Capítulo 14.

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Dione.

Quise reír al ver la cara de Jacob, era de las expresiones más graciosas que había visto en toda mi vida.

—¿Lo sabes...? ¿Y por que no lo dijiste...? —parecía desconcertado y bastante aliviado.

—Quería que te tomaras tu tiempo, que aceptarás lo que eras y que aprendieras lo que la manada tenía que enseñarte —dije tranquila.

—¿Desde cuándo lo sabes? —me pregunto. Sonreí inocentemente —Dya.

—Desde hace años, toda mi vida e sabido que las leyendas son reales —dije encogiéndome de hombros —yo fui quien le aviso a Sam que entrarías en fase —parecía sorprendido.

—¿Conoces a Sam?

Asentí.

—Mi madre es su madrina, así que somos cercanos, también conozco a su prometida Emily y a toda la manada —aclaré.

El acercó rápidamente a mi y tomo mi cara entre sus manos.

—Entonces eso quiere decir que sabes de la… —Lo interrumpí.

—Imprimación.

Trago en seco y me miro con ojos brillantes, no apartaba sus ojos de los míos, remojo sus labios antes de volver a hablar.

—¿Sabías qué..? —dejó la pregunta al aire haciéndoseme muy difícil no sonreír.

—¿Qué soy tu impronta? —le pregunté con una pequeña sonrisa.

El asintió.

—¿Desde cuándo lo sabias? —volvió a preguntar.

—Desde que te vi a los ojos y después caíste de rodillas al suelo —dije divertida.

El junto nuestras frente, se notaba completamente aliviado y feliz.

—No sabes lo mal que estaba por no poder comunicarme contigo —murmuró.

Reí entre dientes y negué separándose un poco de él.

—En realidad lo sé —me miro confundido —los chicos se encargaron de decirme todos los pensamientos sobre mi que pasaban por esa cabecita tuya —dije divertida.

Lo vi fruncir el ceño.

—Los mataré —dijo por lo bajo, me reí al escucharlo.

—Jakie —Lo llame, me miro con los ojos brillantes —Te extrañe.

Me lancé sobre el pasando mis brazos por su nuca y escondiendo mi cara en su cuello, a los segundos Jacob me abrazo fuerte por la cintura atrayéndome más a su cuerpo. Lo sentí sonreír y dejar un beso en mi cabeza.

—Yo también te extrañe —murmuró contra mi pelo. Escuchamos un aullido el cual nos hizo separarnos.

—Ve, parece importante —murmure.

—¿Lo entiendes? —me pregunto, le sonreí encogiéndome de hombros.

—En algún momento lo sabrás Jake —le dije.

Él sonrió y dejó un beso cerca de mis labios antes de salir de un salto por la ventana, la cerré y regrese a mi libro.

Esa noche Bella no tuvo pesadillas tampoco durante toda la semana, me sentía orgullosa de ella, el sábado estaba terminando de empacar mis cosas, arrendaría este lugar así que estaba empacando lo importante que me llevaría, deje todo de lado al escuchar unos insistentes golpes en la puerta, la abrí encontrándome con Bella.

—¿No te di unas copias de las llaves de esta casa? —le pregunté.

Pareció caer en cuenta de mis palabras y se sonrojo, la mire divertida.

—Ups, tenía la mente en otro lado y simplemente lo olvidé —dijo.

—Bels, cielo... son las 5 de la mañana, ¿qué haces aquí tan temprano?, deberías estar durmiendo.

—Acompáñame a la reserva —pidió.

Me tense un poco, ya lo sabe.

—¿Qué quieres hacer allá? —le pregunté.

—Dya, te cuento después, por favor, vamos —pidió haciendo un muy tierno puchero.

Suspire rendida.

—Bien, vamos —tome un abrigo y se lo lancé —No creías que te dejaría salir con sólo eso ¿O si? —dije al ver que me miraba confundida.

Se miro y cayó en cuenta que sólo llevaba una camiseta ligera un pantalón de e chándal, se puso rápidamente mi abrigo y subió la corredera hasta el cuello, nos subimos a su camioneta y manejo de camino a la reserva.

Al llegar a la casa de Billy las luces estaban apagadas, mire a Bella y ella me regreso la mirada.

—A la mierda —murmuró bajando de la camioneta, yo lo hice segundos después.

Casi corrió a la casa y aporreo varias veces la puerta, Billy abrió la puerta somnoliento y nos dejó pasar.

—Buenos días, Billy, perdón por despertarte —le dije apenada.

—No te preocupes Dya —me sonrió en grande, entonces miro a Bella —Bella ¿Qué haces levantándote tan temprano?

—Hola, Billy, tengo que hablar con Jacob ¿Dónde está? —pregunto Bella.

—Esto... En realidad, no lo sé —mintió muy serio.

—¿Sabes qué está haciendo Charlie esta mañana? —inquirió Bella, la mire confundida.

—¿Debería?

—Él y media docena de vecinos se han dirigido al bosque con armas para cazar lobos gigantes —la expresión de Billy se alteró unos segundos para luego poner un rostro carente de expresión —Así pues, si no te importa —añadió —Me gustaría hablar con Jake.

Billy frunció la boca durante un buen rato y al final, señalando el minúsculo pasillo que salía de la entrada de la fachada con un movimiento de cabeza, dijo:

—Apuesto a que aún duerme. Estos días sale por ahí hasta muy tarde. El chico necesita descansar. Probablemente no deberías despertarle.

Bella lo ignoro y técnicamente corrió hasta la habitación de Jacob.

—Juro que no sabía nada de esto, pude haber evitado que viniera —murmure apenada.

—No te preocupes Dya, has intentado mantenerla fuera mucho tiempo, gracias —dijo, le sonreí y asentí.

Bella salió segundos más tarde.

—Creo que lo dejaré dormir un poco —dijo.

Mire a Billy.

—¿Ya desayunaste? —le pregunté.

—Acabo de despertar —dijo.

—Bien —me puse detrás de la silla y lo lleve hasta la cocina —Que te parece si me dices donde están las cosas y yo preparo el desayuno.

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