24: Tres Doritos después [+18 duro, no leer]

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Este capítulo narra contenido sexual muy explícito, si eres sensible a estas escenas por favor sáltatelo. Diría que no lean si tienen menos de 18, pero como sus padres no ven Wattpad... Adelante, disfrute su cochinada.

Soto

Esa noche tenía planes. Había una vigilia organizada por la congregación a la que su mamá asistía. Estuvo observando suficiente tiempo para que sus alarmas se encendieran.

A Soto no le molestaba que los hombres de la congregación se escaparan a beber. La hipocresía podría traducirse en un crimen cobarde, pero no era un pecado de la incumbencia del muchacho. Si querían embriagarse hasta perder la consciencia y al día siguiente pisar el altar con un sermón preparado que condenara lo que ellos mismos hacían, era problema suyo. Sin embargo, Soto no podía ignorar que un grupo de adultos, supuestamente adoradores del Dios divino, se llevaran a chicas menores a mitad de un culto a abastecimientos de alcohol, y que las dejaran irse a sus casas dando tumbos, solas, con los ojos rojos y empequeñecidos.

Por un lado, no quería caer en el debate sobre si las relaciones consensuadas con diferencias notables de edad eran un crimen o no. Por el otro, no conseguía excusa válida para un adulto embriagando a una niña y aprovechándose de ella cuando no tiene consciencia de nada. Si podía confirmar sus sospechas, no se detendría. Les tallaría la cruz en el culo si es que no se le iba la mano y les cortaba el pene de una vez.

Por eso iría a la vigilia esa noche, para continuar su seguimiento de los impíos que habían llamado su atención.

Sin embargo, algo lo detuvo. Lo último que esperaba un día de semana cualquiera después de cenar.

Soto?"

Sinaí. Esa amiga ladillosa a la que había intentado besar y terminó necesitando sutura en los labios.

«Eso me pasa por puto», pensó.

—Ay, Jesucristo —murmuró Soto tecleando en su teléfono la respuesta para su amiga—. Qué coño querrá Monte ahora.

🎲🎲🎲

Tres Doritos después...

—Quédate, y acabemos con eso —pidió ella. Soto jamás había visto a su amiga tan sexy, los tacones puestos en el suelo, sus piernas suaves abiertas al borde de la cama, vestida de encaje, con la piel bañada por las luces de neón y el cabello tan libre como ella y sus ganas en ese momento.

Nunca había visto a Sina con esos ojos, jamás había pensado que la palidez y resequedad de sus labios, hinchados por los besos que acababan de darse, podrían ponerlo a tragar en seco por la ganas irracionales de morderle la boca.

Tenía que ver desviar la mirada, porque esa Sinaí era su debilidad. Quería tomarla, y no con la decencia de un amigo ni la ternura de un amante. Quería hacerle de todo, sin tabúes, con la confianza de quien sabe que al día siguiente no tendrá que responsabilizarse por los actos desmedidos de una noche de deseo. Y quería que ella satisfaciera las más locas fantasías que empezaron a formarse ese instante que debió haber sido inocente y laboral.

Pero era su amiga. Y al día siguiente la vería en clases. A ella y a María, y no sabía qué tanto podía olvidar Sinaí, o qué tanta demencia sería capaz de fingir, cuando tuvieran que verse en público.

—Yo voy a quedar mal de cualquier forma porque ya te dije que no te voy a coger siendo virgen. —Fue lo que contestó Soto.

De hecho, la habría cogido en todas las malditas partes de su habitación, y de la casa entera si ella así lo prefería; le valía una pichula floja que ella fuese virgen, pero no llevaba condón encima. Realmente había pensado que iba a poder mantenerse profesional toda la noche.

Nerd: obsesión enfermiza [Libro 1 y 2, COMPLETOS] [Ya en físico]Where stories live. Discover now