Capítulo 29 Baño

594 50 13
                                    


Erick

-Si mami, todo está listo para esa hora.

-¿No es mucho pedir que vengan antes? Es que tu padre y yo estamos locos por ver a los niños.

-Pero si los vieron ayer.

-No importa, tú no entiendes, queremos pasar más tiempo con ellos y nos hace feliz que estén acá, aunque Jayden se parece mucho a Joel, Jared es casi como tú, su personalidad...no entiendes, pequeño pero que los cachorros estén en casa, nos llena de vida.

-Está bien, mami, trataré de apurar al alfa vago con el que me casé para llegar antes.

-Gracias mi pequeño. Nos vemos pronto.

-Nos vemos, besos a papá.

Corto la llamada con mamá y camino despacio hacia la habitación, Joel duerme como perezoso y no quise que despertara por escucharme hablar, anoche llegó muy tarde de la editorial y se que está cansado de verdad, además, los gemelos están en nuestra cama también, desde que nuestra pequeña Lía dió su primera patadita, los tres bobos que viven conmigo están igual de emocionados, pasan el día entero acariciando mi panza, hablando bajito para que ella se familiarice con sus voces, a veces inclusive me marcan con sus aromas para que Lía los reconozca y aunque me parece tierno de parte de los gemelos, se que más que instinto, lo que hacen es copiar al idiota de su padre que por cierto, no hay Dios que lo haga no marcarme cada vez que hacemos el amor, como si no fuera ya suficiente nuestro lazo.

-Hola...¿Dónde estaba mi lobita embarazada? -Mi alfa está ya despierto y la imagen que tengo delante, derrite mi corazón. Está medio sentado con su espalda en el cabezal de la cama mientras que los gemelos duermen cómodamente entre sus brazos, Jayden con su carita en el cuello de su padre, Jared reposa tiernamente sobre su abdomen.

-Hola Joey, estaba hablando con mamá, no los quería despertar. -Sonrío enamorado de mi familia, realmente me llena el alma verlos ahí.

-¿Y qué dice?

-Me pidió que llegáramos antes, quieren estar más tiempo con los niños.

-Tu madre cree que mis hijos son de ella, dile que haga sus propios gemelos. -Se que no le moslesta en realidad, se lleva muy bien con mamá y ella lo ama pero a pesar de que le gusta que mis padres vean por los ojos de los cachorros, Joel es un alfa posesivo, demasiado.

-No seas bobo, solo los aman. -Hablo mientras camino a la cama, con seis meses de gestación y una bebé que demanda constante comida, mi panza es muy pesada y me agoto rápido.

-Lo se pero son míos. -Es involuntario el gesto de apretarlos entre sus brazos, entiendo que sea así, fue muy fuerte para él cuando nacieron, aún tenemos conversaciones sobre eso y es un tema que no puede superar.

-Y míos. -Agrego cuando ya estoy subido a la cama, Jared me siente aún en sus sueños y se voltea para quedar más pegado a mí, para nadie es un secreto que nuestra conexión es diferente.

-Bueno, si.

-Ahora ya deja de ser un alfa enojón, te salen arruguitas en la frente.

-No soy enojón, solo dejo en claro que esos cachorros son míos.

-¡Ay Joel! Todo el mundo sabe eso, nadie te los quiere quitar.

-Por si acaso. Ahora ven, besa a tu alfa. -Susurra para mí y a pesar de que estamos los cuatro en la cama, nos las arreglamos para darnos un beso que no va más allá de algo tierno, jamás nos expondríamos a otro tipo de acto físico cuando los niños están con nosotros.

-Te amo, gruñón. -Sonrío cuando besa suave mi frente, adoro esa parte de él, siempre dejando pequeñas muestras de amor y respeto por mí, es lindo lo que me hace sentir y no sabría como vivir en un mundo donde me falte.

