Capítulo 22 Octopus's Garden (The Beatles)

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Spectacular Lincoln Loud

Capítulo 22 Octopus's Garden (The Beatles)

FINAL

"I'd like to be. Under the sea."

Entrar en su casa fue demasiado sencillo, prácticamente toda la manzana estaba a oscuras, a pesar de que algunas zonas de la ciudad ya habían recuperado electricidad parecía que los barrios residenciales como Queens o Broklyn estaban a la merced de los criminales que habían escapado de todas las prisiones.

Criminales como el señor Loud, invasor de su propio hogar. Todo era tan diferente a como la había dejado aquel fatídico 31 de octubre del año pasado, pero no porque hubiera cambiado estructuralmente, sino porque la casa estaba abandonada y parcialmente saqueada. Se veían vidrios rotos donde antes había ventanas seguras. El mueble donde se recargaba la vieja televisión ahora se encontraba sin su acompañante, además de encontrar todos los cajones abiertos. Al subir las escaleras notó que las habitaciones de sus hijas continuaban relativamente intactas, pero fuera de restos de arena para gatos regada en el suelo y algunos golpes en el techo nada parecía dejar un indicio de donde estaba su familia.

Claro, ellas no iban a estar durante una semana entera en pleno corazón del apagón, probablemente su esposa Rita las había llevado lejos de ahí, tal vez habían sido parte de la gente afortunada que había logrado escapar de la ciudad antes de que la prisión Rykers fuera destruida, provocando que Nueva York quedara a su suerte del resto del país.

Debió haberse quedado en Inglaterra donde vivía el resto de su familia, o en Royal Woods cuando su esposa quiso ir a vivir a su pueblo natal donde todo era más tranquilo, lejos de la gran urbe y con una casa de mayor tamaño con patio trasero probablemente de haberse mudado jamás habría encontrado la propuesta de la Comadreja y no se hubiera convertido en el Buitre.

Notó que en la habitación de su hijo Lincoln la puerta estaba completamente abierta, a diferencia del resto que estaban cerradas. Al entrar notó que ya habían entrado a rebuscar cosas en su habitación, pero no tenía sentido, la laptop personal del niño seguía en su mesita de noche, con una fina capa de polvo encima de esta.

Lo único que parecía que habían tocado era la ropa de su hijo, no parecían haberse llevado nada de importancia, por lo que se le hizo bastante aterradora la idea de algún perturbado mental que hubiera aprovechado la casa vacía para robar la ropa de interior de su campeón. Se estremeció de tan solo imaginarlo, no tenía la fuerza necesaria para corroborar si pasaba lo mismo en el resto de las habitaciones de sus hijas, por lo que iba a cerrar la puerta, cuando notó algo en la cama.

Era una máscara chamuscada en la mitad del rostro, bastante destrozada pero lo suficientemente intacta para reconocerla, era claramente una imitación de mala calidad de la máscara de SpiderKid. Algo dentro de él cayó en su estómago y lo hizo casi vomitar, esa estúpida máscara fue lo último que vio antes de que la policía llegara a la escena del crimen.

Lo odiaba, lo odiaba demasiado, ese engendro endemoniado era la razón por la cual se sentía como extraño en su propia casa, era la causa principal de que su familia fuera fragmentada y que él pasara el resto de sus días huyendo de la justicia, capaz sin nunca volver a ver a sus hijas. O al menos ese era el plan, era mejor a quedarse sentado esperando en la prisión sin guardias.

Tomó la máscara de imitación y la partió en dos con ímpetu, después en cuatro y luego en ocho y después tomó los trozos más grandes y volvió a romperlos. Cuando se hartó los tiró al suelo y comenzó a pisotear los trece fragmentos de la máscara en el suelo hasta que finalmente lanzó un escupitajo. Comenzó a controlar su respiración, recordaba que la máscara era del disfraz de Halloween que había usado su hijo. Aun así, la odiaba, era demasiado parecida a la que portaba aquel otro niño que detestaba.

Spectacular Lincoln LoudWhere stories live. Discover now