Quince.

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Sábado.

Toda la noche me la había pasado dando vueltas por la cama. Desde que era muy pequeña me costaba mucho trabajo acostumbrarme a un nuevo vecindario, nueva casa y nueva habitación. En toda mi vida sólo nos habíamos mudado tres veces; Mi primera casa se encontraba a una cuadra de la de Michael (cuando Michael vivía en una casa), la segunda había sido de la que mi padre y yo nos acabamos de mudar, ahí había vivido desde los siete.

Había despertado desde hace una hora debido a un golpe en la cabeza con la pared. Mi cama ya no estaba en medio del cuarto, estaba pegada a la pared y los demás muebles estaban en otro lado de la habitación. Para no mentir, es una habitación muy grande para mi sola.

Me senté en la cama y tallé mis ojos. No había ni un sonido en la casa. Me levanté de la cama y salí de mi habitación con esperanza de ver a mi padre.

-¿Papá? -No hubo respuesta. Probablemente ya había ido a trabajar.

Bajé hasta la cocina y abrí la nevera, no había absolutamente nada de comer más que un sándwich a medio comer. Michael me llevaría a desayunar pero hasta las once, apenas eran las nueve. Me di la vuelta con intención de regresar a mi habitación y pude notar una nota en la mesa.

La leí.

"Tienes que ir al supermercado, no hay nada de comer. Junto a ésta nota dejé dinero, compra lo que quieras."

Utilizaría a Michael para que me ayudara con las bolsas.

Subí de nuevo a mi habitación para darme una ducha. Saqué de mi armario una blusa negra con una gran flor en el medio, una sudadera del mismo color, unos pantalones tipo "jogging" y unos vans negros. Había tomado todo lo que estaba al alcance. A decir verdad, no se me apetecía hacer nada hoy; Uno, por que es sábado y dos, por el clima nublado.

***

Escuché el timbre de mi casa, Michael por supuesto. Él ya no podía subir por las ventanas debido a que no había un tejado donde sostenerse. Tomé mi teléfono y salí de mi habitación, el timbre volvió a sonar y bajé lo más rápido posible. Abrí la puerta y no era Michael, sino un oompaloompa.

-Dime que no lo hiciste. -Dije mirando su alocado cabello verde.

-Lo estás mirando. -Me acerqué a él y lo toqué.

-Oh no, Michael.. -Lo dejé de tocar y me hice para atrás-. me agradaba tu cabello café. Ahora pareces un oompaloompa, sólo te falta el overol.

-Já, já, muy graciosa.

-Apruebo el azul y el rosa pero ¿verde? -Negué con la cabeza-. ¿No puedes ser normal y volver a teñir tu cabello negro, café o rubio casi blanco? Me gusta como te lucen esos tonos. Además, te quedarás calvo sí sigues tiñiéndolo. Y yo no estaré ahí para ponerte el peluquín. -Michael sonrió levemente.

-Se quitará el color en unos días

-Entonces vuelve en unos días. -Comencé a cerrar la puerta pero su pie se interpuso en mi camino.

-Tenemos una apuesta, y esa apuesta termina mañana. -Di un largo suspiro y rodé los ojos.

-Está bien. Pero me esconderé en mi sudadera, -Me puse la capucha-. así que no te sientas ofendido. Me da un poco de pena salir con un oompaloompa. -Él rió y me tomó del brazo para que saliera de la casa.

-Iremos a desayunar y después iremos a mi casa. -Nos aproximamos al auto y abrió la puerta del copiloto.

-Creí que yo iría a tu casa. -Subí al auto.

-Ahora ya vives más lejos y eres muy torpe. -Él cerró la puerta del auto. Tenía mucha flojera, caminaba, hablaba, cualquier acción que hacia la hacía con flojera. Debía dormir. Michael subió al auto y lo encendió para después comenzar a conducir.

Disconnected » Michael Clifford.Where stories live. Discover now