Capítulo 32:

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Le dije a Tanner que iría a trabajar después de cumplir mi horario como asistente en la constructora, pero no le dije que lo haría en su penthouse porque no estoy lista para ver esa mirada egocéntrica en su rostro todavía, la que pondría al saber que tomé otro día más en mi semana para él, y me gustaría sorprenderlo más tarde con la instalación de la escalera, lo cual sería un gran avance ya en el diseño de su ático. Gracias a Isla y a nuestro equipo de albañiles, el piso de mármol blanco ya está listo, al igual que la cocina y las divisiones del segundo nivel.

Bueno, el dinero de Tanner también tuvo que ver.

Si no tuviera tanto de él y no me hubiera dado un presupuesto ilimitado, la obra se habría retrasado, pero gracias a su colaboración he podido avanzar más rápido de lo que lo he hecho con cualquier proyecto que he tenido hasta la fecha, incluyendo su casa con Pauline. Mis labios hacen una mueca mientras entro en una cafetería por una ensalada para el almuerzo y recuerdo que pronto será demolida, lo que no es solo palabrería ya que lo oí dialogar con el nuevo alcalde de Austin, ex integrante de su fraternidad, esta mañana mientras yo estaba en la ducha para que acelerara el procedimiento de los permisos.

Pudo haber sido mi perdición, pero es una obra de arte.

Si la demuele, habrá tanto sufrimiento desperdiciado en ella.

Tanta inspiración.

Aunque la arquitectura probablemente es vista de una manera más técnica por la mayoría de mis colegas, siempre la he vivido como un arte. Aunque me lastime, estoy apegada a cada diseño que hago como si fuera mi primogénito y sé que ver a alguno de ellos hecho escombros después de haber cobrado vida me dolerá, pero entiendo a Tanner. No puedo juzgarlo cuando estoy segura de que habría hecho algo similar si estuviera en su posición. Tras intentar apartar mi mente de ello, en vano, me alegro cuando me siento en uno de los reservados y la pantalla de mi teléfono brilla con el nombre de Malcolm. Llevamos días sin hablar como antes, exactamente los días que llevo acostándome con su hermano, y no me sorprende que esté intentando ponerse en contacto conmigo por videollamada. Aunque no debería, una emoción similar a la culpa me recorre, como si lo hubiera traicionado o a nuestra amistad con mis actos.

Pero no somos nada.

Cuando la llamada se cae, se la devuelvo y apoyo mi teléfono en un servilletero para poder comer mientras hablamos. Mis labios se curvan hacia arriba cuando lo veo rodando en su cama con actitud perezosa, su cabello café despeinado y la piel bronceada de su pecho expuesta, color dorado que adquirió recientemente debido a los constantes entrenamientos en el campo. De no ser por ese tono, creería que estoy frente a Tanner, quien enrojece y se pone malhumorado con el sol, lo contrario a Malcolm.

En sexys bronceados, los genes latinos ganan.

─Hey ─dice, su voz sonando ronca, lo que me hace reír un poco debido a que eso, más las marcas de almohada en su mejilla, me dice que acaba de despertar pese a que son las una de la tarde─. Lindo cabello. Me gustabas más morena, pero así también luces bonita, Sav.

Los Kings ganaron anoche, así que debió haber estado festejando.

La chica fiestera que aún vive en mí siente envidia. Con todas las responsabilidades que conlleva ser adulta e independiente, a penas puedo recordar la última vez que me embriagué y la pasé bien. En lo referente al cabello... no puedo evitar que la calidez se esparza en mi pecho ante su selección de palabras. Bonita, no bella o sexy.

Bonita, como algo que admiras.

No bella, como algo que quieres, o sexy, como algo que deseas.

Es una estupidez, pero me conmueve porque significa, en mi mente, que soy más importante para él que las hermosas chicas con las que se acuesta o sale aún si no estoy a su nivel, aunque nunca más que la mujer con la que finalmente se establecerá. No puedo evitar preguntarme si nuestra amistad se arruinará entonces, lo cual no me gustaría ya que con el tiempo se ha vuelto importante y valioso para mí. El que no le esté diciendo sobre su hermano y yo es un agujero negro en mi estómago, pero Tanner sigue casado con Pauiline y no estoy lista para ser juzgada por lo nuestro por alguien que quiero.

Tanner Reed © (Impostores #1) EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora