Dos.

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Gemma y yo llegamos corriendo al colegio. Nos habíamos quedado hasta tarde hablando.

-¡Te veo en el almuerzo! -Le grité a Gemma mientras corría. Escuché un "hasta luego" a lo lejos.

Corría con mis libros de Inglés, mi cabello cada vez se despeinaba más, tendría que atarlo en una coleta después.

Sin darme cuenta choqué con alguien cayendo al suelo haciendo que mis libros salieran volando.

Sobé mi frente. Desvié mi vista al chico, era Michael. Recogió mis libros del suelo, luego extendió su mano para ayudarme a parar. Extendió su mano con los libros y los tomé.

-Torpe. -Dijo en un tono frío y siguió su camino.

Ignoré eso y seguí corriendo hasta llegar a mi clase. Llegué y di dos toques a la puerta, la profesora abrió.

-Señorita Black, llega tarde.

-Lo sé, lo siento, sé me hizo tarde.

-Lo noté. Sí no tiene justificación de sus padres, vaya a detención.

-Pero..

-Detención he dicho. -Rodé los ojos y me di la vuelta-. Danielle, vigila que vaya a detención. «Lo que necesitaba, un chaperón.»

Comencé a caminar hacia los baños del colegio. Escuchaba los pasos de la chica detrás mío. Giré a verla.

-No necesitas cuidarme, de verdad.

-La maestra quiere que lo haga. Detención está por acá. -Apuntó con su dedo un pasillo.

-Primero iré al baño. -La miré de una forma fulminante. Ella asintió y comencé a caminar de nuevo al baño.

Entré al baño y saqué de mi bolsa una liga para el cabello. Con mis dedos me "peiné" y luego me hice una coleta alta. Busqué en mi bolsa mi rubor pero al parecer lo había dejado en casa.

-¿Tienes rubor? -Pregunté refiriéndome a la chica que sólo me miraba.

-En el aula.

-¿Me veo muy pálida? -Giré quedando frente a frente.

-Algo.

-Demonios, bueno, ya así.

Salí del baño, ella seguía siguiéndome. Toqué la puerta de el aula de detención y abrió una maestra con cara de amargada.

-¿Qué quieres? -Abrí los ojos como plato. Volteé a ver a la chica y ya no estaba.

Nunca había venido a detención y me intimidaba la profesora por que era muy grande, y gorda.

-Umm.. La profesora de inglés me mandó.

-¿Por qué? -Preguntó en un tono seco y con la voz ronca.

-Llegué tarde.

-Tres horas de detención. Entra. -Se hizo a un lado para dejarme pasar. Todos los que estaban ahí me miraban mal.

De verdad no quería entrar ahí y quedarme por tres horas. Decían que los que estaban aquí eran vándalos «algo que yo obviamente no era» y que sí los mirabas por unos segundos, estabas muerta.

Entré. La mayoría de los que estaban ahí eran chicos, sólo había una chica y yo.

Me senté en una silla hasta la parte de adelante. Me concentré en la ventana.

De la nada la profesora golpeó la pizarra haciendo que todos sobresaltaran.

-Cálculo matricial es lo que harán hoy. -Dijo la profesora-. Volveré en una hora. Espero ver que todos lo hayan terminado antes de que llegue. Señorita Black, sé que usted es inteligente, así que no le vaya a pasar a nadie las respuestas. «Ahora sí, estaba jodida» ¿Entendió? -Asentí y ella se marchó.

Ni siquiera era inteligente, es decir, no sabía nada de matemáticas, era buena en todas las materias, excepto en matemáticas.

Saqué una libreta y un bolígrafo de mi bolsa, discretamente. Sentía como todos me miraban.

Escuché las patas de los pupitres rechinando en el suelo, muchos se habían pegado a mi, una chica de cabello castaño se paró enfrente mío.

-Así que eres inteligente, ¿huh?

-¿Y? -Me miró fulminante.

-Tú nos vas a ayudar.

-Déjame pensarlo.. Mmm.. No. -Se recargó en mi pupitre viéndome.

-Mira mocosa -Estaba a punto de recibir una paliza por parte de ella.

-CAMILA. -Alguien gritó. La chica desvió su vista para mirar al fondo-. Ven para acá. Luces estúpida pidiendo ayuda. -Volteé a ver quién hablaba y era Michael, de nuevo.

-Sí, Mikey. -Su tono de voz había cambiado completamente.

-No me llames "Mikey". -Escuché decir en el tono frío de siempre.

***

Estaba en el almuerzo tratando de resolver el estúpido cálculo de la profesora.

-Mierda, ¡no le entiendo! -Dije fastidiada.

-Y nunca lo vas a entender. Dame. -Dijo Gemma y tomó mi cuaderno y bolígrafo-. Es muy fácil.

-No lo es.

-Aquí tienes.

-Te odio.

-Aw, yo también te quiero demasiado. -Me sonrió y reí-. ¿Irás a cuidar niños hoy? -Asentí.

En la semana, después de clases, trabajaba de niñera y los fines de semana trabajaba de mesera.

-Cuidaré a un niño hoy. Me llamaron hace un rato diciendo que me veían a las cuatro en la calle noventa y nueve.

-Ahh, ¿por los edificios?

-Síp.

-Buena suerte.

***

Yo vivía en la calle 18 de Nueva York, por lo tanto tenía que tomar un taxi para llegar a la 99.

Pero como siempre, era imposible tomar un taxi.

Minutos después logré encontrar un taxi. Me llevó hasta la 99, pagué y me bajé del auto. Vi los datos que había escrito en la hoja. Era el piso 7, departamento número 68.

Subí por el elevador, al llegar, toqué la puerta tres veces. Segundos después, una señora abrió.

-¿______?

-Sí. -Sonreí.

-Adelante, te estábamos esperando. -Ella se hizo a un lado para dejarme entrar.

El departamento era realmente lindo, tenía una gran decoración.

-¿Mamá?

Oh, mierda. Esto no podría ser nada bueno.

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¡Segundo capítulo! :)

Espero les guste.

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Besos. xx ❤️

Disconnected » Michael Clifford.Where stories live. Discover now