⊹ 31

41 4 0
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



Lo bueno de eso, que podría sacar toda la mierda acumulada en este tiempo con alguien que se lo merecía.

Objetivo fijado. Próximo destino: Romperle la cara a Minerva

Caminé esquivando a la gente que pasaba por mi lado en dirección contraria. Ahora que estaba más cerca, tenía un campo de visión mucho más claro de la situación. Minerva agarraba el brazo de Jimin como una lapa, sin querer soltarse, pero lo que más rábia me dio es que Jimin no hacía nada para quitarse a ese bicho de encima de él.

Y sin darme cuenta, aceleré tanto el paso que estaba a menos de un metro de ellos.

Pero estaban tan centrados hablando de algo que ni se dieron cuenta de mi presencia. Así que aproveché eso al máximo y, sin querer -poder evitarlo- coloqué el pie delante del de Minerva, haciendo que ésta se tropezada hasta quedar de rodillas

Ahora ya no se agarraba al brazo de Jimin ¡Punto para mi!

Me acerqué corriendo, como si no supiera quien era para pedirle disculpas y, cuando le tení la mano, los ojos de Minerva se abrieron como platos.

—¿Valerie?— al parecer, Minerva no era la única que se había dado cuenta que era yo, porque Jimin dijo esas palabras con asombro y, tenía los ojos abiertos como platos, como si no se esperara para nada encontrarme aquí.

—Uy, perdón si interrumpí algo. No te ví Minerva.— escupí esas palabras con veneno mientras miraba a Jimin. —Pero para que no pase otra vez, intenta estar menos acaramelada al novio y mirar al frente— ahora, miré a Minerva que seguía tirada en el suelo.

—¿Qué haces aquí?—preguntó Jimin, todavía al parecer sorprendido por todo aquello. Y como estaba tan cabreada por la acumulación de malas noticias, solté lo primero que me vino a la mente.

—Tengo.

—Nosotros también— me informó la Barbie de las Barbies al colocarse de pie y ordenar su ropa y su perfecto cabello rubio de bote planchado.

«Puaj»

—Si me disculpan, tengo algo de prisa. Así que con permiso, me retiraré primero— comenté sin esperar a que ninguno de los dos reaccionara y empecé a caminar en dirección contraria a la que iban ellos.

Pero Jimin fue rápido y me agarró de la muñeca.

—¿Una cita con quien?— me sorprendió su tono, pero no le temía para nada. El rencor y la mala ostia que llevaba encima podían con todo, hasta con la mirada de odio que me había lanzado.

—Con nadie de tu incumbencia.

—Déjala Jimin, que se vaya con quien quiera— dijo Minerva, agarrándole el brazo como la buena lapa que podía llegar a ser.

«Bruja, alétaje de él» quise decirle, pero me mordí la lengua como una señorita.

—Eso Jimin, haz caso a tu novia y deja que me vaya con quien quiera— comenté lo más relajada que pude y me solté de su agarre con un movimiento brusco.

Y caminé con la cabeza bien alta, sin mirar atrás.

Por suerte, Jimin no me había seguido y agradecí aquello porque no quería que viera lo penosa que era al llorar mientras caminaba con dignidad hacia delante.

No había sido una buena idea, después de todo...

  El paseo que yo había pensado que me vendría bien para olvidarme de las cosas no había salido como había imaginado y ahora, en vez de tener la mente despejada, tenía ganas de mandarlo todo a la mierda.

Lo único bueno es que logré encontrar la calle principal que llegaba hasta al apartamento y, casi una media hora más tarde, estaba de nuevo en casa.

Cuando las chicas me vieron entrar, se abalanzaron todas a por mi, con miles de pregunta.

«¿Qué te ha pasado?» «¿Has llorado?» «¿Dónde estabas?» «¿Por qué esa cara?» y muchas más preguntas de ese estilo.

No tenía ganas de decirles nada, ya tenía cada una sus problemas mucho más importantes que el mío así que con un típico «Nada, estoy bien» seguido de un «Estoy cansada, me iré a dormir» me retiré del comedor hacia mi habitación, donde prácticamente nada más llegar, me lancé a la cama llorando.

Sin duda, todo eran malas noticias.

𝖭𝖾𝗏𝖾𝗋 𝖤𝗇𝖽 𝖸𝗈𝗎𝗋 𝖣𝗋𝖾𝖺𝗆𝗌 © 𝐩. 𝐣𝐢𝐦𝐢𝐧Where stories live. Discover now