Capítulo 42:

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Cuando llego a LDSW Inc y me dirijo a la oficina de Jason para repasar su agenda de hoy, me llevo una sorpresa al no encontrarlo solo. Cynthia, la chica delgada y castaña que se acercó a mí antes para preguntarme si ya me había acostado con su jefe y para advertirme, se encuentra discutiendo con él en voz alta. Muy alta. Antes de que alguno de ellos me note, me escondo tras la puerta entreabierta y agudizo el oído para no perder ni un detalle de lo que dicen ya que podría usarlo de una u otra forma a mi favor en mi caso contra él. Pensando en esto, tomo mi celular y enciendo la grabadora ya que hasta el momento soy la única de sus empleadas que todavía no ha firmado un acuerdo de confidencialidad que la mantenga con las manos atadas.

─Jackson quiere verte, Jason. No hace más que preguntar por ti ─le exige ella, las lágrimas deslizándose por sus mejillas mientras agita los brazos con histeria─. Si no te denuncié después de lo que me hiciste fue porque prometiste ser un buen padre, ¡pero no lo estás siendo!

Mi garganta se cierra al oír sus palabras.

Jason, sin embargo, permanece del otro lado de su escritorio con total y completa calma. Su mirada azul es serena, como si esta no fuera la primera vez que lidiase con Cynthia, y tiene el descaro de sonreír mientras entrecruza sus manos detrás de su nuca. Admiro a la pequeña mujer al instante. De estar en su lugar, ya me habría arrojado sobre él y no en el buen sentido.

─Te dije que te deshicieras de él.

Contengo un sonido ahogado, cubriendo mi boca con una mano.

No pensé que podría aborrecerlo más de lo que ya lo hacía, pero estaba equivocada.

─Es tu hijo ─solloza ella─. No entiendo cómo puedes hablar así de él si es el fruto de lo que tuvimos. Se parece tanto a ti que no hay duda de que eres su papá. Sus ojos azules, su cabello castaño, cómo tira de su oreja cuando está nervioso como tú lo haces. Es nuestro bebé. Si no...

─Basta ─la corta Jason, poniéndose de pie y apretando tan fuerte su delgada muñeca que me sorprende que Cynthia no se queje─. Te transferiré más dinero en la tarde. Deja el espectáculo.

Cynthia tira de su mano hacia ella, liberándose de su agarre.

─No quiero dinero. Te queremos a ti.

─No estoy interesado. Tendrás que conformarte con el dinero.

─Jason...

─Vete de mi oficina, Cynthia, o te despediré.

─No puedes despedirme ─brama ella, causando que su mandíbula se apriete y sus manos se hagan puños─. Si lo haces le diré a todo el mundo sobre la existencia de Jackson. Al momento en el que lo vean, sabrán que todas esas chicas que te denunciaron por acoso tenían la razón. ─Alzo las cejas cuando una sonrisa suave se apodera de su rostro de muñeca. Al parecer el acosador terminó siendo acosado. Aunque me divierte que Jason tenga una cucharada de su propia medicina, no puedo evitar sentir compasión por su hijo. Sus padres claramente no están bien. Al menos Cynthia se oye como si realmente lo quisiera detrás de su obsesión por su ex jefe imbécil─. Te veremos hoy a las siete en casa. Te quedarás a dormir y mañana nos llevarás a desayunar a esa cafetería cerca de su guardería. Traerás un juguete para él y rosas para mí.

Contengo una risita al ver a Jason tragarse la ira y someterse.

Bueno.

¿Nadie le dijo que las mujeres podemos ser un poco obsesivas cuando hieren nuestro ego?

─Está bien.

─Princesa.

Él se retuerce, pero logra poner una sonrisa más falsa que mi nuevo cabello rubio en su rostro.

Tanner Reed © (Impostores #1) EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now