La hermana falsa.

Capítulo 30

La orden de Ravia a Cuervo fue muy simple.

Desfalcar la flor oscura poco a poco.

Aunque Cuervo veía a Ravia, que hizo la orden, como alguien desconcertante, por supuesto, había una razón detrás de eso.

Hacer que Tidwell y Herodes duden el uno al otro.

Tidwell y Herodes formaron recientemente una sociedad. Sin embargo, era importante enfatizar la palabra "recientemente".

En una situación en la que la alianza entre los dos sigue siendo endeble, ¿y si, de alguna manera, encuentran un error en el libro de cuentas? ¿Y si hago parecer que ese error fue cometido por un miembro de su grupo?

El resultado fue obvio. No tuvieron más remedio que dudarse mutuamente.

Si Herodes me engaña, solo será cuestión de tiempo antes de que me exponga a Tidwell.

Teniendo en cuenta el paradero de Tidwell, no parece saber que Ravia se había acercado a Herodes todavía.

Pero Ravia lo sabía.

Que esta situación, donde las probabilidades están a su favor, se puede revertir en cualquier momento.

Antes de que eso sucediera, tuvo que abrir una cuña entre ellos.

Además, si hay un problema con la producción de flores oscuras, Tidwell no tendrá tiempo para vigilarme.

Ella podría aprovechar ese tiempo para enfrentarse a Herodes.

Pero no tuvo tiempo para relajarse.

Reunirse con Herodes no es urgente, ya que aún quedaban 10 días antes de que Laricia realizara "Aida", sin embargo, debe ejecutar su plan lo antes posible porque el duque Leontine está a punto de abandonar la capital pronto, lo que significa que el fin de la familia leontine estaba a la vuelta de la esquina.

Además, para que ese plan funcionara, Ravia tuvo que hacer algo por Cuervo.

Incluso después de que Cuervo aceptara a regañadientes la orden, todavía hablaba en un tono insatisfecho.

— Señorita, usted es mi ama ahora, así que seguiré su orden. Pero esta vez no podré lograrlo con dinero exclusivo.

— ¿Entonces qué más debería darte?

— Necesito que me des información.— Dijo Cuervo.

Porque la parte más desafiante de tales órdenes fue recopilar información.

— Mientras me des información, haré el resto sin falta.

— Te compré, un mensajero, porque me resultó difícil adquirir información, pero ¿ahora me estás diciendo que obtenga información para ti?

— No puedo evitarlo. Estoy seguro de que sabes lo peligrosa que es la tarea que me acabas de dar.

Ella podría al menos disminuir su carga proporcionándole información.

No se puede evitar. Si alguien, que había hecho tales tareas antes, lo dijo él mismo, Ravia no tenía otra opción que aceptar su solicitud.

Habiendo llegado a esa conclusión, Ravia preguntó:— ¿Qué información debería obtener para ti?.

Luego le pidió tres cosas.

— La ubicación de la fábrica de flores oscuras, una forma en que uno puede entrar en ese lugar y un método que puede hacer que Tidwell quite la vista de la fábrica.

Todos ellos no eran información que fuera fácil de obtener hasta el punto de que hizo que Cuervo levantara las manos en rendición y dijera que era imposible para él llevar a cabo la orden que ella le dio.