CAPÍTULO 21

34 3 1
                                    

Lucienne

A veces me pregunto ¿Cómo pasa el tiempo tan rápido? No lo sé, no tengo una respuesta para ello, pero eso sucedió con Andrew y conmigo. Desde que me quedé aquella noche en su apartamento algo cambió en nuestra relación, nos volvimos inseparables, en términos generales y de ahí todo ha pasado como un pestañeo.

Pasamos la mayoría del tiempo juntos cuando viene a la cuidad, por temas laborales, pero también en los tiempos libres, a veces explorábamos lugares de la cuidad a los que nunca habíamos ido, mirábamos películas en su casa, hacíamos viajes hasta The Home Depot y me dejaba escoger las cosas más lindas a mi porque según él tenía buen gusto, o simplemente nos quedábamos charlando largas horas de todo y nada. Me encantaba.

Era increíble lo mucho que había mejorado Andrew mi vida y tal vez, yo la de él. A veces me gustaba pensar que éramos como dos piezas perdidas del mismo rompecabezas, en algún momento el destino nos encontró y nos hizo encajar, coincidiendo a la perfección.

Por otro lado, Drew no volvió a molestarme y considero que fue por aquella conversación que él y Andrew tuvieron, y de verdad lo agradezco porque pude vivir mi proceso y sanar como se debe. Ahora me sentía una mujer libre, más fuerte y capaz de enfrentar cualquier cosa y cualquier desilusión amorosa.

Aunque había algo inquietante, algo que a veces me quitaba el sueño y me hacía preguntarme muchas cosas, por ejemplo...

Fui sorprendida por el sonido de la ventana de mi auto siendo golpeada suavemente. Andrew estaba afuera haciendo una seña para que abriera.

—Pensé que moriría ahí afuera. —dijo mientras se subía al auto y se abrochaba el cinturón.

—Uhm, vas muy oloroso ¿estás nervioso? —enarqué una ceja divertida.

—Oye, no seas grosera, yo siempre huelo bien ¿o no? -una sonrisa se asomaba a su rostro. Lo sabía

—Además, mírate—señalaba su camisa y pantalón —. Vas muy casual - elegante y no llevas botas, dios mío, no llevas botas.

—Qué Dios se apiade de nosotros. Esto es un ataque personal y solo para que lo sepas, son mis zapatos de oficina.

—Quieres impresionar a mis padres.—dije satisfecha al ver su rostro asustado. Lo había tomado por sorpresa.

Puse el auto en marcha mientras seguíamos charlando.

—Lucienne, no creas que no siento el peso de conocer a tus padres, conoces a mi mamá es justo que yo conozca a los tuyos, bueno al menos después de tanta insistencia. Siento el peso y obvio que quiero impresionar, yo siempre impresiono.

De eso no tenía la menor duda... Ya lo había hecho conmigo. Y demasiado rápido.

Después de una larga y cómoda plática llegamos a casa, admitía que yo también estaba nerviosa y no se comparaba para nada con lo que sentí el día que conocieron a Drew, no, esto era distinto en todos los aspectos, empezando por que mis padres y Karl tomaron la iniciativa. Ellos dijeron:

Queremos conocer a tu amigo, ya sabes, el que tienes en la foto en tu habitación.

Papá había dicho eso y yo me había atragantado con el agua que estaba bebiendo.

¿Disculpa?—recuerdo que había dicho.

Luego llegaron mamá y Karl para apoyar a papá.

—¿Qué?— Karl se estaba burlando—. Estas nerviosa ¿A caso te gusta?

Karl, no digas tonterías niño, tu hermana acaba de terminar con un imbécil.

Hasta que el padrino ¿me rescate?Où les histoires vivent. Découvrez maintenant