78: Entre nosotros

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El nombre de este capítulo está es por la canción Entre nosotros de Lit Killah and Tiago PZK.

La necesitaremos.

Pd: este es uno de mis capítulos favoritos, espero le den muchísimo amor.

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Sinaí

Veronika me está haciendo ondas en el cabello con calor. Se ve sano, de un azul brillante.  Combina perfecto con mi vestido. Su escote en forma de corazón realza mis senos sin parecer vulgar, deja mis hombros descubiertos pero las mangas continúan hasta mis muñecas. Su largo aporta elegancia, su silueta reduce mi cintura y le da volumen a mis caderas, con una abertura en la falda que deja entrever mi pierna.

Vero, aunque no es necesario, se agacha para ajustar la correa del tacón en mi tobillo. Está hecha de pedrería, por lo que es un adorno precioso que se luce gracias a la abertura del vestido.

Es un vestido negro escarchado que, cuando la luz de los bombillos le acaricia, parece la superficie de un lago que refleja una noche estrellada.

—Lista —dice ella al levantarse. Está magnífica, con un vestido de satén perlado, mangas de tiras y guantes a juego con un brazalete de diamantes encima.

Incluso Aleksis está elegante, con su saco negro y camisa blanca. Sin corbata. Sus rizos se ven decentes, casi no da miedo, hasta que te fijas en sus ojos desiguales.

Todos iremos de blanco y negro a elección de Viktor Frey.

Casi siento que representamos una jugada de ajedrez.

—Aleksis está bastante elegante hoy —comento—. Tal vez alguna chica caiga esta noche en sus encantos.

—Todas lo harán —dice Vero, pintando sus labios de vino frente al espejo—. Pero a Leksis no le gustan las mujeres.

—Oh, ya.

Aunque estamos en la misma habitación, Aleksis nos ignora y se sienta en uno de los sofás a leer una edición especial en tapa dura del inquietante clásico sobre un asesino en serie «El perfume».

—Creo que entendiste mal —añade Veronika—. Tampoco le gustan los hombres.

—¿Qué te gusta, Aleksis? —pregunto en dirección a él.

Él alza apenas la vista de su lectura, dedicando una mirada que me hace sentir menos que insignificante, y entonces contesta:

l'humanité est un gâchis.

—Aleksis, no vienes con subtítulos, ¿sabes? Y Duolingo no lo puedo configurar en francés y ruso a la vez, así que en español, por fa.

Él sonríe, pero no porque le haya hecho ni pizca de gracia lo que dije. Es como si ese gesto fuera una expresión de lástima, una manera de decir «tontita».

—Las lágrimas —responde ahora en español.

—No entiendo...

—Me gustan las lágrimas.

Por la manera en que lo dice, casi viajo de vuelta a ese momento en el elevador. Tengo que reprimirlo, y volver hacia Veronika. Su locura es mucho más fácil de sobrellevar.

—Vero, sobre la de anoche...

—Olvídalo. No tengo que entrometerme en lo que pase entre ustedes. Siempre que no quieras nuestra fortuna o seas un agente del FBI encubierta, no es mi puto problema cuánto daño o cuánto bien se hagan mutuamente.

Nerd: obsesión enfermiza [Libro 1 y 2, COMPLETOS] [Ya en físico]Where stories live. Discover now