Nerd: obsesión enfermiza [Libro 1 y 2, COMPLETOS] [Ya en físico]

70: Delincuente [+18]

El título es por la canción de Jhay Cortés con Sebastián Yatra. Contexto al final del cap.

~~

Sus labios se apartan de los míos, pero me siguen rozando mientras intento decir algo. Su mano está en mi mejilla, y por la manera en que me acaricia casi siento que podríamos escribir una historia de amor juntos.

Su frente con la mía, sus ojos cerrados. Su corazón gritando a través de su pecho.

Quiero escapar y no dejar de correr nunca. No sé cómo manejar esto.

—No debiste hacer eso por suposiciones —susurro contra sus labios—. No te he dicho que sienta nada.

Él abre los ojos, y cuando veo ese verde iluminado por la claridad del sol, siento que saquean mis pulmones hasta dejarlos vacíos. Es como estar a punto de caer desmayado.

—Si esto es una jugada más... —empiezo a decir.

—Déjame cumplir el contrato —propone—. Déjame ser estos meses el mejor novio que jamás tendrás.

Escuchar la palabra «meses» de sus labios me regresa a la realidad. Esto puede ser hermoso, puede ser de película, puede parecer escrito por Jane Austen, pero no será eterno.

Y sólo así me parece justo. Lo siento mucho más manejable de ese modo. Más fácil de creer.

—Yo... —Me aclaro la garganta—. ¿Vas a besarme?  Quiero decir... ¿Seguiremos cumpliendo esas cláusulas que tú pusiste?

Él sonríe con picardía.

—¿Cuándo las hemos cumplido?

Quiero preguntarle qué es lo que siente, necesito oírlo, pero me da miedo la respuesta de muchísimas maneras, así que no lo presiono.

—Quiero ser tu novia —digo en un hilo de voz y me siento tan pequeña, que la vergüenza está a punto de hacerme retroceder—. Estos meses.

Sus manos acarician mis mejillas mientras él resopla con cansancio.

—No vuelvas a hacerme esto, Nazareth. Puedo vivir con que me lastimes un día tras otro, pero no con pensar que te he hecho daño y no saber cómo arreglarlo.

No hay nada que decir, pues sus labios se abren paso a través de los míos en un beso lento y delicioso que me hace desear estar acostada entre sus brazos, en su cama.

Axer Frey podría besarme por el resto de mi vida y no me aburriría.

—No me hagas dejarte ahí adentro otra vez —suplica y yo niego con la cabeza.

—No tengo ganas de regresar.

—¿Entonces qué quieres hacer?

Por primera vez no pienso de inmediato en sexo, aunque la opción no me molestaría. Quiero estar con él, sea como sea.