Año Nuevo -Fátima- Pt. I

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"¿Mamá

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"¿Mamá...? ¿Qué le pasó a ese tipo?"

"¡No lo mires, hija, no mires!"

Abrí los ojos a causa de un trueno que me sobresaltó. Era normal que las tormentas comenzaran estando a finales de diciembre, ya casi había logrado acostumbrarme, pero todavía no podía habituarme a aquellas frecuentes pesadillas. Eran recuerdos licuados y metidos en mi cabeza, hechos especialmente para aturdirme y enojarme.

—¿Fany...?

Miré la hora antes de responderle a Gianmarco. Eran las seis de la mañana.

—Voy a tomar agua, no pasa nada —le aseguré.

Me puse una remera y unos shorts, y me asomé al balcón. La lluvia azotaba los árboles con rudeza y los relámpagos se hacían notar en cada rincón. Los truenos no daban tregua, algunos eran particularmente poderosos.

Me senté en el suelo frío y contemplé la tormenta. Me sorprendí una vez más intentando frenar un pensamiento que me había asaltado muchas veces durante aquella semana: Que Olivia desaparezca. Nunca llegaba a concretarlo, en realidad no quería que ella muriese, yo no quería ser la causante de ninguna otra muerte y sabía cuánto mal le haría a Gianmarco, pero era ella quien licuó los recuerdos, era ella quien los insertó en mi mente.

Era ella quien les dio forma y sentido.

Aquello vivió en mi subconsciente durante mucho tiempo, pero creía tenerlo olvidado...

Creía tenerlo superado...

Creía haberme convencido de que no era mi culpa.

"Ni una palabra, Pía, por favor. No se lo digas a mi mamá..."

Sacudí la cabeza mientras mis propias palabras se prolongaban en mis tímpanos. Intenté concentrarme en alguna otra cosa, como el hecho de que aquella noche celebraríamos el año nuevo con Bahiana y Noah, o el alivio que sentía al saber que a Olivia solo le quedaban dos días en Córdoba. Ella decidió marcharse, quizá porque se tomó enserio mi amenaza.

Hice demasiados esfuerzos por merecer una vida normal. No puedo permitir que esa intrusa lo arruine ahora.

Que Olivia desa...

No. No quiero que desaparezca. Me basta con que se vaya a Neuquén y jamás le diga a Gianmarco lo que vio.

"Ni una palabra, Pía, por favor..."

Me aferré la cabeza con ambas manos y presioné los dientes. Ojalá existiese algún modo de resetear un cerebro, porque temo que el mío está dañado y está por enloquecerme. Pensaba que luchar contra mí misma había quedado en el pasado, pero allí estaba: Sentada en el balcón, balanceándome e intentando no recordar, ni desear que Olivia muriese antes de poder poner en peligro todo lo que tanto me he esforzado por construir.

Hija de la Muerte -Ganadora de los Wattys 2018-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora