𝖭𝖾𝗏𝖾𝗋 𝖤𝗇𝖽 𝖸𝗈𝗎𝗋 𝖣𝗋𝖾𝖺𝗆𝗌 © 𝐩. 𝐣𝐢𝐦𝐢𝐧

⊹ 33

Después de ese encuentro completamente no-querido con Minerva y Jimin, no volví a verlos en lo que quedó de semana y mejor, ya que debía concentrarme por completo en los ensayos y en el concurso. Bueno y, así fue. Las chicas no volvieron a sacar el tema y nos concentramos en la próxima canción que íbamos a sacar para el concurso, incluso, para facilitarnos la tarea, la propia agencia televisiva que transmitía todas las semanas los avances del concurso, nos había dejado varias salas para que pudiéramos usarlas como zona de ensayo y claro, nosotras agradecidas completamente porque era mucho más cómodo que ensayar en la zona de la piscina todos los días.

Tan sólo había un pequeño problema en ello y es que, como era de esperarse, no éramos las únicas que estaríamos en ese recinto ni tampoco que usaríamos dichas salas, ya que los demás grupos participante también tenían libre disposición de usarlas y con los demás, entraba desgraciadamente Minerva y su grupo.

Así que, aunque no habíamos tocado el tema en esos días, de todas formas, tenía que ver la cara de la pija casi todos los días y eso me ponía de peor humor, más todavía cuando ella pasaba por mi lado con la cabeza bien alta, como si hubiera ganado la guerra, pero la verdad es que, esa guerra que ella pensaba que había ganado, yo ni siquiera estaba participando en ella.

¿Qué había salido en una cita con mi ultimate? Pues bien por ella, ahora mismo no podía darme el lujo de caer en su juego porque había otras cosas más importantes que hacer y eso, lo sabía de primera mano.

Con lo que, éste era otro día más, en la sala de ensayo, completamente aburrida mientras las demás volvían de su "tiempo libre". Yo, en cambio, en vez de ir a tomar el aire con las demás, había optado por quedarme encerrada en la sala, ya que no tenía ningunas ganas de ver a Minerva por el pasillo, siendo sincera.
Y eso conlleva a que me encuentro completamente aburrida, sentada en el suelo mientras apoyo la espalda en el enorme cristal de la sala mirando la puerta cada cinco segundos a ver si mis compañeras regresan.

Al final, después de lo que me pareció un tiempo eterno sentada allí, me decidí a levantarme y buscarlas, porque estaban tardando más de lo que solían tardar y yo, necesitaba el café que les había pedido que compraran para mi con mucha urgencia. Pero no fueron más de dos pasos que puse fuera de la puerta de la sala de ensayo cuando las vi correr por el pasillo a toda velocidad hasta mi posición.

—¿Qué os pa....— pero no pude completar la frase, cuando Lith me empujó para que caminara hacia dentro de nuevo, con completo éxito. Lissy y Xia la siguieron pocos pasos por detrás y ésta última cerró la puerta con brusquedad, cuando estuvo dentro.

Lith dejó caer las manos a ambos lados de su cuerpo y empezó a respirar con dificultad, al igual que las demás, Lissy apoyada en el escritorio que había en la sala y Xia, apoyada directamente sobre sus rodillas mientras se quitaba el cabello de la cara.

Parecía que habían corrido una maratón.

—¿Me vais a decir por qué tanta prisa?—pregunté de primeras, haciendo que las chicas me prestaran atención—¿Y en dónde está mi café?— pregunté de nuevo, cuando me di cuenta que ninguna llevaba consigo el pedido que les había rogado que me trajeran minutos atrás.

—Tenemos malas noticias— dijo Lith, sentándose sobre el sofá, dejando caer todo su peso con ambos brazos estirados.
—Y un poco de buenas también—continuó la frase Xia, ahora sentaba en el fresco suelo, ya que había sudado y todo.

Yo me crucé de brazos, esperando aquellas noticias que habían hecho que mis amigas llegaran en ese estado.

—¿Y bien?—pregunté mirándolas. Lissy, que por fin parecía que había vuelto a la tierra, me dijo: —Agárrate bien, porque es un bombazo, Vee.