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capitulo 20

Judith, que bajó los ojos cuando su mente se volvió complicada, se estremeció cuando su dedo golpeó repentinamente su frente. 

Sin que ella lo notara, el dedo de Derrick bajó al frente de su nariz.

"¿En qué estás pensando tanto?"

Fue un sentimiento extraño. 

Su mano tocó su frente, y tan pronto como la quitó, los innumerables pensamientos que la habían atormentado hasta ahora, se desvanecieron en el aire. 

Su cabeza se aclaró y su terrible dolor de cabeza desapareció.

Sintiéndose desconcertada, Judith se acarició la frente con la mano.

"¿Por qué de repente..."

Derrick se rió entre dientes cuando ella, que experimentó un fenómeno incomprensible, murmuró.

"Lo miré en secreto, y normalmente, no sería ruidoso".

"Investigado... ¿hiciste eso, justo ahora?"

El fenómeno cuestionable que sucedió de repente parecía ser un ejemplo del poder que ejercía.

Tan pronto como Judith abrió los ojos como platos, Derrick dobló con picardía las comisuras de su boca. 

Judith, que estaba reflexionando tranquilamente sobre sus palabras, abrió la boca de par en par mientras estaba asombrada por su repentino pensamiento.

"¿No me digas que miraste en mi mente hace un momento? 

¿Puedes leer mis pensamientos?

"Absolutamente."

El cuerpo entero de Judith se puso rígido por la respuesta que Derrick le dijo con calma. 

Si la magia podía lidiar no solo con la parte física, sino también con la parte mental, entonces, por si acaso, ella preguntó, pero era cierto como él dijo.

"Entonces hasta ahora, todos, todos mis pensamientos eran..."

En qué había estado pensando todo este tiempo con él frente a ella.

Judith trató de recordar sus pensamientos rápidamente. Pero los recuerdos que ya habían pasado no venían fácilmente a su mente.

Derrick, que la observaba mientras sus ojos se movían de izquierda a derecha inquietos, levantó su cuerpo y soltó una pequeña risita.

"Estoy bromeando. 

¿Estabas maldiciéndome en tu mente o algo así? 

¿Por qué te ves tan ansioso?

Habiéndola preocupado tanto por una persona, levantó los brazos al aire con una cara indiferente. 

chasquido _ Entonces, una cosa grande voló desde la ventana abierta y aterrizó constantemente en su antebrazo. 

Judith movió su cuerpo tanto como pudo ante la inesperada presencia.

Sin embargo, pronto dejó escapar un suspiro de alivio después de ver las alas negras que le resultaban familiares.

"No, no es una broma, pero todavía no puedo leerlo".

"... ¿Aún no puedes?"

"Solo un poco de mi maná que había perdido por estar atrapado en este cuerpo regresó".

Sacó fácilmente la carta del contenedor de palomas mensajeras que colgaba de la pata del pájaro negro, Carmen, y murmuró para sí mismo, haciendo sonidos como si algo le viniera a la mente de repente.