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Capítulo 29.

Judith despertó sintiendo que despertaba del abismo de la noche. Ya no estaba en el baño, donde perdió el conocimiento.

  Ahora la duquesa yacía en una cama grande en el dormitorio. La luna redonda en el cielo se convirtió en un rayo de luz y se deslizó en la habitación.

"¿Estás despierto?" Judith escuchó una voz desde arriba, sintiendo que alguien le pasaba los dedos por el pelo. Derrick estaba sentado junto a ella en la cama y miraba el rostro de su esposa.

Dejó escapar un suspiro de alivio, recordando la escena cuando el cuerpo de su esposa quedó fláccido y perdió el conocimiento. 

Un dolor agudo en los músculos se hizo sentir. Judith sintió dolor cuando trató de moverse. 

Queriendo decir algo, la chica tosió. Derrick inmediatamente le dio a su esposa un vaso de agua, preparado de antemano, como si estuviera acostumbrado a esto.

Después de beber agua, pudo al menos decir algunas palabras sin experimentar un dolor persistente ni dolor de garganta:

"¿Qué hora es en este momento?"

"Amanecer. Aún debes dormir, » después de cada noche, su esposo cuidaba a Judith. A veces la lavaba, ya veces, al despertarse por la noche, le daba un vaso de agua o una fruta pelada.

Judith nunca había considerado extraño este comportamiento, pero una pregunta todavía la atormentaba: ¿cuándo duerme él? Cuando la niña se levantó de la cama, Derrick ya estaba despierto.

  Por supuesto, entendió que su esposo la ayuda de todas las formas posibles, la duquesa se despierta en diferentes momentos y es simplemente imposible controlarla.

Y un pensamiento vino a mi mente:

«¿No duermes?»

El diablo a menudo fumaba cigarros, explicando esto como un hábito de larga data. De esta forma, él se parecía demasiado a su difunta esposa, quien los amaba tanto. 

Sin embargo, nunca hubo una atmósfera tan relajada y perezosa a su alrededor después de eso, más bien al contrario, solo tensión.

Judith tragó saliva cuando lo vio fumando un cigarro. Él la miró y dijo:

«No duermo.»

"¿Por qué?"

«Porque no puedo dormir», los ojos de Judith se abrieron como platos ante tan inesperada y repentina respuesta, pues nunca había considerado ese motivo.

«¿Quieres decir que no duermes nada?»

"Sí. Los demonios no tienen tal cosa como «dormir».»

La noche en que todo se pinta de tonos negros, es la hora de los diablos. Ahí es cuando están completamente activos. 

Pero no había un sol brillante en su mundo, por lo que la línea entre el día y la noche se volvió borrosa. Solo quedaba la oscuridad.

Derrick se echó a reír, sin saber por qué la expresión de Judith parecía tan confundida, porque ella simplemente no podía saberlo, por lo que tales preguntas son normales y lógicas. Frotó suavemente sus dedos sobre las mejillas blancas de Judith.

"Ve a dormir."

«¿Por qué siempre intentas llevarme a la cama?»

«Mi esposa debería tener un buen descanso», se inclinó lentamente hacia ella.

La luz de la luna envolvió su gran cuerpo, haciendo que su rostro se oscureciera por un momento. Las pupilas rojas brillantes brillaron intensamente. Judit se estremeció. Parecía que ya no veía a Derrick, porque solo quedaba el mismo diablo.