¿Una cita?

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Capítulo 12 DEDICADO A Naig0505

Capítulo 12

Recién descubría un pasatiempo de Monik y me encontraba muy entusiasmado haciendo fila con el pequeño papel entre los dedos. Ella me había invitado a un show de violín, resulta que cada vez que la veía pasar era en dirección a sus clases de violín y canto, cada cosa que iba descubriendo de ella me parecía más impresionante.

Estaba tan emocionado que no noté que ya era mi turno de entregar la invitación a la persona encargada de la entrada. Se la dí y seguí el tumulto de gente. Por un momento me sentí pequeño y fuera de lugar ese espacioso ¿teatro?
Mientras buscaba mi asiento observé cada centímetro de allí con interés.

El techo era la viva imagen de la inmensidad mientras que por el suelo, espacioso también, habían infinidades de asientos ocupados y vacíos. Y que decir de la gente, hombres todos vestidos de traje y etiqueta, mujeres con voluptuosos vestidos que parecían gritar ¡mírame!

Opté por sentarme en la fila del medio, bastante cerca del escenario. Quería verla de cerca. Todavía no me podía creer que me hubiera invitado ¿Acaso era una cita? Pues no estaba seguro pero, sólo ella lograba volverme tan feliz y positivo entre tantos problemas a mi alrededor. Debido al glamour de mi alrededor, no pude evitar sentirme inferior. A pesar de eso mantuve mi mejor cara de entusiasmo.

Justo cuando todo se oscureció y la luz se centró sólo en el escenario salió ella, como un ángel en medio de las cortinas.

Traía un fabuloso vestido de aro color escarlata, bastante similar a los del resto de las chicas, pero ella destacaba por encima de todas, al menos para mí. Sus cicatrices estaba todas cubiertas de tela extra del vestido y su cara angelical traía máscara en lugar de sombrero, me tenía embobado. Y entonces comenzó a tocar, no sabía mucho de ese tipo de canciones o si quiera de música, pero ella se veía bastante cómoda en ello ya que era evidente que se encontraba en su zona de confort.

No entendía el por qué de la máscara pero, no interfirió en el show pues su talento era notorio. La canción que tocó nunca la había escuchado pero aún así la disfruté, sobre todo después de oír esos aplausos que me emocionaron aún más. Me sentía como un padre orgulloso ante un logro de su hija, casi lloro.

Ella, por su parte, se le veía muy cómoda y nada tímida, hizo una reverencia en agradecimiento y se fue cortinas a dentro. El resto del show no era de mi interés.

..

—¡Has tocado precioso! —elogié nuevamente.

Ella esbozó una sonrisa pícara y caminábamos. Se había acabado el show e íbamos de vuelta a la ciudad sin destino fijado. Las calles empedradas por las que tanto corrí sólo, hoy eran testigos de mi turbulento intento de romance.

—Pues sí. ¿Te gustaría ir a cenar? Es bastante tarde —invitó.

—Diré que sí con la condición que me permitas pagar, ¡es tu noche! Lo mereces...

—Está bien.

Caminábamos rumbo al restaurante William's Exquisite. Era conocido por su comida deliciosa y bajos precios, era todo lo que podía hacer por ella.

—Jayled ¿Cual es tu mayor sueño? —preguntó de la nada.

Me lo pensé un par de minutos. La verdad, no había pensado mucho en ello, mi vida no iba más allá de salir a pedir limosna y lidiar con mi estresante familia. Pero aún así había algo que amaba.

—Bueno, viajar es algo que me gusta mucho y correr también. Sólo conozco dos países pero me gustaría visitar más. Aún así mi verdadero deseo es imposible, no creo que darle la vuelta al mundo corriendo sea algo lógico.

Estallamos en carcajadas.

—Lo lógico es aburrido y las reglas aveces cansan así que lo nuevo motiva —dedujo con inteligencia.

—Sabias palabras Monik, ¿Cual es el sueño tuyo? —pregunté.

—Te lo diría, pero no podrías entenderlo.

—Oh, vamos ¡yo te confesé mi loco deseo!

Pinché su mejilla con mi dedo. Ya íbamos más en confianza.

—La verdad, además de la música nunca he sido capaz de aspirar a algo más. Tan sólo he deseado una cosa y es en mis peores momentos. He llegado a desear que el mundo se dentenga y dejar de existir per... -corté sus palabras antes de que la negatividad se apoderada de sí.

—Lo que sea que te haga pensar así, pasará. Puedes afrontar los problemas si recuerdas que después de la lluvia siempre sale el sol.

No se en que momento pasamos de estar separados a mi mano junto a la suya. La mía era muy cálida y la de ella como la nieve. Y ahí quise acercarme y romper la poca distancia que nos separaba, pero no me atreví.

—Hemos llegado —me informa.

El lugar era muy cálido y acogedor. Entramos y buscamos una mesa de la esquina que tenía poca visibilidad entre las demás, no sabía por qué pero ella le gustaba estar alejada de las miradas de la gente. Había notado que, mientras pudiera, prefería no ser el centro de atención.

En poco tiempo nos encontrábamos cenando tranquilamente y en silencio. Por inercia la miré mientras estaba desprevenida. Visualicé e intenté memorizar cada gesto, cada... todo.

Nunca creí que sería posible sentir algo tan raro y a la vez agradable. Mientras cenábamos, mi mente dió vueltas y me di cuenta que debía actuar pero, aún así los impedimentos y las barreras que nos ponía la vida eran demasiado altos. Demasiadas diferencias y, en mi caso, demasiados problemas familiares. Por otro lado ella escondía muchas cosas y no tenían pinta de ser buenas.

Aún así, a pesar de todo y de todos, esa noche decidí intentarlo. Decidí que no iba a permitir que mis circunstancias o las de ella, interfirieran entre nosotros. Si ella quería, si ella de verdad quería, entonces los dos juntos podíamos contra todo.

—Ya que cenamos ¿Nos vamos? —sugerí.

—¿A dónde? ¿Por qué? ¿No te gustó estar conmigo? Emm.. quiero decir. Salir conmi..go —menciono con tartamudeo.

Era un poco raro, como si no quisiera llegar a su casa.

—Claro que me gustó nuestra cita, emm.. quiero decir.. salida —la imité sonriendo-Pero no crees que es un poco tarde para seguir en la calle, ¡te llevaré a casa!

—¡No!, no es necesario.

Y mi mundo se detuvo. Justo en ese instante que, estábamos uno frente a otro en la calle desolada y oscura, solamente la alumbraba una vieja farola. Y me abrazó, mi mentón quedó apoyado en sus rizos rubios y no pude evitar corresponder. Su perfume, evidentemente caro, me embelezó por un instante.

—¡Gracias! —susurró como despedida para soltarme.

Pero no la dejé. Si la dejaba irse en ese momento, lo más probable sería que me arrepintiera toda la noche. Así que la envolví en mis brazos aún más, la rodeaba completamente y eso pareció tomarla desprevenida.

—No se como se llama esto tan hermoso que tenemos pero, no quiero que termine —confesé por última vez y para mi sorpresa mi voz salió más ronca de lo normal.

N/A
Hola personita hermosa, dime ¿Qué tal el capítulo?
¿Te ha gustado?

La dama del sombrero (TERMINADA)Where stories live. Discover now