Capítulo 22 Año nuevo

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Joel

La Navidad pasó volando y con ella la noticia del embarazo, confirmado de gemelos. Mis suegros habían puesto el grito en el cielo, al punto de que Erick tuvo que intervenir porque su papá, que tan bien se llevaba conmigo y tantos nietos que quería...casi se me va encima. Ahora me causa gracia pero en ese momento todo fue un caos. Erito estaba histérico, enfurecido y con los ojos tornándose rojos, su alfa queriendo dominar al mío y aunque yo sabía que era una reacción normal porque quería proteger a su cachorro, no pude evitar defenderme y más importante, defender a mi omega y mis hijos.

Cuando mi suegro caminó hacia mí con toda esa ira desbordada, mi lobo tomó el control y gruñí como bestia, mi alfa no era común y me sentía orgulloso de ello. Mi suegra bajó la cabeza, mi suegro detuvo su andar y mi precioso omega...se metió en medio. Sus temblores fueron lo único que me hizo detenerme, estaba en mis brazos como un niño pequeño, su omega se sentía amenazada aunque obviamente no había sido con ella pero la situación era comprensiblemente difícil para los dos omegas en la sala de estar.

-¿De qué te ríes, alfa tonto? -Mi pequeño autobus embarazado me sacó de los pensamientos, al alzar la mirada pude distinguir sus ojitos achinados mirándome con medio reproche, era celoso en extremo y cada vez que me veía sonreir, se inventaba un millón de ideas locas.

-Eres rudo para ser un omega. -Respondí con burla, me gustaba molestarlo a veces, se veía bonito enojado.

-Y tú eres muy gay para ser alfa. -Mi risa salió incontrolablemente alta, era tan ocurrente. -¿De qué te ríes? ¿Acaso he dicho algo gracioso? ¿Quieres empezar el año con un diente menos?

-¡Wow! Vamos a ver si nos calmamos.

-Estoy calmado, no entiendo de que te ríes ahí tú solo. -Sus puños estaban apretados, su mirada estaba seria y esa era mi señal para terminar esto, el embarazo lo tenía en un estado completamente discordante y yo no quería que peleara.

-Necesito que te calmes. Estás empezando a estresarte por algo que no tiene sentido, recordaba cuando en Navidad las cosas se salieron de control por la noticia de los cachorros, eso es todo. Estamos enlazados, bien puedes saber si miento o no mediante nuestro lazo.

-Pero...

-Pero nada Erick. Mira, yo entiendo que tus cambios de humor son por el embarazo, que las hormonas te ponen sensible pero no me gusta que desconfíes de mí cada que tienes un chance. Una cosa es que seas celoso, eso no tiene problemas, yo también lo soy pero no me paso la vida pensando en que vas a cambiarme por otro alfa. Te he dicho mil veces, Erick que somos almas gemelas, que te amo, que estoy enamorado de tí. Vamos a ser papás, estás esperando a mis bebés, llevas un anillo en tu dedo porque quiero casarme contigo. No se cual de todas esas cosas te lleva a pensar que quiero a alguien más.

-Pero...me voy a poner gordo. -¿Cómo podía yo enojarme en serio cuando me salía con esto?

-¡Aishhh! Odio que hagas ese puchero, no puedo estar molesto cuando haces eso. -Sus ojitos brillando en mi dirección, con las lágrimas a punto de descolgarse, su carita de no haber roto un plato en la vida, como si no fuese una total desvergonzada en la cama y yo era débil. -Ven acá pequeña lobita manipuladora. -Hablé con tono suave y vino hacia mí, amaba cuando usaba sus encantos para tenerme comiendo de su mano.

-Perdona papito...¿Si? Ya no seré una lobita mala, voy a portarme bien. ¿Me perdonas papito? -Maldito hijo de puta, si que le gustaba aprovecharse, sabía que me calentaba cuando hablaba así, sabía que me daban deseos de devorarlo y lo usaba en mi contra.

-Si sigues hablando así, vas a empezar el año con un nuevo bebé porque te voy a llenar tanto que...

-¡Hola chicos! -La voz de mi suegra interrumpió mi explicación sobre la forma en que iba a romperle el trasero y toda la calentura se congeló en pocos segundos. No se ni por donde entraron esos dos a nuestra casa.

