Veinticinco.

8.8K 679 350
                                    

Sábado por la tarde, estaba en pijama, hacía mucho frío, el cielo estaba nublado, probablemente iba a nevar y estaba viendo películas navideñas mientras tomaba leche con chocolate. Shawn me había cancelado, tenía que ayudar a su madre con la cena. Le llamé a mi padre para ver si pasaría la navidad conmigo y nunca me respondió, así que lo tomé como un gran no.

Pausé las películas y me iba a poner a lavar ropa, no era como que tenía mucha pero no tenía otra cosa qué hacer y me gustaba mantener todo en orden.

Me levanté de la cama y tomé el cesto de ropa e iba a salir de mi habitación pero mi teléfono sonó. Dejé el cesto y me lancé a la cama y lo tomé, era Gemma, mierda.

Respondí.

—¿____?

—Hola Gemma.

—¡Feliz navidad!

—Acá son las cinco apenas.

—Acá las doce de la mañana, así que ¡FELIZ NAVIDAD PEQUEÑA PERRA!

Gemma sonaba borracha.

—Tan linda siempre, perra mayor.

—No te amargues, sabes que te amo, imagina corazones después de esa frase. Oye, Harry quiere hablar contigo.

Mierda, mierda, mierda, mierda. Ni siquiera me dio tiempo de decirle adiós a Gemma cuando ya lo había puesto en la línea.

—______, hola.

—Hola Harry... ¿cómo la están pasando?

—Muy bien. Suenas extraña, ¿pasa algo?

—Nope. Probablemente me estoy resfriando.

—Ohhh. Qué mal que no estoy ahí para cuidarte. ¿Pasarás la navidad con tu padre?

—Eh, sí.

Le dije que sí la pasaría con mi padre por que conociendo a Harry, se regresaba de ya a Nueva York aunque no llegara a tiempo para Navidad, pero lo haría.

Qué bueno que si vayas a pasarla con alguien, no me gustaría que la pases sola. Bueno, me tengo que ir, están todos aquí. Feliz navidad, ____.

—Sí, gracias, feliz navidad para ti también, Harry.

—Hablamos luego, te quiero.

—Sí, adiós.

Colgué.

—El remordimiento, puto remordimiento. –Me golpeé mil veces con una almohada.

Tomé de mi mesita de noche mis audífonos y mi teléfono, puse algo de música y fui a lavar ropa.

[...]

Después de lavar la ropa, me di una ducha, me había bañado por la noche como todos los días. Me vestí muy calentita y sólo usé máscara, rubor y labial rojo para no verme tan enferma.

Me puse un gorrito y até mis botas; iba a ir a comer algo yo sola, no traían comida a domicilio hoy y no había nada en mi refrigerador. Tomé mi bolso, mi cartera, mis llaves y bajé. Salí de la casa mientras veía mi teléfono tratando de conseguir un taxi, procedí a cerrar la puerta con llave y vi la hora de mi teléfono, eran las siente treinta y justo en ese momento, comenzó a nevar. Maldecí por el frío de mierda.

—¿Creíste que te dejaría pasar la navidad sola? –Giré y estaba Michael recargado en su auto.

Al verlo, sentí una alegría inexplicable, ver a Michael aquí fue la última cosa que me pude haber imaginado.

Disconnected » Michael Clifford.Where stories live. Discover now