Al horno con papas

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Bitácora oficial de la primera oficial Nadia Olivetti. Día 735 de la misión «Reconocimiento». No hemos recibido respuesta a ninguno de los mensajes. Informé de la situación a la capitana, la cual ordenó explorar los alrededores con los instrumentos de medición hasta su máximo alcance con el fin de obtener toda la información posible antes de llegar a la colonia. Los resultados preliminares, sin embargo, no presentan ninguna anormalidad, salvo lo que algunos llaman "silencio de radio", como ya expliqué en otra ocasión.

La capitana y yo estamos preparando un plan de contingencia. El primer paso, que ya estamos ejecutando, es establecer comunicaciones con cualquier nave de la flota que se encuentre cerca. Hasta ahora no obtuvimos respuesta, pero dejaremos los sensores en funcionamiento continuo; cualquier señal será detectada y anunciada al instante.

Fin de la bitácora.

***

Bitácora personal de la primera oficial Nadia Olivetti. Día 735 de la misión «Reconocimiento».

Estamos al horno con papas. No responde nadie en ningún lado. La capitana casi me mata cuando se lo dije. No me creía. Le mostré los datos y todas esas cosas, y recién ahí me creyó. La cara de susto de Roxana me parece que le hizo darse cuenta de que estaba agarrándosela con quien no tenía nada que ver.

...así que empezamos a armar el plan de contingencia. La computadora está analizando todas las posibilidades con los datos que le dimos. Vamos a ir viendo qué opciones tenemos en función de lo que nos diga. Lástima que no tengamos a nadie que sea mutante o alienígena, que tenga alguna cualidad vidente o algo por el estilo. Desde chica tuve la esperanza de que, alguna vez, encontraría un extraterrestre que me dijera el futuro con solo mirarme, pero parece que son cosas de ciencia ficción. Las especies que encontramos hasta ahora no la tienen más clara que nosotros. Qué no daría yo por que se me apareciera un vulcano que me tirara la posta sobre mi vida.

Otra vez me estoy yendo por las ramas. El caso es que no vamos a parar en la estación científica como teníamos planeado, sino que el plan sigue el protocolo de emergencia de la flota, o sea, pasar de largo hasta la colonia para ver qué pasa. No puede ser que no responda nadie en todo el puto planeta. Lástima que estamos demasiado lejos de cualquier otro asentamiento humano para solicitar ayuda. Demasiado lejos de cualquier otro asentamiento, más bien, aunque ni la capitana ni yo le pediríamos ayuda a nadie de otra civilización si es algo que podemos arreglar entre humanos.

Lo que quería decir es que, como estamos alterando los planes originales, todavía no le dijimos nada a nadie. Y no sabemos cuándo lo vamos a informar. Nos preocupa la reacción de los científicos, en particular el viejo Tadeo. No es que le tengamos miedo, que para eso mandamos nosotras, pero es que ya suficientes preocupaciones tenemos como para tener que fumarnos, encima, al viejo ese. Es por eso que tenemos que pensar muy bien cómo tenerlo lo bastante entretenido como para que no rompa los ovarios. O que los rompa lo menos posible. Las otras dos son un poco más dóciles, en especial, la pasante. La re adoptamos a la pasante. Es un amor. Ojalá que el viejo de mierda no la eche a perder.

Veremos qué resultados nos dan los instrumentos mañana.

Fin de la bitácora.


El último viaje de la GorodischerWhere stories live. Discover now