Una vida con el autor

Capítulo 50: El amor es guerra.

[Marín]

Marin estaba mirando por la ventana de un salón de clases mientras hacía todo lo posible por esconderse. Ella estaba mirando.

Y no. Ella no parecía una asquerosa.

Sus ojos atravesaron el cristal y se posaron en el chico de pelo morado que estaba sentado atrás.

El niño estaba sentado en su asiento y Marin pensó que era muy lindo cuando estaba sentado así.

Aunque otros podrían preguntarse por qué ella lo encuentra lindo, después de todo, él estaba literalmente sentado.

Para responder a esa pregunta, estaba sentado adorablemente en su asiento con esa adorable sonrisa en su rostro que lo hacía tan adorable.

Él era simplemente adorable para ella, está bien, un ensayo con un millón de palabras no la haría cambiar de opinión, así que no le preguntes por qué, ¡simplemente cállate, era adorable!

Pero lo que arruinó esta maravillosa vista para sus ojos fue la chica sentada a su lado.

Obviamente Marin no tenía ningún problema con una chica sentada al lado del Fujita.

Pero con lo que sí tenía un problema era con que los dos se miraran el uno al otro como si tuvieran una conexión oculta o algo así.

Se miraban exóticamente a los ojos y parecían estar en su propio pequeño mundo. Como una pareja profundamente enamorada.

Ella tuvo un problema con eso, pero debe ser sólo un pequeño problema, ¿verdad? Definitivamente no es tan grave.

Después de todo, no es como si estuviera perdidamente enamorada de Fujita. No es que le doliera el corazón verlo así con otra chica. Absolutamente no, debes estar loco si piensas lo contrario.

"Está bien Marin. Totalmente bien". Sus labios se movieron robóticamente cuando se dijo eso. Ella todavía era como una estatua y sus ojos habían perdido todos los colores, desprovistos de emociones.

Entonces, Fujita de repente dejó escapar una risita antes de sonreírle a la chica. Como si realmente sonriera.

No como esa sonrisa diplomática que mostraba a los demás, sino el tipo de sonrisa que solo le mostraría a ella.

Fue su sonrisa. Una sonrisa que sólo ella pudo arrancarle a Fujita.

'Oye eso es mio.'

O al menos eso creía ella. Pero aquí estaba él, sonriendo así a otra chica que Marin ni siquiera conocía.

Y odiaba el hecho de que todavía encontrara su sonrisa tan preciosa a pesar de que no era para ella.

Su rostro se arrugó y sus mejillas comenzaron a hincharse antes de que apareciera el puchero más grande en su rostro.

"Esto no está nada bien, ese idiota." ella dijo.

Justo cuando finalmente aceptó sus sentimientos y comenzó a amarlo. ¿Tenía que hacer algo como esto?

Puede que no le molestara tanto si la chica con la que Fujita estaba interactuando no fuera tan hermosa como ella, pero Marin se dio cuenta de que la chica era excepcionalmente hermosa.

Muchas chicas simplemente se habrían ido, tal vez se deprimirían al ver a su amor hablando y siendo feliz con otra chica.

Es posible que se pongan de mal humor y piensen: 'Oh, encontró uno mejor'.

Pero Marín no.

Ella siempre fue el tipo de chica extremadamente apasionada por lo que le gusta. Ahora que había encontrado algo que más amaba en el mundo, ¿se sentaría y se deprimiría y miraría?