«Dos streamers, una fiesta y un beso que no debió existir». El caos juvenil hecho píxeles.
Seren es la calma y Asher el descontrol.
Ella parece jugar la vida en modo supervivencia cuando él solo tiene una suerte envidiable.
Ambos tienen una rivali...
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A Alex le quedaba, más o menos, una semana de vida.
O eso es lo que él pensaba. Porque si no era el estrés del proyecto, o los detalles que debían estar terminados, probablemente le daría algo por no pedir ayuda.
Por otro lado, y solo un poco menos estresada que el anterior, estaba Seren. Unos días después de la llamada con su agente, aunque ya se estaba haciendo la idea de que tarde o temprano tendría que verlos en persona de nuevo, todavía le costaba. Sin embargo, si era momento de enfrentarlos, lo haría.
Y así pasaron los días. Alex logró afinar los últimos detalles del estreno de Minecore.
Aquel día en especial, cada uno se alistaba para encontrarse en las oficinas de Endlessboost. El lugar en donde todo el equipo solía reunirse para todo. Era un espacio grande en donde tenían salas de grabación y un pequeño auditorio en el que se podían reunir en eventos especiales. La más conocida de todas, era la fiesta de Navidad. Se reunían dos días antes de esa fecha, y hacían un intercambio de regalos con una cena entre todos. El equipo que Leonardo había solidificado, era sin duda uno de los mejores. Tenía streamers que tenían contenidos variados y que no tenían miedo en intentar hacer cosas nuevas.
Como decía Seren, Leonardo jamás se equivocaba.
La bienvenida de Asher no fue distinta. Leonardo y Sonia decidieron ir por una temática más graciosa que la última. Y la respuesta era simple. ¿Qué mejor que hacer una fiesta con la cara de Asher en cada cosa que estuviera presente en la fiesta?
Cupcakes, vasos, globos, guirnaldas, y una piñata con su cara.
—Esto es lo más cursed que he visto hoy, qué miedo —comentó Asher entre risas al ver su cara por todos lados. Vader rio también al notar que incluso el mantel de la mesa tenía el rostro de su mejor amigo. —¡¡Me encanta!! ¡Vamos a comernos mi cara! —añadió, señalando los cupcakes. —No tenías que hacer todo esto, Leonardo.
—De verdad, no tenías que hacerlo —dijo Vad, poniendo su mejor cara de miedo. —Ya lo veo todos los días, esto es una pesadilla.
El peliblanco, en respuesta solo suspiró y rodeó su brazo por encima del hombro de su mejor amigo.
—Me ama.
—Bienvenido a la familia. Bienvenidos —dijo, guiñándole un ojo a Vad. El pelinegro solo sonrió y negó con la cabeza. —Bueno, les presento a las chicas, ya que Gus y Reno no han llegado aún...
—Qué novedad —interrumpió Lana, poniéndose de pie. —¿Reno y Gusi llegando tarde? No me lo esperaba —añadió. Pero luego se acercó a los chicos y le dio un pequeño abrazo a cada uno. —¡Holi! ¡Ya nos habíamos visto, pero bienvenidos!
—¡Lana! —dijo Asher, dándole otro abrazo cuando notó quién era.
—Lana —dijo Vad, un poco menos efusivo que Asher, pero incluso tímido cuando mencionó su nombre. Lana les regaló una bonita sonrisa, y eso provocó que Vad sonriera también. —¡Ey, es mi jefa! —comentó cuando los rizos de una persona aparecieron detrás de Lana.