-Y yo te amo más, te amo tanto pero me tienes en abstinencia hace una semana, bebé. Hoy Jayden y Jared van a quedarse a dormir con tus padres y no es un pedido.

-Pero...¿No qué decías que son tus hijos y que mamá mandara a hacer los suyos? -Sonrío con picardía, se que quiere tiempo para ambos, esta última semana ha sido imposible que los cachorros duerman en su habitación y aunque disfrutamos de tenerlos siempre, realmente también deseo mucho que mi alfa me haga suyo, el embarazo descontrola mucho mis hormonas y estoy más sensible y excitado constantemente, una semana sin sentirlo dentro de mí, es mucho, demasiado.

-Son mis hijos pero tú eres mi omega y tengo tantos deseos de follarte... necesito enterrarme en tí, bebé, necesito cogerte y empujar hasta que grites mi nombre, llevo demasiados días sin que me aprietes y mi pene te necesita. -No puedo decir que no deseo lo mismo, la verdad es que me excita escucharlo hablar así y siento como comienzo a calentarme.

-Ya basta, Joel...los niños. -Susurro bajito para que se detenga, el idiota ha comenzado a acariciar mis muslos y está llegando peligrosamente cerca de mi reciente erección. -Joel...no.

-Déjame cogerte bebé...rapidito, en el baño.

-Joel...

-Vamos...los cachorros no se despieran hasta las nueve. -Pide mientras aprieta mi muslo derecho y me remuevo incómodo, los niños están dormidos y siento que soy un mal padre por permitir que mi alfa me manosee en su presencia.

-Solo...rápido. -Al final también caigo en el juego, también necesito a mi alfa jodiéndome fuerte mientras me agarro de la encimera.

Salimos de la habitación tratando de hacer el menor ruido posible, ambos bebés siguen dormidos y acomodamos los cojines y colchas a su alrededor para que no haya ningún percanse. Joel camina detrás de mí hasta quedar dentro del baño y antes de que pueda decir algo, me besa con urgencia, con hambre y necesidad mientras baja mis pantalones por mis piernas. El beso es desordenado y torpe pero jodidamente me calienta el desespero que tiene por mí. Me voltea de frente al espejo que abarca toda la pared de la encimera y por el reflejo veo como sus ojos se tornan rojizos, su alfa está tomando el control y mi omega como buena sumisa se abre de piernas.

-Si supieras lo rico que te sientes. -Gruñe en mi oido cuando se empuja en mi interior, no es delicado, ni siquiera me prepara y debo decir que arde como el jodido infierno sin embargo solo mirar su reflejo perfecto mientras muerde su labio, hace que el lubricante se desparrame entre mis muslos.

-Al...alfa... -Jadeo agarrándome fuerte del borde, él comienza a moverse demasiado rápido, demasiado duro, demostrando que lo que antes dijo era real, el deseo que siente por mí, solo crece a medida que va llenándome.

-Eso lobita...gime para tu señor. -Sus embestidas son violentas y no demora nada en encontrar mi punto, tiene que tapar mi boca con una de sus manos porque mi gemido es tan alto que temo despertar a los niños.

-¡Joel!

-Voy a venirme.

Gruñe algunos minutos después, no ha sido precisamente el más duradero de todos pero ha estado muy bien, sobre todo porque ha jodido muy fuerte mi próstata y he pasado los últimos diez minutos chillando en su mano, empujándome hacia él para que se entierre más, temblando como hoja al viento cada que choca en ese nervio que lleva mi cuerpo a la cima. Su mordida anuncia que va a acabar y a pesar de que no me anuda, siento como su semen invade todo mi conducto, como se apropia de mis paredes y se queda ahí, donde pertence. El mío reposa en el suelo del baño y Joel tiene que sostenerme porque me fallan las piernas.

-Pa...¿Por qué lloras?

Y todo se rompe cuando la voz de mi tierno Jared, nos avisa que no fuimos lo suficientemente silenciosos.

Smell ll JoerickWhere stories live. Discover now