Capítulo 4:

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El lunes por la mañana me levanto más temprano de lo común. A las seis y media en lugar de a las siete. Después de tomar una ducha caliente, le dedico media hora a mi cabello ondulándolo en las puntas. Cuando se curva en sutiles rizos al final de mi espalda delineo mis ojos y los oscurezco con sombra para que luzcan más grandes. Tomo mi crema favorita de Victoria's Secret y hago que cada centímetro de mi piel huela a caramelo. De mi reservorio de ropa interior, no es que le esté dando la oportunidad a Tanner de verme en ella, tomo una tanga negra y un corpiño a juego. De la sección peligrosa de mi armario, jalo de su gancho un conjunto de falta ceñida y suéter corto, el cual deja una porción de mi abdomen superior a la vista, color verde sirena. Tomo un par de tacones de una sola tira color negro. Junto con mi maletín de cuero, gafas para el trabajo y una taza de chocolate caliente, estoy lista.

Lista para enfrentar a Tanner Reed.

Conduzco a mi propia oficina en el centro de Austin antes de dirigirme a la suya. Solo me detengo en ella para presentarle a uno de mis clientes, de los más exigentes, la maqueta final de su casa. El señor Johnson luce a gusto con ella a pesar de que su mirada está clavada en mis labios durante toda la conversación. Dejo escapar un gruñido dentro de mi taza, la cual recargué una vez llegué a la oficina, cuando me invita a almorzar para agradecer mi esfuerzo. Me niego. Diseñé una casa de seis habitaciones para él, su esposa y sus futuros hijos. Solo hay una persona por la que sobrepasaría mis límites morales. Una vez termino con él, me dirijo caminando a la torre a dos cuadras en la que esta se halla.

Es bonita. Negra y victoriana, con apliques dorados, durante los primeros tres pisos, pero luego se convierte en puro cristal oscuro y columnas metálicas. La construcción no está a juego con las que la rodean, pero aun así luce bien. La seguridad del primer piso me deja acercarme a los elevadores antiguos, del tipo con rendija en lugar de puertas, tras obtener mi nombre y encontrarlo en una lista. Presiono el botón número veintitrés cuando entro en él. Durante el ascenso no puedo evitar sentirme nerviosa a pesar de que pasé todo el fin de semana planificándome. Decidiendo qué hacer y llegando a la conclusión de que Pauline pudo haberlo empujado a él, pero yo diseñaré la jaula en la que se pudrirá en el infierno. Aunque siempre pensé que me alegraría ver cómo su relación se hacía añicos, la verdad es que eso no hace más que aumentar mi ira hacia Tanner por no elegirme. Por escogerla y equivocarse, quedando mal ante todos, puesto que su perfecto matrimonio solo duró un año. Ahora que está en su punto más vulnerable, lo haré pagar por cada lágrima que derramé por ellos. No seré su amante. Lo haré desearme hasta que le duela respirar.

Hasta volverlo a hacer elegir entre nosotras.

Solo espero que esta vez tome la decisión correcta.

Si no lo hace, Tanner Reed habrá muerto para mí.

─Buenos días. Vengo a ver al señor Reed ─le digo a su secretaria cuando llego a su escritorio, odiando la manera en la que su piso, el cual le pertenece, está decorado: moderno, limpio y simple cuando podría ser mucho más─. Soy Savannah Campbell.

La mujer rubia asiente.

─Adelante. El señor Reed está esperándola.

Su tono no ha sonado desagradable, por lo que le dedico una pequeña sonrisa cordial antes de acercarme a la puerta, también de cristal oscuro, que da con su oficina. Esta se desliza hacia atrás cuando la empujo con cuidado. Una vez del otro lado, mis ojos inmediatamente van a él. Está sentado tras su escritorio de ébano usando una camisa negra desabotonada en el cuello y presiona un cigarrillo contra sus labios, contaminando su oficina sin ventanas abiertas con el humo que expulsa. Mi frente se arruga.

Él dejó de fumar en el momento en el que Pauline se lo pidió. Antes de graduarse. Le tomó meses abandonarlo, pero eventualmente lo hizo. Por ella. Probablemente también está recayendo en el hábito por ella. Suelto un suspiro, forzando mi cuerpo a moverse, y tomo asiento frente a él, quién se limita a mantener sus intensos ojos oscuros en mí mientras me acerco.

Tanner Reed © (Impostores #1) EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora