22 || Confiesa tu secreto

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Los nudillos de Seren no podían estar más blancos por la fuerza que ejercía sobre el volante

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Los nudillos de Seren no podían estar más blancos por la fuerza que ejercía sobre el volante. Dio una última vuelta en el estacionamiento para parquear su auto en su sitio de siempre y suspiró cuando no tuvo a dónde más manejar.

Podía o no ser su último día de vida.

No realmente, pero así lo sentía. Porque estaba ansiosa, y nerviosa y también un poco estresada.

Ni siquiera sabía con exactitud por qué se sentía así, si solo debía estar en una misma sala con su agente, su hermano y su novio.

Ok, tal vez esa era la razón por la cual se sentía así.

Seren pausó As if it's your last de Blackpink justo cuando iba a empezar la parte rápida, no porque no le gustara, de hecho, le encantaba. Pero necesitaba un segundo de silencio antes de salir del auto, y entrar a la oficina donde seguro la estaban esperando.

Tomó un poco de aire, sintiendo la calidez entrar a sus fosas nasales, todo patrocinado por la calefacción, ya que allá afuera empezaba a hacer más frío.

A mitad de octubre, la ciudad de Altagracia se empezaba a enfriar por la mañana, e incluso un poco más por la tarde.

—¿Y si no salgo? —dijo cruzando los brazos. Estaba cómoda, no necesitaba salir de ahí. ¿O sí? ¡Claro que sí! ¿Cómo no? —No te puedes estar escondiendo, Serena. Vas a salir de aquí y vas a enfrentar esto como una campeona.

Negó con la cabeza mirándose en el retrovisor, pero se percató de la situación y de cómo estaba hablando sola cuando un golpecito en la ventana del auto sonó. Agradeció que fueran polarizadas, y que su hermano no vio el espectáculo que estaba dando.

—¿Nene? —Otro golpecito sonó, así que bajó la ventana con una sonrisa algo extraña. Santiago alzó una ceja al verla y se rio. —¿Estás bien?

—Hermanitoo —alargó la palabra, apoyando el brazo sobre el borde de la ventana, todavía con esa sonrisa.

—Tu cara me asusta.

—Así nací, tú heredaste la misma, vas a tener que soportarlo.

—Había olvidado lo rara que eres —mencionó, negando la cabeza. Luego se agachó para terminar de encadenar su bicicleta. —Estabas hablando sola, ¿verdad?

—Soy streamer, le hablo a una cámara todo el tiempo. Acostúmbrate.

—Hablando de ser streamer... ¿Cómo estás? Me gustaría hablar contigo luego de la reunión —comentó señalándola y alzando un poco la ceja. Sabía que su hermana solía guardarse las cosas para ella, y aunque no sabía exactamente si seguía haciéndolo, sentía que, en ese sentido, era la misma de antes.

Siempre tratando de no preocupar a los demás.

Seren solo asintió bajando del auto, y se dio la vuelta para tomar sus cosas y bloquear las puertas del auto.

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