-Hola mami, hola papá. Joel y yo estábamos hablando sobre nuestros bebés, él está tan emocionado por estos que ya está pensando en buscarles hermanitos. -El silencio se hace palpable, denso, incómodo y yo quiero desaparecer sin embargo mi pequeño omega comienza a reir como si hubiese hecho el mejor chiste de la historia.

-Er...-Lo regaño sin ser brusco, después del incidente, todo volvió a la normalidad con sus padres pero tampoco era de buen gusto soltar algo así.

-Lo siento, amor pero... algún día tendrán hermanitos.

-Erick.

-Es verdad, además... aprovecho que estamos ya todos aquí, Joel y yo nos vamos a casar, seremos esposos y está bien que se hagan la idea que yo ya estoy embarazado, que tengo una vida sexual activa y plena y que eventualmente si quiero darle más hermanitos a mis bebés, quiero tener una familia grande porque mi alfa me hace feliz y quiero que tengamos muchos hijos.

-Erick. -Lo atraigo a mi cuerpo sin ser tan brusco pero necesita callarse ya o esto va a ponerse peor que Navidad.

-Joey...

-Basta ya. -Le hablo bajo, bastante pero él baja su cabecita y pone cara de perrito triste pero no puedo permitir que delante de sus papás se ponga así.

-Lo siento, alfa.

-Bueno, ven aquí. -Lo pego más y dejo un beso en su frente, siento como se estremece y me pone contento, amo su ternura. -Vamos a cenar, ya casi son las nueve y no has comido desde la merienda.

-Si tengo hambre, estos bebés exigen mucho. -Sonrío para él y hago una seña a sus padres para expresar que todo está bien, entienden y juntos vamos a la mesa.

-Pero que delicioso se ve todo, mi bebé es todo un chef. -Su madre sonríe mirando la variedad de platos en la mesa y casi respondo pero mi bebé se adelanta.

-No fui yo, fue Joel quien hizo todo, a penas me deja levantarme para ir a la Universidad. Mi alfa es el chef, él preparó todo. -Un ataque de ternura se apodera de mí, el brillo en sus ojitos mientras lo dice, me llena el alma de tanto amor que las lágrimas se acumulan aunque no les permito salir.

-Mi amor. -Hablo en cambio y lo miro sentarse con cuidado, su pancita no es grande pero se nota bastante y la cuida mucho, adoro ver como pone sus manitos encima para no lastimarla.

-¡Wow! Mi yerno si que es un alfa en toda regla. ¿Quién diría que mi pequeño sería el dueño de un hombre así? -Daysi está realmente contenta, le agradezco con una sonrisa y miro a Erito de pasada, está serio pero me asiente con la cabeza y ese gesto me transmite tranquilidad. Nada me detendría de estar con el amor de mi vida pero obviamente es más fácil si todos están de acuerdo.

-Bueno... mamá, deja de alabar a mi hombre. ¿Si? Es mío y así se va a quedar.

-Bebé...-Llamo su atención porque está soltando feromonas sumamente posesivas, tanto así que su papá hace un gesto raro con la nariz.

-Lo siento Joey...pero es que mamá...

-Hijo, basta ya de celos, tu mamá y yo solo estamos felices de que tu pareja sea un hombre bueno, que te cuida y se preocupa por tu bienestar. No seas bobo, pequeño, mamá me ama a mí como el primer día.

Todos quedamos en silencio después de eso, no fue para nada un regaño, al contrario, había usado un tono de voz super paternal, amoroso, comprensivo, inclusive había sonreído. Miré a mi chico y me dio ternura ver su carita, era como un pequeño bebé siendo mimado, observaba a su padre con adoración y una sonrisa acompañada de sus ojitos húmedos, al parecer esta sería la cena de año nuevo más sentimental de mi vida pero estaba bien, estaba perfecto porque en estas cuatro paredes, se encontraba todo lo que me importaba y mirar a mi omega con esa pancita, hacía que volara de felicidad. Eata noche a las doce, debajo del estallido de los fuegos artificiales, haría mi promesa a la Luna, la promesa de vivir cada segundo de mis pasos en la tierra...para hacerlo feliz.

Smell ll JoerickWhere stories live. Discover now