OJOS VERDES 44

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Al día siguiente, como es costumbre, el primero en levantarse fue Leo, se paró de la cama y cuidando de que rafa no se despertara salió de ella, gateo hasta el borde y bajo lento, abrió la puerta y el primer lugar donde se dirigía seria el laboratorio, para asegurarse de que Mikey estuviera bien.

Pero antes de entrar al lab, pudo ver a su padre rondar en la cocina.

-ahí no...

Se escondió lo más rápido que pudo detrás del televisor. Lo malo es que sensei fue directo al poof para ver sus novelas.

((( no, no sensei vete al dojo ve, ve¡¡¡¡ )))

Se quedó acurrucado totalmente en silencio y rezando, cuando tuvo la oportunidad porque Splinter entro al baño, corrió a ver a sus hermanos menores. Cerró la puerta lento para que no lo escucharan y entrando a verlos tiernamente por cómo estaban acomodados se les sentó al frente.

Habia silencio, como jamás hubiera sentido en la alcantarilla, estaba literalmente hueca, sin amor, sin respeto, vacía. Leonardo sintió de que enserio ya no sería nada igual y que por culpa de él, toda su familia y hasta amigos se habían distanciado por solo tener a su lado al mutante de los ojos verdes esmeralda, como algo más que su hermano.

Se quedó mirándolos por largo rato, Donnie abrazaba por detrás a Mikey como un peluche y le silbaba su huequito en la boca al roncar, el pecoso estaba tranquilo y sonriendo dormidito, de seguro tenía un lindo sueño. Pero Leo al poco tiempo sintió sed y lo único que encontró a la mano era una botella aparentemente de agua sobre la mesa de operaciones de Don, la tomo en sus manos y sin leer nada solo se la tomo hasta dejarla vacía.

Lo que no noto es que la botella era de alcohol quirúrgico y al bebérsela toda sin dejar gota, comenzó a sentirse mareado.

Rafael despertó normalmente de mal ánimo, se le durmió el brazo por tener a Leonardo encima toda la noche y recogió demasiado frio por la costumbre de su camita tibia y cómoda en su apartamento, salió a la puerta y recordando que esa ya no era su casa se puso a buscar a su novio.

Caminando con sus puños cerrados a sus costados llego al laboratorio, lo único malo, fue que su maestro alcanzo a ver la bandana roja y su vendaje oscuro.

Al entrar en la parte favorita de Don en la guarida se dio cuenta de que algo aldaba mal, su chico favorito tirado en el piso borrachito totalmente y llevado por el alcohol quirúrgico y con sus ojos tornados blancos raramente riéndose sin saber por qué.


Ojos Verdes (1)Where stories live. Discover now