Unas ganas de salir a darles sillazos a los androides esos

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Bitácora del oficial médico y científico, y enfermero Adriano Lin. Hay sobrevivientes en la nave. Sobrevivientes. No somos los únicos que quedan. Me encantaría que alguien me explicara por qué mierda no empezaron por ahí en lugar de decirnos que estaban todos muertos, la puta que los parió. Dos días tirados en el piso estuvimos... Bueno, yo, al menos, y me consta que varios más. ¿No podían haber empezado por ahí? No me considero un tipo violento, pero ando con unas ganas de salir a darles sillazos a los androides esos... La capitana no sabía cómo decirnos eso, un poco me hizo gracia, pero, en realidad, no es gracioso. Volvió con las chicas y los Viejonefasto atrás, pensé que lo iba a traer agarrado de las orejas al viejo ja, ja, ja, pero bueno, el caso es que apenas entró y llamó a reunión de consorcio, y eso ya nos puso en alerta, porque es rarísimo que llame tan seguido, y cuando estuvimos todos ahí se notaba que no sabía cómo decirnos las cosas, mil vueltas daba.

Y no llegué a lo peor, todavía, nos dijo que hay un montón de sobrevivientes, no sabe cuántos, pero los tienen congelados. En una cámara de criogenia. Congelados. Y no podemos verlos. Ni siquiera yo, por eso me indigno. Ni aunque me ponga cinco trajes NBQ me van a dejar entrar. Quieren mantener aséptica la cámara, dicen, según Águeda, ni siquiera los androides que hablan con nosotros, ¿cómo se llaman? ¿Betas? Algo así, parece que ellos tampoco pueden ingresar, hay androides especializados que trabajan ahí exclusivamente.

Parece que se trata de un arma biológica, me dice. Bueno, digo yo, con una muestra me conformo. Pues nooooo, tampoco, la cosa esa es contagiosa y no hay cura, por lo que no pueden dejarnos correr el riesgo de que nos contagiemos. No hay por dónde agarrarlos.

¿Nos pueden decir quiénes son? Sería genial saber si nuestras familias están ahí. No, no tienen manera de saber sus nombres. Bueno, entonces, cuántos son. Para los parámetros de la misión, no es necesario que lo sepan.

A decir verdad, no me imagino un diálogo más frustrante que este. Y Águeda... bueno, se le notaba la bronca de tener que respondernos lo mismo que los Beta le dijeron a ella cuando hizo exactamente las mismas preguntas. Unas ganas de salir a repartir sillazos...

Pero eso no es lo peor. Quieren que nos sumemos. Nos quieren meter en el freezer a nosotros también. Pero, en realidad, eso tampoco es lo peor. Necesitan ayuda nuestra para encontrar la cura del agente biológico. Muy bien, dije yo, denme una muestra y en dos o tres días la tengo analizada. Pues no, quieren acceso a mi base de datos. Y que nos dejemos revisar por ellos porque necesitan comparar los organismos de los sobrevivientes con los de humanos sanos. Yo no lo puedo creer. ¡Para qué mierda estoy!

Así que ahora tenemos que tomar una decisión. A mí no me convence este asunto de darles nuestra información más sensible a unos aparatos que ni siquiera sabemos de dónde vienen, pero algunos, por ahí, comentaron que no sería mala idea cooperar, en caso de que alguien que conozcamos esté en las cápsulas. En lo personal, considero que necesitamos algo más de información. Águeda está de acuerdo, y nos ordenó tomarnos algunos días para seguir investigando sin que los androides lo sepan y analizar la situación antes de reunirnos para debatir.

El último viaje de la GorodischerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora