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Mini maratón festejando las 10k lecturas (y porque el capítulo quedaba muy largo)
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No dormí casi nada.

Pasé parte de la noche llorando de desesperación y culpa. Otra parte la pasé compadeciéndome por mi realidad y la otra dándole vueltas a mis sentimientos.

Debía aceptar lo que había hecho, así podría intentar afrontarlo, aprender de eso y seguir. Pero entender que habías sido la causa de que tantas chicas dejaran de existir era difícil y doloroso. Las palabras de Gavrel contándome como las habían tirado del barco me perseguían.

Así que la parte de la autocompasión al menos había servido para culpar en parte de mis malas decisiones a la mafia.

Y pensar en la mafia me llevaba irremediablemente a pensar en Eliseo y Gavrel. Me preguntaba si lo que sentía por ellos era cariño real o alguna suerte de dependencia dadas las circunstancias. Me preguntaba que era exactamente lo que sentía por cada uno y que pasaría si se apartaran de mi vida.

El corazón se me aceleró y las lágrimas volvieron a mi rostro al considerar que alguno de los dos se iba.

¿Qué me habían hecho? No reconocía mi propia mente.

Para variar, estaba agotada esa mañana y lo último en lo que quería pensar es en que tendría una evaluación oral de Historia más tarde, compensando la prueba que no podría hacer por el brazo.

Otra razón por la que no había dormido: repetir fechas y acontecimientos.

Caminaba por los atestados pasillos del instituto con rostro de zombie, dispuesta a dejar el pesado libro de Historia en mi casillero, cuando Mary me interceptó.

Tenía rostro serio y el azul de su cabello parecía más bien turquesa grisáceo, cosa extraña en ella que adoraba teñirlo y tenerlo muy vibrante.

—Hola, Mary, ¿cómo estás? —pregunté cordial recordando lo que me había dicho Sabrina acerca de los celos de la chica hacia mí al ver su expresión.

—¿Por qué tienes que absorber tanto a Sabrina? —me soltó sin rodeos. Era un poco más baja que yo, pero el tono de su voz era amenazante y la hacía parecer enorme.

—Eh... es mi amiga —expliqué de forma obvia.

—Sí y es mi novia y me molesta que pase tanto tiempo contigo y no conmigo —replicó, sus mejillas estaban rojas y sus ojos se estaban llenando de lágrimas.

Si no fuera porque conocía la relación de ambas y porque había visto esta escena otras veces dirigida a otras personas, habría sentido pena. Pero no, sabía que ella se sentía realmente mal por los celos, pero necesitaba arreglar su cabeza antes de enfrascarse en una relación.

No podía creer que pensara eso cuando yo no podía decidir ni que candidato me parecía más guapo.

—Mira, Mary, me caes bien pero...

—Mentira, sé que le hablas mal de mí a Sabrina, pidiéndole que me deje.

—... pero eres demasiado tóxica. Y esto no hace más que confirmar que tengo razón cuando le digo que se aleje de ti. Ahora déjame pasar que no tengo tiempo para esto —le dije intentando pasar por su lado. El tacto en mi trato quedó en el insomnio que cargaba.

Me tomó del brazo herido con fuerza y habló entre dientes.

—Si Sabrina me deja sabré que fue tu culpa, y te juro que haré de tu vida un infierno.

Deuda de sangreWhere stories live. Discover now