Una vida con el autor

Capítulo 24: Madre traviesa

Afortunadamente mi sufrimiento duró poco y Marin pronto se fue y regresó a casa. Prometió visitarme nuevamente y cuando le dije que mañana saldría del hospital, dijo que me visitaría en mi casa.

No tuve ningún problema con eso y de hecho estaba bastante emocionado. Quiero decir, ¿a quién no le encantaría invitar a un amigo? Y además una niña también.

Sería la primera vez que invitaría a una novia y una amiga a mi casa.

Después de que ella se fue, hubo un silencio vacío antes de que mi madre lo rompiera con su voz llena de preocupación.

"Yuito, ¿realmente eres amigo de ella?" preguntó mi madre.

"Sí." Dije, un poco sorprendido de haber podido responder con tanta seguridad.

Éramos amigos, sí.

"No dudo de tu juicio pero ¿estás seguro de que ella es buena?" preguntó mi madre. "¿Las uñas postizas, los piercings, las lentes de contacto y la coloración del cabello no son nada de qué preocuparse?"

Me sorprendieron un poco las palabras de mi madre, pero rápidamente pude entender de dónde venía.

Su hijo, que recientemente se había desenamorado, de repente tenía una nueva novia, y además con alguien como Marin.

No había nada malo con Marin, pero lo que mi madre mencionó sobre ella no era realmente una bandera verde para la mayoría de las madres, especialmente en un país reservado como Japón.

A decir verdad, sí, Marin se parecía un poco a la típica chica popular arrogante. Pero aquellos que realmente la conocieron casi se sentirían ofendidos por esa afirmación porque ella era todo lo contrario.

Probablemente era la chica más agradable que había.

"No, ella no se parece en nada a esa mamá. Es una chica realmente agradable". Dije y tal vez fui un poco más ruidoso de lo que intenté, porque el rostro de mi madre inmediatamente se volvió culpable.

"Claro, cariño." Ella vino hacia mí y me abrazó. Ella besó mi cabeza. "Simplemente no quiero verte triste otra vez."

Ella permaneció así por un rato antes de alejarse, "Necesitas dormir, Yuito. Deberías descansar ahora".

Acepté su propuesta y me fui a la cama, aunque aún no había oscurecido del todo. Pero como ella dijo, necesitaba descansar.

Dormí como un muerto.

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[Sumire Fujita.]

Sumire observó con amor a su hijo mientras éste dormía tranquilamente.

Su hijo era un joven excepcional. Se preguntó cómo iba a tratar con él.

Y ese amigo suyo, Marin Kitagawa. Sumire todavía no estaba segura de qué tipo de carácter tiene, pero tenía la sensación de que Marin era una buena persona.

Pero no iba a arriesgar a su hijo sólo porque 'sentía' que Marín era una buena persona.

Ella había dejado que esa chica, Tsukimi ya lo lastimara porque se estaba conteniendo, pero ya no.

Ella ya no lo permitirá. No permitirá que ninguna chica se aproveche de su amable hijo. Ella no permitirá que el mundo lo corrompa.

Ella haría todo.

Ella necesita mantenerlo a salvo.

Después de todo, si ella no era capaz de protegerlo de las perras que se apoderarían de su hijo, entonces ¿qué clase de madre sería?