Discusión

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Capítulo 8

Recién abría mis ojos esa mañana y mi primer pensamiento fueron los ojos de esa chica. Esos ojos a punto de llorar, pero parecían unos profesionales en controlar sus lágrimas.

Tal vez era una experta en reprimir sus emociones y no demostrar lo que en verdad sentía. También tenía curiosidad sobre el por qué se había sentado a mi lado y luego no me había respondido. Era algo incomprensible.

Haría que Elie se disculpara con ella, eso era seguro. En cuanto a mi hermana, ni siquiera me miraba desde nuestra conversación el día anterior. Por momentos sentía que había sido muy duro con ella pero fue necesario, sino la enseñaba yo nadie más lo haría.

La verdad tenía unos planes en concreto para ese día y eran salir a correr y ayudar a mamá a lavar la ropa. Me dispuse a salir de casa. Esta vez planeaba correr por el borde de una bahía cercana.

..

Pronto había comenzado a cansarme un poco, pero amaba la sensación del viento contra mi rostro por tanto continué y ese olor a mar que tanto disfrutaba daba resistencia, la bahía estaba un poco solitaria pues estábamos en invierno y el mar en esa época no suele ser muy visitado. Tan sólo se vehía una que otra persona por los alrededores, una mujer sentada con lienzo delante dibujando las enfurecidas olas. Por otro lado, un par de hombres conversando, tal vez de sus prósperos negocios.

Me senté en una roca a pensar un poco, el paisaje tan placentero, una oleada de nostalgia vino a mi. De forma inesperada, una mano tocó mi hombro automáticamente mire hacia arriba y era Albert me miraba con una agradable cara de sorpresa.

—¿Qué tal? —pregunté.

—Me da gusto verte ¿Qué haces por aquí?

—Vine a correr —respondí con una sonrisa.

El se sentó a mi lado y miramos unos segundos en silencio al mar.

—Así que en verdad haces ejercicio —afirmó.

—Me encanta

—Presiento que este será el inicio de una bella amistad —me atreví a decir.

—Espero que así sea

—¿Y como vas con el problemilla del que hablamos la otra vez? —inquirió levantando una ceja.

Sabía a lo que se refería, pero hacerme el tonto era mi mejor defensa para evitar esa conversación.

—No se a que te refieres.

Supongo que notó en mi cara la amargura.

—¿Pudiste alejarte de ella? Tal vez, ¿olvidar?

Podía haberle metido, pero al hablar con el me sentía tan a gusto que no me atreví.

—Despues de la charla que tuve contigo la ví y no sé que me pasa, pero siento que no puedo. Tal vez si me dijeras el por qué, todo sería más fácil.

Su rostro pasó de estar interesado en la conversación a clavar la mirada en el mar sin ganas de decir nada. Frunció un poco el ceño y volvió a mirarme.

—Se trata de su padre, creo habertelo dicho, pero es alguien que puede destruirte la vida en minutos y... No vale la pena arriesgarte tanto sólo por una chica —aclaró.

Se me daba bien eso de "manipular" a la gente para que me dijera lo que buscaba, no era mi método preferido pero daba resultado.

—No se trata de sólo una chica. Creeme si estubiera en mis manos ya lo habría dejado atrás, pero.. aveces siento que me cuesta demasiado —confesé.

La dama del sombrero (TERMINADA)Where stories live. Discover now