Infierno

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Capitulo 31

NARRA MONIK

Afortunadamente la mamá de Jayled estaba bien, un poco aturdida y diciendo incoherencias, pero bien.

—No puedo creer que él sea tu padre —susurraba aún con los ojos cerrados.

Su cabeza se encontraba en el regazo de su hijo, mientras yo le acariciaba la mano para calmarla. Era extraño como minutos antes recibió a mi padre como si lo conociera. Bueno, la verdad no le di demasiada importancia a eso ya que mi padre era una figura pública, todo el mundo lo conocía. El guapo, millonario y deseable Thomas Wembley. Para ellos, un fornido rubio de figura atractiva, para mí una pesadilla hecha persona.

—Ya está, ya se fue, todo ha pasado —dije con intenciones de ayudar.

La verdad yo tampoco podía creer que ese hombre fuera mi padre, era todo menos un ser humano. Los recuerdos de sus golpes en mi niñez, las repetidas veces que discutía con mi madre hasta hacerla escapar, todo eso me hacía daño incluso muchos años después.

....


DIAS DESPUÉS

Mientras pasaba mis días evitando a mi padre, a la vez Jay y yo ideabamos un plan que, si salía como esperábamos, todo en mi vida cambiaría de forma drástica.

—Jay, entonces ¿Estás de acuerdo? —pregunté por última vez.

Él, por su parte, alternó la vista entre el papel, el lápiz que sostenía y yo.

—Creo que aún quedan cabos sueltos. Además, hay cosas que aún no entiendo.

¡Qué frustrante! Era demasiado difícil acabar con ese hombre, con todo su poder, sus influencias y sus escasos escrúpulos. También, muy dentro de mí me sentía algo mal, me preocupaba que alguien saliera herido de nuevo por mi culpa. Odiaba la idea de meter a Jay en eso, esa batalla con la que por años lidié sola hasta que desistí. Pero ahora era diferente, ahora tenía una pareja, y quisiera o no mis problemas también eran los suyos y viseversa.

Todo eso me hizo recordar todas las veces que intenté denunciarle y las "faltas de pruebas"actuaban en mi contra y a su favor. Todos me daban por loca, una loca que se pegaba a sí misma para salir de la tutela de su padre. Hasta que todo eso dejó de importarme, hasta que desistí y me apegué a lo que me había tocado vivir. Un infierno.

—¿Qué parte no entiendes? ¿La de provocar que me pegue delante de ese policía amigo de Albert con el que hablaste? ¿O la parte en la que llegas tú con todas las personas de tu zona que lo vieron pegarnos para que testifiquen a nuestro favor? Estoy 90% segura que puede funcionar, no hay posibilidad de que se escuden tras la falta de pruebas, el pueblo se los comería vivos —dije todo eso con un claro aire de superioridad del que después me arrepentí.

Él miró serio.

—Es que no puedo soportar verlo golpearte de nuevo —admitió por fin con esa cara de cachorro abandonado.

Amaba eso de él, pero no había tiempo.

—Escucha, sé que te duele. En tu lugar pensaría exactamente igual... —hice una pausa para tomar su rostro con mis manos —Pero también me sacrificaría si eso significa que salieras de ese dolor.

Me miró nuevamente, esta vez con un rostro vulnerable, estaba lejos de ser ese chico fuerte, valiente y decidido que yo conocía. Ví el miedo en sus ojos. Un miedo que yo conocía muy bien y sabía cómo lidiar con el, pero Jayled no, no estaba acostumbrado a eso.

—Sí te sientes mal, no tienes que hacerlo. Yo creo..., creo que tal vez puedo sola —mentí.

La verdad estaba segura de que sola era imposible, lo había intentado una y mil veces en vano. No tenía la credibilidad de la policía, pero tampoco pensaba inmiscuir otra persona a la fuerza.

—Sabes que esa no es una opción.

Eso fue todo lo que dijo para luego tomarme de las manos, con los codos apoyados sobre la mesa.

—¡Hagámoslo! —finalizó con un rostro más relajado.

...



NARRA JAYLED

Había llegado el día, ese día que tanto temía. No le había confesado a Monik que tenía miedo, de hecho, aveces intentaba negarmelo a mi mismo. Estaba aterrado, pero no por mí, sino por ella. No estaba seguro de poder controlarme al verlo golpearla, existía la posibilidad de que mi temperamento arruinara el plan y no quería eso. Quería sacar a ese hombre para siempre de la vida de mi chica, quería dale todo lo bueno que ella merecía, sumarle alegrías y restarle tristezas.

Me encontraba en mi respectivo puesto con algunas personas a mi lado para que presenciaran todo, Monik también estaba de camino. Planeaba retar a su padre públicamente usando argumentos que, según me dijo, serían infalibles. Ella iba a herir lo más preciado para su padre. Su ego.

Todos estábamos en el lugar y el momento indicados. Yo junto al pequeño grupo mirábamos todo a una distancia prudencial. En cuanto le levantara la mano todos correríamos y, ante la opinión pública, él pararía de golpearla y entonces Albert llegaría con su amigo el policía y su grupo. Ese sería su fin. Aún recordaba lo poco que me costó convencer a Albert de ayudarme. Él conocía a la familia de Monik hacía mucho tiempo, pero era uno más de todas esas personas que jamás se atrevieron a interferir con el único propósito de no salir perjudicados. Pero ese día, estuvo para nosotros resuelto a apoyarnos. Tal vez la culpa lo hizo cambiar de opinión.

En poco tiempo pusimos el plan en marcha.

—Tú provocaste que mamá y yo nos fuéramos de casa —gritó Monik a su padre a todo pulmón.

Lo miraba desafiante y sin miedo, había cambiado mucho. Ya no era esa chica con rostro triste y el miedo en los ojos, se había convertido en una mujer que luchaba por lo que quería y sabía aceptar la ayuda cuando la necesitaba.

—Yo no hice nada, tu madre era una perra que no sabía respetar la autoridad —respondió Thomas aún sin lanzar un golpe.

Monik debía conseguir eso lo antes posible.

—¿De verdad eres tan estúpido para no darte cuenta? ¡Ella nunca te amó! Bájate de esa nube en la que vives, el mundo no gira a tu al rededor. Ella seguramente después de tí encontró otra persona que le gustaba más y por eso no volvió —atacó Monik esta vez sin escrúpulos y con ese golpe tan bajo arruina autoestimas.

El señor Wembley apretó la mandíbula y cerró los puños. Su palido rostro se volvió ligeramente rojo y su pié derecho comenzó a temblar. Estaba a punto de estallar. Hasta que no pudo más y empujó Monik contra el piso, su sombrero por el impacto avanzó un poco más adelante que su cuerpo, hasta que mi pecho comenzó a doler, no podía soportarlo.

Jayled, debes controlarte, aguanta, falta poco, intentaba repetirme una y otra vez todo eso. Hasta que no pude más y...

N/A
Holis, aquí el capítulo, estoy enferma de nuevo😭 así que lamento haber tardado estos dos días.
En fin  ¿Todo bien en casa?
Les quiero💜
¿YA VIERON QUE LLEGAMOS AL 1K? MIL GRACIAS

La dama del sombrero (TERMINADA)Where stories live. Discover now