La Asesina de Palermo -Fátima- Pt. II

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He aquí la situación: Estoy a solas con Bahiana en su departamento mientras mi novio vela a los padres de su mejor amiga (los padres que le dieron un futuro a él también, los padres que murieron por mi culpa) y la situación de por sí no podría ser más indeseable, pero, pero, pero... Bahiana sabe lo que soy. Y ella también lo es.

Cuando salí de su departamento tuve solo cuatro horas antes de encontrarme apresada (ya llegaré a eso), y en ese breve lapso pude buscar la nota del diario donde la llamaron "Asesina de Palermo" gracias a las maravillas del internet. La nota decía que ella peleó con su novio y luego él cayó por el balcón, pero dudaban que eso fuese verdad, quien escribió esa nota imaginaba que mi flamante amiga lo había empujado, quizás le había arrojado una botella, Dios sabe qué conclusiones sacaron para culparla por esa extraña muerte, pero yo imagino lo que pasó. Lo imagino permanentemente.

La imagino a ella, hermosa y llorosa, gritándose con aquel pedazo de mierda, porque, aunque Bahiana se encuentre furiosa conmigo y yo con ella, el imbécil que la dañó no dejará de ser un pedazo de mierda nunca. Están en el departamento, la discusión sube de tono y ella decide que bebieron demasiado, que no tiene sentido seguir de aquel modo porque todo el tiempo cortan, regresan y vuelven a cortar. Así que decide entrar al departamento y la mierda de Gabriel le dice algo, algo hiriente. Y Bahiana solo necesita de un pensamiento, un deseo, para librarse de él. Quizás no quería que fuese así, quizás fue esa cosa instintiva que nos asalta a veces de desear que alguien se borre del mapa pese a que seríamos incapaces de hacerles verdadero daño.

Pero Bahiana lo piensa: "Espero que muera".

Y cuando ella lo piensa, eso tiene que suceder del modo que sea. Gabriel da un paso hacia ella, está ebrio y pisa una botella vacía. Se inclina hacia atrás. La baranda es baja y él cae, cae porque está borracho y se rompe el cráneo porque la caída es larga, pero el deseo fue de Bahiana. La culpa fue de Bahiana. Lo forenses no creen en actividad paranormal, entonces, cuando investigan el caso dicen: "El chico se mató solo". Pero nadie lo cree así en realidad, porque existe la inteligencia colectiva. Existe algo que está más allá de nosotros, algo que llamamos corazonadas, percepción o sexto sentido, algo grandioso que llega y nos dice: "Oye, la respuesta es esta", te niegas a creerlo, pero de pronto todos barajan esa misma teoría y tienes que preguntártelo, tienes que analizarlo porque es increíble que, digan lo que digan los forenses, todos sigan llegando a la misma conclusión. La conclusión es que, de algún modo, Bahiana asesinó a Gabriel. El verdadero modo lo conocemos ella y yo, y debemos discutirlo porque mi cabeza va a estallar, porque ella me mira fijamente y me pide que deje de mentirle.

No confío en Bahiana. Demonios, creo que no confío en nadie, el miedo anidó en mi pecho y se convirtió en un ser lleno de rencores y resentimientos, se alimenta de situaciones que le den la razón y pronto encuentro el mayor motivo por el cual no debo confiar en ella: Bahiana sabe demasiado sobre mí, y yo no sé nada. Tuve que sospechar, ¿qué clase de persona se maneja por la vida con el nivel de inconsciencia que ella posee? ¿Quién se sube a un auto y maneja como si fuese a morir, pero sin el temor de que realmente suceda?

Hija de la Muerte -Ganadora de los Wattys 2018-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora