29: Eliseo

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Dejen su votito y comentario todo flama ahre.

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Manejaba mi coche como un desesperado. La fiesta había terminado hacía casi una hora y mis padres habían insistido en hablar conmigo sobre lo que era un buen matrimonio y la clase de responsabilidades que conlleva. Yo estaba enojado con ellos, por lo que ni bien se fueron a la cama salí en el coche.

Había enviado varios mensajes a Dannika queriendo saber de ella, queriendo poder explicar mi actuar, pero no había obtenido respuesta.

Así que había mandado mensajes a Romanov. Le pedí que fuera con ella ya que la noté bastante mal luego de lo de Felix y mi padre. Si ella no le hubiera dado un puñetazo, lo hubiera hecho yo sin dudar.

Era mi mejor amigo, pero era un idiota.

Sabía que al pedirle a Gavrel que cuidara de Danni le estaba dando más oportunidades de ser el héroe mientras me ponía a mi mismo en el modo villano.

Por eso necesitaba contarle a Dannika que no le había dicho nada de eso sintiéndolo.

Sí, Logan me caía como la mierda y que hablara con ella me revolvía el estómago. Pero eso era culpa de él, no de ella.

Si mi madre y mi padre no hubieran comenzado a hostigarme respecto al respeto a la familia, a la casa y a todo jamás le hubiera dicho nada.

"Ve, debes ponerla en su lugar. Todos saben que tuviste un romance con ella y ahora se está riendo en tu nariz como si fuera ella la que terminó contigo. Si tú no haces algo, lo haré yo y no le tengo ningún respeto a esa fulana" había dicho mi madre.

Y luego ambos me habían mirado con esa cara. La cara de que esperan que hagas algo con paciencia, la cara que significa que no lo repetirán otra vez.

Me dije que Dannika comprendería, que entendería que no era yo hablando.

Pero ella se veía tan enojada. Y luego Felix intervino...

El reloj del automóvil marcaba las 3am y estaba girando en calle de Dannika. El auto de Romanov estaba estacionado en frente de la casa y maldije mi suerte.

Estaba acostumbrado a tenerlo todo para mí solo. El afecto de mis padres, la devoción de Katharina, la admiración de Felix... y llegaba Dannika y ponía mi mundo de cabeza. Ella era libre y me elegía para estar a su lado, hasta Gavrel.

Y ahora debía compartir su cariño y Dios sabía cuanto me estaba costando no volverme loco al respecto. Lo que más quería para mí en este mundo estaba dividida de amor.

Respiré frustrado una vez más por la situación. Intentaba no juzgarla con todas mis fuerzas, intentaba ser comprensivo y culpar a Romanov por engatusarla.

Pero yo sabía que nadie podía manipular los sentimientos de Dannika.

Y ahora se la había dejado en bandeja de plata.

Quería incendiar algo.  El fuego envolviendo un auto calmaría el fuego que envolvía mi alma.

Estacioné y llamé a Gavrel, preguntándome el motivo para no contestar los mensajes, la posibilidad me enfureció, pero me dije que era algo fuera de mi control.

Cuando estaba a punto de saltar el buzón de voz la voz susurrante de Gavrel contestó:

—¿Qué pasa?

—¿Cómo que pasa? Estoy intentando contactarte hace horas —gruñí.

—Dannika estaba un poco alterada, ahora duerme... —contestó.

—Y tú sigues en su casa. Estoy en la puerta, ábreme que quiero hablar contigo.

—Te abriré, pero tienes que prometerme que hablarás bajo, de verdad me costó calmarla.

Deuda de sangreNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