras no te acerques a Nina puedes hacer lo que quieras conmigo. —Cierro la puerta de un portazo y salgo del edificio.

Voy al servicio del hall del hotel y me lavo las manos, menos mal que no ha salpicado a mi traje. Creo que esa paliza ha sido suficiente como para que no se vuelva a acercar a Nina.

Salgo del hotel y me dispongo a ir hacia la reunión.

Nina Soley:

Un tremendo dolor en mi cabeza me despierta, esto es insoportable. Me levanto y al abrir los ojos veo a Dave. ¿Y Mikel?

Los recuerdos de anoche se agolpan en mi mente y siento unas terribles ganas de llorar, pero no lo haré, ayer ya fue suficiente.

Me saco el vestido y me pongo una camiseta de uno de los chicos. Cojo la tarjeta de la habitación y salgo decidida hacia mí habitación donde están mis cosas.

Respiro hondo y toco la puerta. Una, dos, tres veces y nadie abre.

—¡Fred! —Grito. —¡Sé que estas ahí! —Vuelvo a tocar y al instante la puerta se abre dejándome ver a Fred ensangrentado.

Abro mis ojos de par en par y siento mis manos temblar. —¿Quién te ha hecho esto? —Me acerco a él pero rápidamente retrocede.

—No te acerques. —Su voz temblorosa y llena de miedo me hace preocuparme aun más. —La próxima vez controla a ese animal que tienes por novio. —Escupe las palabras con asco.

—¿Mikel? —Mi respiración empieza a agitarse, ¿cómo es posible que le haya hecho esto? Teníamos un trato.

—Eres una zorra. —Frunzo el ceño descolocada. —Venimos hasta aquí para que te acuestes con ese cabrón... Que imbécil he sido.

Vale, un momento. ¿Qué está pasando aquí?

—¿Y me lo dices tú? ¿Acaso no recuerdas lo de ayer? —Le recrimino. 

—Otra... ¡Ayer no hice nada! No me acuerdo...

—Que no te acuerdes no significa que no hiciste nada. —Intento controlar el nudo que se me está formando en la garganta. —Me hiciste mucho daño.

—No creo que pensaras lo mismo cuando estabas en la cama de ese desgraciado.

—¡No me acosté con él! ¡No he follado con nadie! Pero tú no puedes decir lo mismo. —Sus ojos se abren más de lo normal. —¿Qué pasó con la chica con la que estabas follando ayer? —Suelta un suspiro como si lo recordara. —Y que te doy pena ¿no? Maldito imbécil.

—No, no, Nina. Ayer estaba borracho, no era consciente de mis palabras yo—

—Dicen que los borrachos dicen la verdad... —¿Será estúpido? —Pues ayer me dejaste muy claro lo que significo para ti. —Voy a un lado de la habitación y empiezo a recoger mis cosas.

No escucho sus súplicas, tampoco quiero escucharlas. Es un maldito imbécil.

—¡Pues bien! Eres una maldita zorra. ¡Vete con tu novio e iros a la mierda! —Me grita acercándose a mí y empujándome haciendo que caiga al suelo.

¿El trato?  Por mí como si le metes un balazo entre ceja y ceja, Mikel.

Los gritos de Dave se hacen escuchar, me mira a mí y luego a Fred. No duda ni un segundo en ir hasta él y partirle la cara.

Me levanto enseguida y le cojo de los hombros intentando que se aleje de Fred, quien creo que ya está inconsciente.

—¡Para, Dave! ¡¿No ves que ya está inconsciente!? —Intento girar su cara para que me mire y así lo hace.

Sus ojos se inundan de lágrimas y me abraza. —Lo siento. —Empieza a llorar.

—Eh... Tranquilo... —Empiezo a acariciarle el pelo y eso parece calmarlo. Un recuerdo vago de Mikel haciéndome lo mismo me hace sonreír. —Venga, vamonos antes de que alguien venga. —Cojo mi maleta y subimos a la habitación.

Dejo la maleta a un lado y dirijo a Dave para que se siente en la cama.

—Te has destrozado los nudillos. —Digo mirándoselos con una mueca de dolor, le debe estar doliendo mucho, están hinchados y con la piel levantada sangrando.

—Ha valido la pena... —Sonríe.

—No tenías porqué hacerlo. —Le acarició la mejilla mientras él cierra los ojos.

—En el tiempo que llevas con nosotros, te he cogido mucho cariño, Nina. —Coje mi mano. —Eres como una hermana para mí. —Hace una pausa. —La hermana que nunca tuve. —Me sonríe tiernamente y siento como mi corazón de derrite poco a poco. —Siento que debo de protegerte, a toda costa. Y cuando vi como ese imbécil te tiraba al suelo, yo... —Veo como su labio empieza a temblar y le atraigo hacia mí envolviendole en un abrazo fuerte. —Lo siento.

—No lo sientas, gracias. —Sonrío y beso su cabeza.

Nos pasamos los minutos así hasta que dejó de llorar. Yo también le había cogido cariño a Dave, y si él me veía como una hermana, era todo un honor para mí.

Lo hice por él [Venganza #2]Where stories live. Discover now