Mi abuela se la pasaba diciendo refranes

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...y bueno, nomás me pusieron de jefa del «Operativo Escáner», como dimos en llamarle, a pesar de que es mucho más que eso, es un dolor de cabeza, y pensar que cuando estudiaba quería tener misiones y mandar a todo el mundo y qué sé yo, menos mal que a último momento me postulé para una nave chica y no para una de las más grandes, aunque no sé cómo será la gente en las grandes, acá aplica lo que decía mi abuela de «pueblo chico, infierno grande»... ¿O era lo de «somos pocos y nos conocemos mucho»? No me acuerdo, mi abuela se la pasaba diciendo refranes y la mitad no sé si los inventaba ella, sin contar con que a veces se olvidaba de explicarme lo que quería decir, pero volviendo al tema, con la tripulación andamos lo más bien, ni necesitan que yo les diga nada; es más, me ayudan con la organización y los informes y toda la cosa sin dejar de respetar la autoridad que me dio la capitana, por supuesto; el problema lo tienen los Viejonefasto, como dimos en llamarlos, al viejo, sobre todo, porque Vera no entiende nada, pero le pone empeño, y la madre es medio nefasta, mejor dicho, de medio a muy, pero de a poco y con mucha paciencia, me parece que la vamos a sacar buena. El tema es que esta gente está demasiado acostumbrada a trabajar por su cuenta y que les chupen las medias y les dejen hacer lo que se les canta el orto, yo no puedo creer que no les hayan puesto los puntos antes en las misiones donde trabajaron, pero bueno, la misión terminó y ahora estamos en modo supervivencia, así que toca lo que toca. Creo que ellos lo entienden, pero no pueden con su genio, me parece. Igual, lo de Viejonefasto re quedó.

Así que decidí dejarlos trabajar aparte, pero que Vera sea el enlace conmigo y con Adriano, que da un poco de miedo, pero solo porque siempre tiene cara de enojado, igual ya sabemos que es su cara por defecto y que en realidad es un pan de centeno, como dijo mi mamá cuando lo conoció y creyó que podría hacerme gancho con él después de saber que le encanta cocinar y hacer tragos, pero antes de enterarse de que está casado y es ace. Tener un médico gruñón es el sello de pertenencia de las naves exploradoras.

Probamos los instrumentos por enésima vez y, de nuevo, los diagnósticos no revelaron ningún problema, así que asumimos que está todo bien; tomamos la lista de los análisis de rutina y le agregamos todo lo que se nos ocurrió, hasta las cosas más bizarras que nos sugirió Lucero, que, por cierto, después de que empezaron a aparecer los primeros resultados se esfumó, se encerró en el camarote y no quiere decir qué pasa, dice que está enferme, pero nadie le cree, empezando por la capitana, que dice Nadia que está medio ofendida por eso, pero no hay nada que hacerle. Ya me dejaron claro que eso no es parte de mi trabajo, aunque me muero de ganas de saber el chisme. Y no soy la única, por supuesto. Lástima que el trabajo no nos deja demasiado tiempo para compartir teorías. Tengo que terminar el informe para la capitana, que quiere salir a explorar lo antes posible.


El último viaje de la GorodischerWhere stories live. Discover now