Capítulo 18: Nuestra investigación

992 180 43
                                    

Bienvenid@ al punto sin retorno. Te recomiendo tener tiempo, porque a partir de aquí no podrás dejar de leer.

 Te recomiendo tener tiempo, porque a partir de aquí no podrás dejar de leer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jack se quedó mirando al cielo por unos momentos. Volvía a escuchar los trinos de las aves y el agua corriendo junto a él. Se sentó lentamente y miró su cuerpo. La hemorragia nasal había manchado su rostro. Se limpió y se dispuso a digerir todo lo que acababa de ocurrir. Las enormes hemorragias que había visto a través de esa extraña visión micrométrica, lucían sólo como grandes moretones. Al darse cuenta, no pudo evitar soltar una risa liberadora. Todo lucía peor desde dentro. A pesar de eso, le había quedado claro que lo que había pasado pudo ser muy peligroso. Debía tener más cuidado.

Después de pensar un rato, sin lograr dar explicación a lo que había logrado hacer, concluyó que había alcanzado un estado de comprensión sobrehumana. Esto estaba totalmente fuera de del entendimiento de las personas que conocía. Más tarde tendría que analizar una muestra de su sangre para poder ver si encontraba algo extraño. Tenía demasiadas preguntas y muy pocas respuestas, así que decidió que lo mejor sería no preocuparse demasiado por ello ahora. Se encaminó de regreso a donde estaban Lina y Delia. No hablaría con nadie de esto hasta que él mismo supiese lo que había descubierto.

Al día siguiente, en el laboratorio, Niel y Zenna discutían sobre si debían ir ellos mismos a la mina o no. Finn llevaba algunos días sin salir de casa —reportándose como enfermo—, y Gianna había faltado con tal de llevarle la tarea a Finn.

—Estamos muy cerca de dar con el misterio que hemos perseguido desde hace diez meses, ¿no os emociona? —interrumpió Jack, entrando en el laboratorio—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Estamos muy cerca de dar con el misterio que hemos perseguido desde hace diez meses, ¿no os emociona? —interrumpió Jack, entrando en el laboratorio—. ¡Pronto tendremos la clave para transformar el mundo! Todo como lo conocemos cambiará. ¡Bienvenidos seáis a la nueva era!

Los jóvenes dejaron de discutir y centraron su atención en Jack.

—¡Bienvenido sea también, doctor! —respondió Niel, levantando su mano como si sostuviese una copa imaginaria.

—¿Por qué festejáis? Es un logro incompleto —dijo Zenna, mirando sorprendida a los dos hombres.

—Vamos Zenna. No seas aguafiestas —dijo Niel—. Tenemos todo. Sólo necesitamos saber que había dentro de la mina. Y me atrevo a decir que, sea lo que sea, ni siquiera afectaría el rumbo de nuestros resultados.

Lluvia de Fuego: La Era del Fuego IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora