Capítulo 6. Flor

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Joel

Su cuerpo descansaba hecho pedazos sobre la cama y mi respiración no mejoraba. Habían pasado horas desde la primera vez que lo ayudé a aliviarse y cinco alivios después, al fin se quedó dormido de verdad. No se como he sido capaz de soportar tanto tiempo sin hacerlo mío porque su olor ha opacado casi todo pensamiento racional que hay en mí. Desde la primera vez que lo ví, lo supe, supe que ese chico era mi pareja y Dios sabe lo feliz que se sintió mi corazón. Jamás había visto a una persona tan hermosa.

Mirarlo dormir desnudo es todo un desafío, debatirme entre despertarlo para hundirme en él o permitir que descanse, ha sido una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer. Luce precioso, tranquilo, apacible, en paz, es perfecto y se que es mío aunque esta burbuja se rompa en cuanto su celo desaparezca. Eso me resulta muy extraño, se que me reconoce como su alfa pero no ha sido así desde el comienzo, no al menos de la forma que se supone que sea. Lo normal habría sido que reaccionara a mi aroma de la misma forma en que yo reacciono al suyo.

Mis pensamientos siguen dando vuelta en círculos dentro de mi cabeza, algo no está bien con lo nuestro y me da miedo, nunca he sido fanático del tema de los destinados pero ahora que lo encontré, no quiero perderlo porque me perdería a mí mismo. Es difícil de explicar pero en nuestro mundo, cuando conoces a tu pareja, el vínculo es inmediato, existe una extraña conexión que nos une y es para siempre, es fuerte, irrompible y más aún cuando el alfa reclama al omega como suyo, cuando deja su marca. Un sonido de llaves me pone en alerta y reacciono tapando su cuerpo desnudo, él ni se mueve, está cansado después de tantos orgasmos. Salgo de la habitación y me dirijo a la planta baja como si fuera mi casa, se que es una omega, debe ser su mamá y es hora de conocerla.

-¿Pero que diablos? ¡Jesús! -Exclama sorprendida cuando me ve y sus ojos me indican que si es su mamá, son como los de Erick.

-Hola, lo siento...soy Joel...Joel Pimentel. -Ella me mira como si le hubiese hablado en chino y eso me permite saber que no tiene idea de mi existencia, duele porque significa que él no me ha mencionado. -Soy... -Dejo la frase a medias cuando la observo tomar una fuerte aspiración por la nariz, no tiene que esforzarse mucho para entender lo que ha pasado y espero en silencio a que hable.

-Erick entró en celo...si estás acá, sospecho que eres su alfa. -Una mezcla de preocupación y alivio se deja captar en su tono de voz y eso solo hace que me intrigue más.

-Si... está en celo pero no se preocupe, yo...yo no le hice nada. -Sus ojos se abren con curiosidad, supongo que debo estar al menos, sonrojado.

-Disculpa... soy Daysi, la mamá de Erick. Acompáñame. -Algo en sus palabras no me hace sentir cómodo pero de igual manera la sigo hasta el sofá y espero a que se siente para hacer lo mismo yo.

-Usted dirá. -Ella me mira curiosa, como si me evaluara pero no de mala manera sin embargo espero a que decida hablar.

-El celo de Erick no debía llegar hasta la próxima semana, es extraño porque siempre es regular. Hace unos días que no va a la Universidad y eso me llamó la atención. Fingió estar en celo para que no lo pusieran como ausente injustificado pero soy su mamá y obviamente se que algo no está bien. Lo extraño es que ahora si que lo tiene y tú estás aquí, lo que significa que realmente eres su alfa, por eso se adelantó.

-Bueno...si, soy su alfa.

-Pero no lo reclamaste.

-No.

-Debo decir me deja tranquila saber que no te aprovechaste de su necesidad aunque realmente entendería si lo hubieses hecho pero...¿Cómo lo tomó él?

-¿A qué se refiere? -La señora era muy agradable, hablaba como si me tuviera confianza pero la sentía intranquila, tal vez de saber que su hijo estaba en su celo y su alfa estaba cerca.

