Deuda de sangre

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La conversación con Gavrel me persiguió todo la tarde y al día siguiente. ¿Cómo podía solucionar todo? Ahora solo tenía que preocuparme en acompañar a Alexei al cumpleaños de Sibila (quien me odiaba) donde estaría toda la familia (inculido Gavrel con Leslie): iba a ser muy divertido. Hagan sus apuestas: ¿habría puñetazos? ¿Disparos? Conversaciones incómodas no iban a faltar.

Pensaba en Gavrel y la tortura a la que lo estaba sometiendo. ¿Qué supondría al verme allí con su hermano? 

Sabrina me acompañó a casa el martes luego de clases para ayudarme con el cabello y hacerme compañía. Eli estaría en lo de mi tía, tenía que mantenerla alejada de los problemas y además debía ayudar a la tía a pintar la sala.

Ella creía que estaba loca por hacer lo que estaba haciendo, estaba muy angustiada por mí y por más que la quería convencer de que todo estaba bien ella insistía en que estaba cavando mi tumba. Tal vez tuviera razón.

Un recogido alto y maquillaje sutil. Alexei dijo que vendría con el vestido.

Sabrina se quedaría conmigo un rato y se iría antes de que él llegua a buscarme, no quería que estuviera cerca de él.

No hicimos bromas, se sentía como si me estuviera preparando para mi funeral.

Sabrina me dio un abrazo y me pidió que me cuidara, ella me aseguró que estaría en contacto con Lukyan y que le pidió cuidarme, pero yo sabía que Luk siempre preferirá a su familia antes que a mí.

Me quedé mirando mi teléfono hasta que golpearon la puerta.

Alexei estaba del otro lado con traje azul oscuro, camisa y sin corbata. Tenía una sonrisa asquerosa en sus labios mientras entraba sin que yo lo dejara pasar. Traía una bolsa de diseñador caro. A la mierda los lujos de la mafia, prefería vivir vistiendo un costal de papas.

—Hermosa Dannika —dijo a modo de saludo. No respondí.

Tomé la bolsa que me extendía y subí a mi habitación sin emitir palabra.

Me puse el vestido azul claro largo y simple, de seda suelta que dejaba traslucir demasiado mi silueta. Ningún sostén le quedaba bien, era una mierda de vestido. No quería que se vieran mis pezones (y se notaban mucho) porque seguro eso era lo que Alex quería, así que coloqué como pude el viejo sostén de goma que usaba cuando era más joven y me ponía vestidos sin mangas. Quedó mejor de lo que creía.

Al bajar y ver su mirada de decepción al mirar mis senos supe que mis suposiciones eran ciertas.

—No es la mejor elección de vestido —dije con cara de pocos amigos.

—Quedaría mejor si no llevaras nada debajo —dijo y se acercó a mí, acarició mi mandíbula.

Me aparté ante su contacto y sonrió.

—Espero que sepas lo que haces, esta noche va a ser un desastre —dije.

—Esta noche es importante, Dannika. Esta noche te proclamaré como mía frente a todos y lo aceptarás gustosa —dijo.

—Sí, un desastre —recalqué y pareció divertirle mi actitud.

Me dirigí a la puerta y la abrí haciéndole un gesto para que saliera. Usaba el mismo perfume que Gavrel, era perturbador.

Me abrió la puerta del asiento de copiloto e hicimos el viaje en un incómodo silencio.

Estaba nerviosa. Había una parte de mí que se estaba preocupando por lo que pensaría Gavrel al vernos juntos, no podía evitarlo, luego de lo que me había dicho sufría incluso más por él.