Capítulo 44:

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Los días que le siguen a la revelación de mi estudio en el nuevo ático de Tanner pasan de manera fugaz entre trabajo, salidas con, supongo, mi especie de amante aunque todavía no sé si ese término esté bien con nosotros debido a que la naturaleza de nuestra relación es que no encaja en ningún tipo estipulado o aprobado por la sociedad, y sexo. Antes de que me dé cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, ya es viernes y el nuevo sport bar de Ryland está listo. Aunque no abrirá todavía debido a que no han terminado con el papeleo para hacerlo porque Isla y yo acabamos con su diseño mucho antes de lo estipulado, sus socios harán una reunión privada para celebrar su apertura. Por más que me cueste imaginar a Tanner organizando una fiesta por sí solo ya que todas sus reuniones las hacía Pauline con ayuda de una organizadora, estoy bastante segura de que con su dinero se las arreglará contratando a alguien para que todo salga bien. Mi fuerte no son las personas y él lo sabe, así que ni siquiera pasa por su mente pedirme ayuda para ello, limitándose a pedirme que sea su acompañante durante el evento.

Lo que sí me pide es que llene una parte de su armario con mi ropa.

Aunque dudo en un principio, debido a la incontable cantidad de veces que me rapta para venir a su nueva casa, este se va llenando por sí solo, al igual que lo hace también un cajón en su baño con mis productos de aseo personal y algunos espacios en su habitación con mis cosas. Mi presencia en su ático es tan obvia que realmente nadie que venga aquí pensaría que Tanner vive solo, lo cual también pienso por la cantidad de horas que paso trabajando en mi estudio aquí. También dudé sobre usarlo, pero una vez probé el escritorio, la luz, los nuevos instrumentos... todo lo escogido a la medida para mí, como si hubiera sido yo quién lo hizo...

Se dio por sí solo.

Diseñé como llevaba tiempo sin hacerlo.

Sin pensar, sin ni siquiera tener ganas de pausar mi inspiración para hacer cosas que se vieron tan banales en ese momento como comer o lavarme o borrar una línea una vez estuvo hecha porque todo fue, simplemente, perfecto desde el momento cero de su nacimiento. Porque puedo no ser Dios, pero por un momento mis creaciones sobre el papel fueron diseñadas sin errores y ese don se sintió sumamente bien a pesar de que su origen es, claramente, malvado y cruel.

Porque estoy segura de que nunca sabré cuáles son las verdaderas intenciones de Tanner, al menos no hasta que él quiera que lo haga y ya sea demasiado tarde para dar vuelta atrás. Algo en mí, sin embargo, me dice que ni siquiera él sabe cuáles son y que en el fondo está tan perdido y confundido como yo, lo que me consuela debido a que significa que no estoy sola.

Él también se encuentra dentro de este torbellino que nos absorbió a ambos.

─Estoy lista ─murmuro después de echarme un último vistazo al espejo de su baño, apreciando la manera en la que el vestido se ciñe a mi cuerpo hasta que el dobladillo acaricia mis tobillos. Es una pieza de una ligera tela brillante en tono coral que sería contraproducente usar si no hubiera pasado por el gimnasio últimamente. Solo dos delgadas tiras lo mantienen en su lugar. Una gargantilla dorada se aprieta en torno a mi cuello y algunos brazaletes del mismo material están envueltos alrededor de mi brazo. Soy quince centímetros más alta, pero todavía no tan alta como él, en un par de finos y puntiagudos clásicos tacones de aguja. Tanner hace un sonido profundo cuando sus ojos negros reparan en mí, alzando la vista de los cordones de sus zapatos de vestir para enfocarla en mí. La manera en la que luce sin aliento infla mi pecho─. ¿Todo bien? ─pregunto tímidamente al alcanzarlo, presionando mis las palmas de mis manos sobre sus frías y pálidas mejillas, sintiendo y apreciando la suavidad de su piel contra la mía.

La manera en la que me observa, sin pestañear y moviendo la nuez en su cuello como si no pudiera parar de salivar, hace que me dé cuenta de que a veces la persona indicada puede hacerte sentir una diosa con solo una mirada, que es la manera en la que me siento ahora.

Tanner Reed © (Impostores #1) EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now