𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐚 [+𝟏𝟖]

Capítulo 29

Estamos de regreso. No sé si puedo decir que estoy de vuelta a casa, no cuando no estoy con Freen. Chao y Preeya nos recogieron en el aeropuerto, llevándonos a cenar. Hablaban sobre Honolulu, el buen clima, la gente agradable, la buena vista y la villa. Lo único en lo que puedo pensar es en cómo se siente cuando estoy dentro de Freen, en su voz sexy cuando gime, que nunca olvidaré que perdí mi virginidad con mi mejor amiga, el amor de mi vida, mi alma gemela. Eso es lo que Honolulu significa para mí. Joder, los sentimientos son demasiado, estoy caliente y triste al mismo tiempo, porque mi novia no dormirá conmigo esta noche. Mi padre llamó temprano, debo ir a casa porque una semana lejos fue mucho, ¿Una noche sin ella? ¡Joder!

— ¿Estás bien, Bec? — preguntó. Siempre sabe cuando algo me molesta, me conoce así de bien.

— Sí — sonreí de forma falsa, sé que lo es porque ella me lo ha dicho, lo hago cuando no sé manejar una situación, como en este caso.

— Necesito ir al tocador. Acompáñame, Bec — dijo a sus padres, ayudándome a ponerme de pie. — Ya volvemos.

— Bueno, harías lo que fuera por no pagar la cena — Chao dijo, riéndose junto con Freen.

— ¡Duh! — tomó mi mano, caminando hacia el baño. Está vacío, me quedé de pie cerca del lavamanos. — Dime qué pasa, has estado en silencio toda la cena. No el silencio lindo, el silencio preocupante, ¿Estás bien? ¿Estás dudando lo nuestro? — parece preocupada, soy una idiota.

— No dudo sobre nosotras, Freen. Sí, estoy preocupada, pero es porque... No voy a dormir junto a ti, y lo he estado haciendo por unos meses — ella soltó un suspiro, asintiendo.

— Estaba pensando en eso. Quizás podría pedir permiso para pasar la noche en tu casa, ya te extraño — me abrazó, yo la rodeé con ambos brazos. Estos sentimientos son una locura. — Estaremos bien, vivimos en casas diferentes, tenemos clases diferentes, diferentes competencias... Y hemos formado parte de la vida de la otra por un año — besó mi cuello. — Pero... Te amo, quiero estar contigo todo el tiempo, incluso cuando luchas con monstruos en tus sueños y me pateas — me reí.

— Eso fue una vez y te estaba salvando de un gorila — se rio también. — Te amo tanto, bebé — la abracé más fuerte, no quiero soltarla, pero debo hacerlo.

— También te amo. No puedo creer que esté triste y ansiosa porque no dormiré contigo, esto es... Intenso — asentí, entiendo el sentimiento. — Te veré mañana en la mañana, llegaré tan temprano que tendremos que volver a dormir, y juntas — asentí. Quiero llorar, reír y besarla, todo al mismo tiempo. — ¿Qué me estás haciendo, Rebecca Armstrong?

— Probablemente, lo que me haces tú a mí, Freen Sarocha. Estoy amándote — rompió el abrazo, retrocediendo un paso para tomar mi rostro en sus manos.

— Nunca dejes de hacerlo — sonreí, sonrojada.

— Nunca — la besé. Nunca, eso puedo hacerlo.

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Es mi primera noche en casa de mis padres, sin Freen. Es raro, hemos estado juntas 24/7 durante los últimos meses, mis padres la han dejado quedarse y sus padres lo mismo conmigo, ¿Por qué? ¿Por qué ahora no? Estoy mirando el techo, sintiéndome miserable, buscando una respuesta. Reina del drama adolescente.

— ¿Comandante? Te ves... Diferente — mi hermana entro. Me siento igual. — ¿Extrañando a tu esposita? — no le respondí, solo me giré. — Rebecca, ¿Estás bien? — nunca usa mi nombre completo, está preocupada. — Okay — la estoy ignorando, esperando que se vaya. No lo hace, se sienta en la cama. — ¿Está todo bien con Freen? ¿Debo patearle el trasero? Me agrada, así que sería una lástima — sé que está bromeando, porque se ríe. — ¿Rebecca, qué pasa? ¿Terminó contigo? ¿Pelearon? — no sé qué está mal, ese es el problema.