Soledad

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Capítulo 11 DEDICADO A EodumXoXo

Después de la conversación con Elie ayer decidí tomarme el día como una especie de "vacaciones" y jugar con mi hermana, pues hacía mucho que no le dedicaba tiempo y si no lo hacía yo, no lo haría nadie pero eso es algo que ya conocen.

Las muñecas, peluches y títeres digamos que no son de mis favoritos pero Elie tenía varios de cada uno. Recientemente le había comprado algunos, más los que sacamos de las viejas cajas de mudanza que ni nos atrevimos a tocar meses atrás. Los sacados de la caja tenían un aspecto bastante perturbador por el tiempo que llevaban guardados, pero aún así mi hermanita encaprichada en ellos.

—¿Por qué no estás concentrado en el juego? —preguntó la niña chismosa.

—Si lo estoy, mira, el señor topo quiere beber té —respondí ridículamente con un peluche de topo en la mano agitándolo.

La verdad es que al decir que estaba concentrado mentía, pues mi mente seguía en la conversación de ayer sobre mi madre y ese dinero, en la tristeza de papá; en Monik, sus cicatrices y sus múltiples secretos.

Y pensar en ella fue todo lo que necesité para tener el impulso de hablarlo con mis padres y en ese momento, que estaban los dos allí, debía decírselo.

No se por qué, pero me sentaba mal guardarles como un secreto algo tan importante. Después de todo no había nada confirmado pero aún así quería que lo supieran.

..

Con todos sentados en la sala, incluida Elie, me dispuse a hablar:

—Mamá, Papá... Me interesa una chica.

Ambos parecieron sorprenderse mucho y me alegró ver la pequeña sonrisa de mi padre, mientras que mi madre parecía pensativa por lo que no sabía en cuál de sus personalidades se encontraba ese día.

—Wao hijo me alegro mucho, la verdad es que creí que te sería difícil encontrar una chica digna de ti en este país lleno de engreídos.

Sonreí un poco ante el comentario de mi madre, la verdad es que lo verdaderamente difícil es que yo esté a la altura de lo que necesita Monik en su vida.

—¿Cómo se llama? —indagó mi madre.

Dudé un poco sobre si decirlo o no, pero ya había dicho lo más difícil.

—Monik.

—Tiene un nombre de ricachona, para ser una chica común —opinó mi padre.

¿Qué le hacía pensar que se trataba de alguien pobre? A pesar de que no estaba seguro, Monik era evidentemente alguien adinerada pero la diferencia de clases sociales no sería de nuevo un impedimento en mi vida, no con ella.

Decidí guardar silencio ante el comentario de mi padre para evitar conflictos.

—¿Cómo se conocieron? —inquirió mamá.

Parecía bastante interesada en Monik, casi podía jurar que al oír su nombre ella se tensó un poco. Pero aún así no estaba seguro.

—Pues te contaré, todo comenzó en la calle Spigman. Ell.. —Elie comenzó a decir y mi madre la cortó —¡¿Pero esa no es la calle de los ricos?! —gritó con enojo.

—Lo es —confirmé.

—¡¿Pero no se trata de una chica común?! —exclamó mi madre aún más enojada.

—Nunca dije eso.

Mientras ella se encontraba alterada con su mirada clavada en mí, papá miraba al vacío con lo que pareció ser ¿preocupación? Jamás estaría seguro del todo.

En cambio Elie miraba hacia abajo incrustada en su silla con las piernas recogidas y la cabeza entre ellas. Evidentemente notó su metedura de pata.

El aire se tensó en mi familia  y ahí fue cuando cuando comencé a arrepentirme.

—Entonces es rica —susurró mi padre, más para sí mismo que para nosotros.

—¿Qué no piensas regañarlo? —volvió a gritar mi madre.

Elie se levantó de su asiento y con los ojos llenos de lágrimas habló:

—¡Paren de una vez! Ustedes no la conocen. A mi tampoco me caía muy bien pero ella siempre ha sido la que más dinero me ha dado. Y mira ——Señaló sus zapatos —Estos me los dió ella.

—Jayled, eres menor de edad aún, así que si quieres seguir viviendo bajo este techo no te acercarás a ese tipo de gente.  Tampoco me importan las palabras estúpidas de una niña que no sabe lo que es el mundo y lo dura que es la vida —impuso mi padre.

Yo estaba callado pero sus palabras hacia Elie despertaron en mi una ira que era incapaz de contener.

—Esa niña de la que hablas es tu hija, tu eres su padre aunque no actúes como tal.

Mi intensión era darle en lo más profundo de sí, lo merecía.

—Ahora que la has lastimado tienes una razón para pensar y llorar todas las noches como acostumbras.

Tal vez fui demasiado lejos, tal vez eso fue algo que no debí decir. Pero la conciencia me pinchó tarde. Demasiado.

Él, tan sólo miró a Elie que seguía llorando y se fue a su habitación. Por otro lado mi madre se había levantado sin dirigirme la palabra y cuando volteó los ojos supe lo sólo que me encontraba en el mundo. Menuda familia me había tocado. Ahora faltaba consolar a la pequeña.

Yo también me sentía mal, también me dolía que mi familia no me apoyara en nada pero a mí nadie me consolaba. No se por qué pero la cara de Albert me vino a la mente en ese instante y ya era hora de hacerle una visita a su tienda.
¿Elie, te apetece salir a dar una vuelta?

N/A
Quiero agradecerles a ustedes bellas lectoras/es que han estado desde el principio y siguen aquí. Por ustedes me esfuerzo en hacer de este libro lo mejor posible.
¡Lindo día, tarde, noche!

La dama del sombrero (TERMINADA)Where stories live. Discover now