Bahiana y el Cuadro Pt. II -Fátima-

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Bahiana no se hizo esperar y eso me agradó: De inmediato tuve su respuesta con una sola frase.

"Dame tu dirección y paso a las doce."

Deben imaginar lo desesperada que me encontraba como para responderle inmediatamente y sin siquiera titubear. Lo que restó de semana desde aquella cerveza con Bahiana hasta el viernes en la noche, fue una auténtica tortura. No más que noche tras noche encerrada en mi departamento, limitándome a subsistir. Para alguien que en otra existencia tuvo muchos amigos y planes cada fin de semana, aquello se sentía como estar muerta en vida.

Decidí darme una nueva oportunidad.

No con Gianmarco, no me atrevía a tanto aún, pero presentía que me sería difícil encariñarme tanto con Bahiana. De ese modo, ella no correría peligro.

Estaba metida en mi armario buscando desesperadamente algo que me sirviese para aquella noche y que no me quedase dos tallas grandes, cuando Bahiana me envió otro mensaje.

"Llevá un bikini."

No estaba segura de haber entendido bien. Tecleé la respuesta, dubitativa.

"¿Bikini?"

Y ella respondió de inmediato.

"Fiesta en la pileta, nena. Apurate."

El aire estaba frío como para siquiera considerar la idea de meterme a una pileta. Además, nunca fui a una de esas fiestas y me parecen estúpidas, una moda que surgió con las películas juveniles de Estados Unidos. Quiero decir que, quizá, en Argentina ya existían esas fiestas tiempo antes, pero ¡vamos! Proyecto X ha hecho mucho daño a nuestra generación.

Ni siquiera me preocupé por el hecho de no tener un bikini conmigo: Me puse un vestido negro sencillo y maquillé mis pestañas y labios. No importaba cuánto intentase arreglarme, nadie se fijaría en mí si Bahiana andaba a mi alrededor. Tampoco era eso lo que me importaba: Mi única misión era probarme a mí misma que estaba lista para convivir con otras personas sin hacer un drama de ello.

Si lo lograba...

Si todas esas personas y yo sobrevivíamos a mi existencia...

Regresaría por Gianmarco.

Un mensaje me informó que Bahiana ya se encontraba abajo.

Me dirigí a la puerta, pero estaba a unos pocos pasos cuando tuve que regresar corriendo y pararme frente al espejo. Acomodé mi cabello oscuro y me miré a los ojos, decidida. Estaba retándome, estaba ordenándome ser fuerte y salir victoriosa de aquella fiesta, porque mi vida podría cambiar por siempre desde aquel día. Cerré los ojos por un instante y, cuando volví a abrirlos, un desagradable calambre había anidado en mi estómago. No estaba nerviosa por la fiesta, estaba nerviosa por mis expectativas. Quería hacer bien aquello, porque realmente quería probarme a mí misma que podía volver a ver a Gianmarco sin el temor de que algo malo le sucediese.

Hija de la Muerte -Ganadora de los Wattys 2018-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora