Capítulo 10.

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Dione.

En eso de las cuatro de la mañana Bella se levantó de volada de la cama hacia el baño, al parecer todos se están enfermando ahora, gracias al cielo yo no podía hacerlo, el resto de mi día consistió en cuidarla y asegurarme de que no se deshidratara por la diarrea y el vomito.

Al caer la noche intente llamar a Jacob, quería hablar con él antes de que cambiará completamente.

-¿Diga? -su voz hizo que mi loba y yo quisiéramos ir a reconfortarlo.

-Jake, por Dios, te escuchas muy mal -dije con compasión.

-Me encuentro fatal -susurró.

-Jake... ¿Que te duele? -pregunte sabiendo ya la respuesta.

-Todo -susurró -Todo el cuerpo.

-¿Quieres que vaya a verte? -pregunte sabiendo que se negaría.

-No puedes venir -su tono de voz cambio a uno más serio -Te llamaré cuando pueda.

-Jacob -murmure tratando de que no notará que me pondría a llorar en cualquier momento, mi loba estaba triste por que su soulmate sufría y yo igual -Te veré pronto.

-De acuerdo, espera a que te llame, debo irme -dijo con amargura.

-Adiós Jacob -murmure.

-Dya -murmuró mi nombre antes de colgar.

Las siguientes dos semanas Bella se encontró muy preocupada por Jacob, le decía que lo dejara pasar y que debería dejar que se recuperará, pero seguía insistiendo hasta que en una de sus tantas llamadas a Billy después de muchos intentos le contestó, le inventó que al final no había sido mononucleosis, si no que había sido otro tipo de virus y que ya estaba bien, aunque debo decir que Billy la cagó al decirle a Bella que Jacob estaba con unos amigos en Port Angeles, eso sólo hizo que su humor empeorará.

-¿Estas celosa acaso? -le pregunté burlona.

-Ja, ja, ja, muy graciosa -dijo con el ceño fruncido.

Me acerqué a ella y puse mi mano en su frente borrando su ceño fruncido.

-¿Qué te parece si damos una caminata por el bosque? -le pregunté con una sonrisa.

Una sonrisa se ensancho en sus labios.

-Me parece una estupenda idea, hace tiempo que no salíamos juntas -dijo.

-Claro, me cambiaste por Jacob -dije burlona.

-Idiota -dijo riendo.

-Ponte ropa deportiva -le pedí, ella asintió, yo salí a mi casa y me cambien un top deportivo negro una licra del mismo color y mis tenis negros con cámara de aire, me amarre el cabello en una coleta alta y tome una botella de agua.

Espere a Bella en el porche y sonreí al verla vestida casi igual que yo, sólo que vestía de azul oscuro y no tenía un top si no una camiseta.

Subimos a la camioneta de Bella y partimos rumbo al bosque, al llegar Bella se estaciono y ambas comenzamos a caminar, gracias a mi olfato no nos perderíamos ya que marcaba mi olor por cada lugar que pasábamos, como en el cuento de Hazel y Gretel, sólo que en vez de migas de pan, marcaba el camino con mi olor.

Inhale el aire con tranquilidad, todo era paz, escuchaba a los animales y el sonido de la brisa, Bella sonreía al igual que yo disfrutando esto, caminamos adentrándonos cada vez más, hasta que terminamos en un claro, muy hermoso con un arroyo muy cerca, Bella lo miro de reojo antes de hacer una mueca y seguir de largo, sabía perfectamente que ese era su lugar, donde Edward la llevaba, pero me alegraba saber que ya había superado su partida me lo confirmo el escuchar como su corazón no había sufrido alguna alteración al ver el lugar.

Seguimos hasta bajar por el arroyo, estaba segura de que si lo seguíamos río abajo llegaríamos a la quebrada que daba con mi hogar.

Un olor a muerto llegó a mis fosas nasales poniéndome alerta, al ver mi cuerpo tenso Bella se acercó a mi sabiendo lo que significaba, peligro.

Un hombre de piel oscura apareció frente a nosotras, sus ojos rojos me hicieron querer arrancárselos y después hacer que se los tragara, no me caían mal los vampiros que toman sangre humana, sólo los que olían a muerto, lo que significaba que era muy mala compañía.

-Laurent -murmuró Bella desinteresadamente, ella me había contado todo así que sabía perfectamente quien era ese tipo.

-¿Bella? -pregunto aparentemente sorprendido -No esperaba verte por aquí y mucho menos acompañada.

Me miro de una manera que me hizo querer vomitar.

-Creí que te habías mudado a Alaska -murmuró Bella sin apartarse de mi, miraba a Laurel desconfiada.

-Tienes razón -asintió -Me marché a Alaska, aun así, no imaginaba... Al encontrar abandonado el hogar de los Cullen, creí que se habían trasladado.

-Lo hicieron -asintió, sabía que no se preocupaba por que sabía que yo la protegería con mi vida si era necesario.

-Me sorprende que te dejaran atrás ¿No eras su mascota o algo así? -dijo irónico.

-Algo así -dijo cortante.

-¿Vienen de visita a menudo? -preguntó.

-Eso es algo que no nos interesa en lo más mínimo-dije cortante.

-Vaya, mucho mejor, he venido a hacerle un favor a Victoria, pero parece que lo disfrutaré más de lo esperado -dijo mirándome a mi -Esto no la va a ser muy feliz.

-¿Esto? -pregunto Bella.

-Que te mate -dijo.

-Sobre mi cadáver -dije cortante, quería darle tiempo a Sam de que llegara, sabía que vendría aquí, el olor a muerto se extiende varios kilómetros gracias a la brisa, además de que marque muy bien mi aroma para que sea capaz de seguirlo.

-Y sin duda morirás muy pronto preciosa, tu sangre huele exquisita -me dijo, después miro a Bella -Ella querría reservarse esa parte -continuó con aire despreocupado -Parece estar un poco molesta contigo, Bella.

-Yo debería estar enojada con ella, su pareja casi me mata -gruño Bella.

-Pensó que sería más apropiado matarte a ti que a Edward, un intercambio justo, pareja por pareja. Me pidió que le allanara el terreno, por así decirlo. No me imaginaba que iba a ser tan fácil. Quizás se debe a que su plan estaba lleno de imperfecciones...Por lo visto, no se va a producir la venganza que ella había imaginado, ya que no debes significar mucho para él si te abandona dejándote desprotegida -dijo intentando acercarse pero justo como lo esperaba un enorme lobo negro junto a varios más casi del mismo tamaño aparecieron, Sam me miro de reojo antes de saltar sobre el vampiro el cual lo esquivó y salió corriendo.

Note a uno nuevo en la manada, Jacob, pero no me permití mirarlo, que sea mi soulmate no significa que yo sea su impronta y tenía miedo de eso.

De reojo vi como nos miraba asegurándose de que estuviéramos bien y después de que Sam lo llamará se perdió entre la maleza.

Bella y yo salimos de allí rápidamente, parecía asustada, y tal vez también olvido que yo me convierto en un lobo del mismo tamaño que los que ya vio, manejo a toda velocidad a casa.

HYBRID IWhere stories live. Discover now