-¿Desde cuándo conoces a mi hijo?

-Hace cinco días, el lunes. -Pareció meditar mis plabras. Casi podía ver los engranajes dentro de su cabeza dar vueltas hasta encajar.

-El último día que fue a clases.

-Si.

-¿Pasó algo allá?

-Bueno...no lo se. Fue...extraño.

-¿Extraño?

-Si...tuvimos algo así como un encuentro no deseado y él...no lo tomó bien. No pude evitar acercarme, usted sabe como funciona esto, fui respetuoso, no lo traté mal, simplemente...estaba siguiendo mi instinto pero él... él...

-Fue grosero y te rechazó. ¿Cierto? -La tristeza se dejaba asomar en sus ojos, yo también me sentía así, no es bonito que tu omega no te acepte.

-Si.

-Eso suena como algo que Erick haría, mi hijo no es un mal niño. Es muy bueno y es cariñoso con las personas que quiere pero tiene esa capa protectora siempre puesta.

-No se si es una capa protectora pero realmente sabe como hacer sentir mal a alguien. -Sonreí con amargura, ciertamente así me sentía.

-Si, lo se pero si estás acá es por algo, a menos que hayas irrumpido a la fuerza, pienso que él te dejó pasar, eso es un avance.

-Bueno...si, tal vez aunque... realmente todo es a causa de su celo. Antes de eso era como si no me reconociera. Es raro, era como si algo lo frenara, como si mi olor no le pareciera atractivo o algo.

-¿Tu olor?

-Si...no lo se, solo, no lo se. Creo que si siente que somos destinados pero no lo suficiente como para aceptarlo. Ahora que lo pienso, solo se dejó...o sea, solo quiso algo conmigo cuando su celo rompió pero, ni aún así ha buscado calmarse con mi aroma. -Algo en sus ojos me anunció que lo que sea que iba a decir, no iba a ser bueno pero una vez más...esperé.

-Sobre eso...creo que no lo sabes pero Erick no pu...

-¡Mamá! -El chillido de mi omega nos sobresaltó a ambos, cuando miré en su dirección, pude notar que estaba enojado y supe que ya había pasado el efecto de su celo, al menos por ahora.

-¡Cariño! -Respondió la señora notoriamente queriendo parecer tranquila.

-Mamá...no. -No se de que me estaba perdiendo pero hasta aquí me llegaba el olor de la advertencia de Erick para su madre, lucía realmente molesto a pesar de estar aún tan jodidamente desecho por todos los orgasmos que le regalé.

-Erick, cariño yo solo...

-No. -Gruñó como un lobito berrinchudo y aunque mi lobo lo encobtraba adorable, no me gustaba que tratara así a su mamá.

-Ve a tu habitación. -Mi voz de mando salió sin permiso, supe enseguida que no le agradó pero agachó su cabeza.

-Pero...yo...

-A tu habitación. -Volví a ordenar y me dolió ver su caminar marchito, sabía que su parte trasera estaba lastimada, cojeaba sin embargo, hizo lo que mandé.

-Eso...eso...¡Wow! Él realmente te hizo caso. ¡Te hizo caso! -Ella estaba casi eufórica, sorprendida pero alegre y eso me resultaba extraño.

-Eh...

-Ve con él...corre ve, te necesita.

-Pero...señora, me odia.

-No te odia, solo...solo...deja que sea él quien te cuente. -Me tomó ambas mejillas con sus manos y a pesar de que era raro, no me solté. -Mi hijo es muy...peculiar, no es como el resto y ha pasado toda su vida viviendo bajo el lema "Nunca tendré un alfa y no me importa" pero esa reacción es porque te acepta, sabe que eres tú. Ve con él, ya en su momento sabrás cual es su peculiaridad, la otra debes haberla notado...su loba. Yo voy a irme a un hotel, llamaré a su papá para avisar que no venga, necesitan pasar su celo juntos, es importante.

-Pero...señora...

-Por favor...ve con mi hijo, tiene muchas espinas pero en el fondo, es la más bella y delicada flor.

Smell ll JoerickWhere stories live. Discover now