La hermana falsa.

Capítulo 25

Sin embargo, debe mantener su racionalidad por encima de cualquier otra cosa.

Por esa razón, Tidwell apretó los dientes para suprimir su deseo desbordante.

No debería ser más imprudente que esto.

De lo contrario, arruinaría las cosas.

Si se empujaba más, eventualmente recibiría una reacción de Ravia, pero eso no era lo que Tidwell quería.

De hecho, había muchas maneras de enojar a Ravia y resentirse de él.

Por ejemplo, Ravia probablemente lo abofetearía en la cara si le dijera que la había estado engañando fingiendo ser "Herodes".

Pero no había razón para que hiciera eso ahora.

Si Tidwell eligiera estimular el odio de Ravia destruyendo sus planes y lo que más valoraba, parecería que Tidwell había logrado lo que quería en la superficie. Pero ese no fue el caso.

Si mi hermana terminara odiándome, podría luchar contra mí hasta la muerte.

No tenía miedo de convertir a Ravia en su enemigo. Sin embargo, sabía que no tenía más remedio que matar a Ravia si alguna vez luchaba contra él hasta la muerte.

Un ratón acorralado puede morder a un gato.

Y Tidwell no quería que eso sucediera.

Todo lo que quería era mantener a Ravia a su lado, y provocarla era solo la base para evitar que Ravia lo dejara.

Pero Ravia desconocía por completo los pensamientos de Tidwell, por lo que toda esta situación era confusa para ella.

Justo ahora...

¿Qué está pasando?

La muñeca que sostenía no dolía en absoluto. La sensación fresca que sintió mientras su mano sostenía su muñeca como si fuera un grillete demostró que no estaba equivocada.

A Ravia no le gustaba sentir dolor, así que debería haber estado feliz de que Tidwell no la lastimara.

Pero en esta situación, preferiría tener dolor en la muñeca.

Si dijo que quería verla con un esguince de su tobillo, y luego sostuvo su muñeca firmemente, definitivamente significaba que estaba amenazando a Ravia. Sin embargo...

No duele.

Tenía la muñeca bien.

No era una amenaza.

Por lo tanto, no había pasado nada.

Tidwell acaba de agarrarle la muñeca "sin lastimarla".

Debido a eso, Ravia no tuvo más remedio que preguntarse: "¿Por qué demonios?"

Ha estado actuando como si fuera un hermano obediente y amable desde entonces, por lo que no podría haber dicho algo fuera del guión, ¿verdad?

No puede haber una línea tan cruel como "Ojalá mi hermana se torcera el tobillo y no pudiera moverse sin mi ayuda" en el guión.

Para ser precisos...

Era una línea que diría el protagonista masculino de una trágica novela romántica.

De ninguna manera.

En ese momento, un pensamiento brilló por su mente.

La mano envuelta alrededor de su muñeca aflojó su agarre. El aire frío reemplazó el calor que una vez envolvió su muñeca, y esa sensación hizo que sus hombros se acobardaran.