Capítulo 15. Alfas

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Erick

-¿Dices que quieres llevarte a mi cachorro de nuestro lado? -El semblante de papá era bastante sombrío, si bien era un hombre increíble, era un alfa en toda regla y obviamente me protegía con todo lo que tenía.

-Vivo cerca, muy cerca. -Joel estaba serio, no lucía para nada intimidado pero era cauteloso.

-Pero llevarlo al fin.

-Es mi omega, entiendo que es su hijo y lo quiere cuidar pero es mi omega, señor, nuestro lazo no se va a romper nunca y lo necesito conmigo. -Esto no estaba tomando un buen camino, no podía oler más que el fuerte aroma de mi alfa pero estaba seguro de que apestaba a posesividad y competencia.

-Es mi hijo.

-Es mi pareja y disculpe si no le agrado, no pretendo robarlo de su lado para encerrarlo en una jaula, no tengo ni la más mínima intención de apartarlo de su familia pero usted mejor que nadie debe comprender la necesidad de que estemos juntos. Nos pertenecemos y necesitamos de la misma forma.

El silencio quedó colgando en la sala de estar, ambos alfas estaban en una intensa guerra de miradas penetrantes, mamá y yo nos sentíamos excluídos, minimizados y aunque yo no me afectaba tanto debido a mi falta de olfato, podía sentir al lobo de mi pareja como reclamaba a la mía. Era incómodo, pesado y no sabía como iba a terminar esto pero yo quería irme con Joel, quería estar todo el tiempo a su lado, dormir en sus brazos, amanecer calentito con su cuerpo cuidando al mío. Tenía que hacer algo...

-Papá...yo...quiero irme con él. -Mi voz salió tan bajita y lamentable, marchita y poca cosa pero no podía competir contra dos alfas en reto.

-¿Quieres irte con él? -Mi padre había bajado varios tonos a su irritación en la voz, me miraba con...¿Cómo estaba mirándome?

-Si...es...es mi alfa. -Lo dije, no me morí, contrario a eso sentí un alivio tan grande. Mi Joel me miraba con tanto amor, sabía cuanto bien le hacía escucharme hablar así, de referirme a él de esa forma y eso me dió valor. -Yo los amo porque son los mejores padres del mundo, han hecho todo por mí y los voy a extrañar pero yo ya no puedo estar sin él, es mi destino y estoy enamorado.

-Bebé. -Susurró mi alfa y caminó hacia mí. No fue cauteloso, no tuvo miedo, solo llegó a mí y me abrazó fuerte. Si olor a amor me llenó el alma y supe que no había mejor lugar en el mundo para estar, que sus brazos.

-Está bien...comprendo, esto es lo que necesitaba escuchar. No iba a dejar irse a mi cachorro con un tipo que no lo merece, ya me ha quedado claro que su lazo es firme.

-¿Qué? -Chillé en dirección a mi padre, él ahora estaba sonriendo y eso me soprendió.

-Eres mi único hijo, mi pequeña flor. Es normal que quiera protegerte y se que muchos se han querido aprovechar de tu particularidad pero verte así ahora, capaz de enfrentar a tu propio padre, hace que me sienta orgulloso de tí y tranquilo de saber que te vas porque encontraste el amor. Se que no puedes sentirlo pero las flores silvestres brotan dulcemente de tu piel.

-Papi...-Corrí hacia él llorando, papá siempre ha sido mi ejemplo, siempre me ha amado incondicionalmente pero es un poco seco para expresarse, escucharlo decir esas palabras, hace que me sienta como un pequeño bebé.

-No llores cariño, estamos felices por tí. -Mamá se unió a nuestro abrazo de oso, realmente mi alma estaba tranquila, confortada, amada y completa.

-Bueno...ya basta de lloriqueos, muero de hambre y estoy esperando ese filete. -Papá tenía la voz cortada, quiso mucho disimular pero se le notaba que estaba sensible.

-¿Te quedas a comer, Joel? No es por alardear pero mi filete con papas asadas es lo mejor que vas a probar en la vida. -"No señora, su hijo lo es". Escuché a mi alfa decir mediante nuestro vínculo y mi piel enrojeció.

-Claro, será un placer. -Respondió en cambio para mi mamá y guiñó un ojo en mi dirección. ¡Maldito bastardo! Si sabía que eso me haría calentar.

-Pues entonces vamos a relajarnos, tomen asiento mientras pongo la carne.

Mamá salió a la cocina con un aire de alegría que era contagioso, yo me senté junto a Joel y él tomó mi mano para dejar un beso sobre el dorso, mi corazón se aceleró sin poder evitarlo, estaba enamorado perdido. Él solo me sonreía bonito, como si estuviéramos solos los dos en la habitación, como si papá fuese un mueble pero es que era tan hermoso, con esos labios que amaba besar y esos ojos divinos.

-Entonces, Joel...¿Seré abuelo pronto?

-¿Qué? ¡Papá! -El momento de observar a mi alfa se rompió de golpe, mi padre estaba loco de remate.

-¿Respuesta sincera o de yerno ejemplar? -Apreté la mano de mi hombre, estaba serio para dirigirse a papá y yo estaba nervioso.

-Sincera, por favor.

-Creo que si...que podríamos ser papás más pronto que tarde.

Silencio.

Silencio.

Silencio.

-Me parece genial, a decir verdad siempre he querido un nieto, me gustan los niños pero tenía las esperanzas perdidas con Erick. Siempre ha sido repelente de alfas.

-¿Pero qué jodidos? ¡Papá! ¿Te volviste loco?

-Erick...no hables así a tu padre.

-Perdón. -Bajé la mirada enseguida, no había usado su voz de mando pero me había regañado y mi omega se sentía intimidado.

-No puedes ser un lobito grosero. -Habló con ternura al percatarse de mi estado y se acercó a mí, su aliento cálido en mi oido. -Solo puedes ser una lobita sucia cuando te esté cogiendo rico. - Este maldito, sabía lo que causaba en mí, sabía que estaba excitado, sabía que mi papá estaba mirando.

-Tiene razón, no crié un cachorro maleducado. -Pobre papá, no se había percatado de que su yerno era un grosero maltratador de traseros de Ericks.

-Yo me encargaré de educar a este pequeño, señor, déjelo en mis manos.

-Ustedes dos, son unos alfas tan...tan...¡Aish!

Me fui de ahí muerto de vergüenza. Joel no tenía escrúpulos y era muy mal novio o lo que sea que fuéramos. ¿Cómo podía hacerme semejante cosa delante de mi padre? Llego a la cocina muerto de humillación, calor, deseo y mi mamá obviamente lo notó. Me dirigió una mirada escrutadora y supe que mi semblante era un caos. Abrió sus brazos para mí y me envolvió en un calor maternal que agradecí.

-¿Qué pasó?

-Esos dos, resulta que ahora son amigos. -Respondí sarcásticamente y la escuché reir.

-Pero eso es bueno, mi niño. Es muy bueno que tu alfa y tu papá se sepan entender.

-Mamá pero...

-Pero nada, Erick. Es saludable y además, Joel no es un muchacho, te saca unos años y aunque es más joven que tu padre, es normal que congenien.

-Mamá... están hablando de que quieren nietos y el idiota de Joel le dice que si...que pronto será abuelo. ¿Es eso normal? Ni siquiera lo conoce. -Yo casi había gritado y mi mamá quedó con la boca abierta como un pez, nos quedamos en silencio hasta que al fin esa traidora habló.

-Pues debo decir que me encanta ese Joel...espero que los cachorros lleguen pronto.

Smell ll JoerickWhere stories live. Discover now