CAPÍTULO 18

18 3 8
                                    

Lucienne

07:51 de la mañana, el sol se reflejaba en los altos edificios, formando un suave y tenue resplandor en la entrada al complejo de oficinas donde trabajaba. Mi corazón latía con un poco de prisa mientras trataba de prepararme para enfrentar la semana después de la boda que obviamente no se concluyó.

La noche anterior había sido un ir y venir de pensamientos y mente fría mientras trabajaba en el informe que le presentaría a mi jefe sobre la propuesta del plan de marketing para el hotel de Andrew. Me había pasado toda la noche trabajando y preguntándome si ya habían creado chismes sobre la boda, y eso cómo se podía ver, había causado el veinte por ciento de mi desvelo.

Pero tenía que hacerlo. Con suave suspiro caminé con paso firme hacia la entrada, intentando proyectar la confianza que había trabajado — Poco — estos últimos días, si en un dado caso se hubiera propagado algún chisme tenía que darme igual, no iba a permitir que los susurros y las miradas de compasión de mis compañeros afectara mis relaciones interpersonales y peor aún, mi trabajo. Esto tenía dos opciones: Yo podía ser la comidilla de los pasillos de mi trabajo o ser simplemente yo, Lucienne.

 Al acercarme a la gran puerta de vidrio donde se reflejaba el escrito Titanium Towers que había dentro, me detuve otro momento para tomar una profunda respiración, la recepción estaba llena de algunos conocidos que trabajaban en otro sector de esta torre, saludé a todos los que me veían y no me detuve hasta que fui al ascensor y presioné el piso número cinco.

Ya había entrado al piso donde estaba la empresa de marketing, mi oficina estaba al fondo del pasillo, y mientras caminaba podía observar que realmente nadie estaba tan pendiente. No es que yo me creyera el centro del universo, porque sabía perfectamente que no lo era, pero sabía cómo podían ser las personas ante un suceso como ese.

— Buenos días —. Logré decir con la voz firme y una sonrisa natural.

 Por un momento todos se me quedaron viendo y pude ver las dudas en algunos, sin embargo antes de que tan siquiera pudiera decir algo, escuché un — Buenos días — Casi al unísono. Unos más fuertes y otros más suaves.

— ¡Lucienne! qué bueno que ya regresaste de tus vacaciones —. Tim, uno de mis compañeros se acercaba a mí para abrazarme —. Solo para que lo sepas —. Me susurraba al oído —. Estamos contigo.

— ¿Gracias? — Dije separándome del abrazo —. En realidad es bueno saberlo, pensé mucho antes de volver.

— No te preocupes, nadie ha dicho nada sobre eso.

Asentí y sonreí en agradecimiento. Era un alivio inmenso para mí que por los momentos nadie anduviera cuchicheando por los pasillos.

— Bien, me da tranquilidad —. Dije suave —. Gracias a todos, de nuevo. Iré a mi oficina ahora, tengo un proyecto y necesito presentárselo a Carlos.

Con un suave apretón de brazos, Tim me dejó libre, caminé hacia el pasillo que daba a mi oficina y entré, cerrando a mi paso la puerta de vidrio.

Suspiré sentándome de golpe en la silla.

— Eso fue mejor de lo que pensé —. Dije hablándome a mí misma en voz alta mientras encendía la computadora y abría unos de los cajones del escritorio.

Necesitaba mi libreta para ver si tenía proyectos pendientes antes de meterme de lleno en el de Andrew, sin embargo cuando lo hice fruncí el ceño. Había una pequeña caja con chocolates y una nota verde pegada en ella con un gran «Perdón» escrito. Se notaba que lo habían hecho de manera apresurada, y, para la mala suerte que estaba teniendo, sabía que era de Drew.

Hasta que el padrino ¿me rescate?Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu