Capítulo 18. Vacaciones

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Joel

-Eso sería todo lo que van a necesitar para el examen. Estudien, estudien bastante porque veo que sus calificaciones no son las esperadas y no quiero parecer injusto pero no regalo notas.

-Señor Pimentel...¿El examen será la próxima semana? Hoy se acaba el trimestre y tenemos dos semanas de vacaciones.

-Lo se, Leandro...pero no será la semana que viene, voy a aplicarlo cuando regresen de vacaciones. -Un murmullo que evidenciaba inconformidad, se expandió por el salón. Se que no esperaban mi noticia pero realmente no me importa, deberían esforzarse más.

-Pero...

-Pero nada, les he dado tres meses de contenido importante y necesario, es justo que tengan sus vacaciones de invierno, que pasen sus fiestas con sus familias pero si están estudiando una carrera en la Universidad, tienen que aprender a llevar todo a la vez. Además...si han prestado atención a mis clases, no veo cual es el problema en que los examine. -Interrumpí al chico, realmente quería que se fueran ya a sus casas las dos semanas.

-Está bien...solo, no sea rudo señor Pimentel.

-No lo soy, no soy un profesor amargado que disfruta de la agonía de sus estudiantes, solo quiero saber cuan bien están en las materias que llevan conmigo. Ahora, ya pueden irse, está al tocar la alarma de salida y se que desean salir corriendo de acá. Felices fiestas chicos, disfruten a sus familias y nos vemos el próximo año.

-Felices fiestas. -Se escuchó una respuesta masiva y con un alboroto digno de fin de clases por dos semanas, salienron a tropel.

-¿Tienes algo más que hacer o ya podemos irnos? Muero de hambre. -El omega embarazado más hermoso del mundo, estaba frente a mí con su pequeña pancita ya notoria, todo mi humor de perros se esfumó y sonreí para él, era precioso y era mío.

-Mi amor, mi pequeña bolita tragona. Ya nos vamos bebé, deja que recoja mis cosas. -En la Universidad nadie sabía que éramos pareja, se que algunos profesores y alumnos tenían alguna sospecha porque era muy evidente la forma en que nos mirábamos pero habíamos aprendido a lidiar con las formalidades.

-Está bien, Joey, voy a sentarme.

Apuré mis movimientos para no demorarme, sabía que Erick estaba muy cansado constantemente y no me gustaba hacerlo incomodar. Desde hace casi tres meses que sabemos que seremos padres, como bien yo sabía desde antes de hacerle aquella prueba. De más está decir que quedó embarazado durante su celo, en esos días en que prácticamente le hice el amor de todas las maneras posibles. Él lo tomó bien, después de la escena de berrinche de esa mañana en que le dije mis sospechas, cambió totalmente y para bien, asumió de forma increíble su etapa de gestación y está contento, cosa que me alivia mucho y me hace feliz porque yo realmente tenía miedo de que en algún momento fuera a sentirse arrepentido.

-Listo amor, vamos. -Le hablo cuando ya tengo en mis manos los papeles y carpetas, muero por entrelazar nuestros dedos pero prefiero esperar a que salgamos del área docente.

-Joey...¿Por qué eres malo con nosotros? Nadie va a estudiar nada estas semanas. -Cuestiona con sus cejas levantadas en un bonito gesto, tengo tantas ganas de besarlo.

-No soy malo, la mayoría no presta atención, se salta los turnos y después quieren las mejores notas, no voy a regalarle puntos a nadie, Erick.

-Lo se pero...

-Pero nada, es mi deber, es mi trabajo enseñar y evaluar lo que les imparto, no es mi culpa si no ponen de su parte.

-Está bien, no dije nada, de todos modos soy el mejor de la clase. -Se que no lo dice precisamente para resaltar esa verdad pero me da risa el aire de arrogancia que usa para ello, es tan hermoso.

-Eres una cosita orgullosa. -Vuelvo a sonreir como idiota, realmente estoy enamorado como adolescente.

-No, solo soy realista. Soy el mejor de la clase y lo sabes, alfa malo. -Me apunta con su dedito y unos deseos casi incontrolables de morderlo me atacan pero seguimos en el campus universitario y es mejor evitar.

-Si lo eres, amor. Eres el mejor.

-Gracias Joey. -Sonrie para mí y se agarra su pancita, aún es pequeña pero se le nota y amo verlo así. -De verdad tengo mucha hambre, este bebé es un glotón, a veces pienso que es más de uno.

-Puede ser, es una posibilidad. -Digo para él, también lo he pensado, realmente cuando fuimos al médico por primera vez, solo pudo examinarlo muy pobremente y es que mi lindo novio quería morder al doctor, no dejaba que lo tocara.

-¿Te imaginas? -Sus ojitos brillan hermosos y esperanzados, yo vuelvo a enamorarme de él y de la idea de tener más de un cachorro.

-Claro que si, sería bonito tener dos mini mí ahí corriendo y saltando.

-¿Mini tú? Pfff...mini yo serían, yo soy quien carga la mercancía, compañero.

El tono que utiliza para decirlo es tan gracioso que termino riendo como idiota, él hace lo mismo y así llegamos al auto. Abro su puerta para que se siente cómodo y paso su cinturón de seguridad sobre su pecho para ajustarlo. Él sonríe, le gusta que lo cuide, me lo dice siempre. Doy la vuelta para llegar a mi puesto y enciendo el motor para dirigirnos a nuestro hogar, tenemos dos semanas libres para descansar, pasear, disfrutar de la tranquilidad, dormir y mimar mucho a mi bebé.

-Amor...¿Ya tus papás tienen listas las cosas para la Navidad? -Cuestiono mirándolo por el rabillo del ojo, no me gusta quitar la vista de la carretera cuando conduzco, mucho menos si voy con él, muchísimo menos si está esperando cachorros.

-Creo que si, la verdad es que mamá es un poco intensa en esas fechas, le gustan las fiestas llenas de lujos aunque siempre hemos sido solo ella, papá y yo. Así que ahora que estás tú y dado el amor que te tiene, me imagino que va a tirar la casa por la ventana.

-¿Por qué dices eso?

-Porque es verdad, ella te ama, papá te ama, pareciera que tú eres el hijo y yo el novio. -Hace un puchero precioso que si me tomo el tiempo de mirar porque estoy en una luz roja, sonrio como idiota, lo amo.

-¿Estás celoso, bebé?

-¿Celoso yo? No.

-¿Seguro?

-Seguro, solo que...eres mío, Joel, no me importa si es mamá o si es papá, eres mío y no quiero que nadie te toque. ¿Entiendes? -No se en que momento su tono se puso tan...duro pero se que no está bromeando.

-Soy tuyo, bebé. -Admito dulcemente porque no quiero que se enoje, el embarazo le pone las hormonas locas y puede pasar de estar feliz a querer matar a alguien en solo segundos.

-Lo se, solo...recuérdalo.

-No lo olvido nunca porque soy feliz siendo tuyo y de nadie más.

-Bueno...entonces, llévame a comer Joel Pimentel, por tu culpa ahora tengo hambre.

-¿Mi culpa?

-Si... tú te corriste adentro.

Smell ll JoerickWhere stories live. Discover now