LA LEYENDA

CAPÍTULOS DEL 484 AL 491

CAPÍTULO 485. LA DECISIÓN
DE FU YING (1)

"¿Has decidido volver?"

En el ala oeste del patio principal de la Mansión de la Alteza Qingping, su hijo trajo a Xie Yan para pedir una comida privada. Fu Ying pensó que iban a ser honestos acerca de su relación, a pesar de que todavía sentía que la familia Xie era demasiado de alto rango para ellos, estaba muy feliz en su corazón. Desde que supo que Xie Yan y su hijo sentían algo el uno por el otro, los había observado cuidadosamente. Xie Yan era de hecho un buen chico, pero nunca esperó que su hijo le dijera que quería volver a Wei y luchar por el trono.

Para Yu Fuying, cuando huyó de Wei, todo en Wei ya no tenía nada que ver con él. Después de venir a Gran Qin durante más de diez años, ya la consideraba su ciudad natal y no quería mirar atrás. No quería pisar ese pedazo de tierra ni siquiera después de su muerte, donde había cargado con demasiado dolor y odio, dejando sólo recuerdos fragmentados, incluido el hombre que una vez le había amado.

"Lo siento, papá, tengo que irme."

Sentándose a su lado y cogiéndole de la mano, después de que su mirada se volviera hacia atrás, Fu Yunxi le miró a los ojos y le dijo con seriedad: "No voy a encontrar mi origen. Mientras los que te persiguieron sigan vivos, no perdonaré ni a uno solo de ellos. La razón por la que quiero apoderarme del trono de Wei no es porque quiera ser el emperador, sino porque quiero ayudar a Liangliang y a los demás. Papá, has estado con Liangliang durante tanto tiempo, deberías saber algo sobre ellos. No niego mis propios talentos, pero si me quedo aquí, habrá lugares limitados donde pueda ayudarles. Si puedo conseguir a Wei, cuando Qin sea realmente un caos en el futuro, podré cortar la amenaza de las dos grandes potencias para Liangliang. Con la habilidad de Liangliang, por muy desordenada que sea, podría manejarlo. Papá, perdona mi comportamiento poco filial. Soy temporalmente incapaz de permanecer a tu lado para cumplir con mi piedad filial."

Fu Yunxi sabía lo duro que fue para su padre criarlo solo, y el peso que llevaba en el corazón. Lo único que podía prometerle era que volvería con vida.

"¿Liangliang te pidió que te fueras?"

Los ojos de Fu Ying estaban llenos de lágrimas, y su voz temblaba. Fu Yunxi negó con la cabeza: "Deberías saber que Liangliang no me dejará correr ese riesgo. Es una petición mía. Papá, sólo tengo 19 años y estoy en la edad de los impulsos. Si no doy lo mejor de mí ahora, ¿qué sentido tiene intentarlo después? No importa si tengo éxito o no, quiero intentarlo."

"Tú... Xie Yan, ¿tú también lo apoyas?"

Volviendo su mirada hacia el otro lado, Fu Ying preguntó con voz temblorosa.

"Tío, si es posible, no quiero que se vaya, al igual que tú, pero no puedo detenerlo. Es un hombre y debe salir a explorar por su cuenta. No tengo ninguna razón para impedírselo. Además, no están haciendo todo esto sólo por ellos. Tío, déjalo ir. Podemos quedarnos aquí y esperar a que vuelva. Si..."

Hablando aquí, Xie Yan se atragantó y se obligó a reprimir el abrumador sentimiento de tristeza antes de continuar: "Si no vuelve, tomaré su lugar y seré tu hijo."

Este es el peor resultado posible, y ninguno de ellos quería que sucediera, pero no era totalmente imposible.

"..."

Las lágrimas en los ojos de Fu Ying rodaron por sus mejillas, y Fu Yunxi lo abrazó con ternura, llegando a Xie Yan, sosteniendo a las dos personas más importantes de su vida en su brazo.

"Volveré contigo."

"Papá..."

Nadie supo cuánto tiempo pasó. Fu Ying se secó las lágrimas, levantó la mano y los miró. Fu Yunxi frunció el ceño con desaprobación, pero continuó: "Después de esconderme durante tantos años, ya es hora de que me enfrente a la realidad. No le dije ni una sola palabra cuando me fui. Debería volver a verle por última vez. Dicen que no goza de buena salud."