Con otros ojos

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Loryann

Pasó todo el día y no vi a Alex, ni siquiera en el comedor. Tía Clara me advirtió que le pediría mantenerse distanciado de mí y al parecer, él la obedecía al pie de la letra. En el receso le busqué junto a Marie, pero ni siquiera sus amigos sabían de él.

Podría decirse que me lo había quitado de encima, pero en realidad, me sentía devastada. Creí que estaba enamorado de mí; que sus besos buscaban enamorarme, pero solo bastó que mi tía le reclamara para desaparecer. No me quedó otra que reconocer que Alex, no sentía nada. Todo lo contrario, me jugó una broma y caí tan fácil.

Aproveché que mi tía debía quedarse un par de horas más para volver a la casa sola mirando al frente con dignidad, caminando con paso firme y aguantando las ganas de llorar hasta que llegara la casa.

Entré a la calle. A mi izquierda, las casas parecían estar llenas de vida. Niños jugando, Padres llegando con sus hijos. Y; ¿podría ser peor el ver a una pareja de mi edad, en su pórtico tomados de las manos y besándose?

Al otro lado comienza un área de bosque, lo que le da el nombre a la calle Wood Edge. De vez en cuando, de este salen animales que hacen destrozos en las casas, pero por lo general, no pasa de un bote de basura volteado por los mapaches o un venado perdido que aparece por entre los árboles de abetos y pinos.

«No estoy triste»; pensé. «Estoy enojada conmigo misma por creerle a un chico con fama de bromista». Así que tomé una decisión: «No me dejaré engatusar otra vez». Cuando vaya a la pasarela, seré fría como un témpano, indiferente como una reina malvada. El modelaje es todo el amor que...

—¡Psst!

Escuché a mi espalda, cuando entraba al patio de la casa.

Me volteé para ver, pero no había nadie tras de mí. Y antes de que pudiera avanzar, lo vuelvo a escuchar.

—¡Psst!

Volteo una vez más y no veo al bromista.

«Ok. Ya caí en cuenta».

—¡Deja de hacer eso! —grité enojada —. ¡O voy a llamar a la policía!

Eso fue suficiente para que apareciera tras un abeto, mirándome con una sonrisa que me enfadó más. Seguro que venía a ver cómo su broma, había funcionado.

—¡Vienes a burlarte!

—¡No, Espera! —dijo — ¡Vine a verte!

—¡Para verme, pudiste hacerlo en la escuela!

—¿¡Con tu tía pendiente de lo que hacía!? ¡No gracias!

—¿A qué te refieres? —pregunté.

—¿No te diste cuenta? —preguntó extrañado y luego añadió —: ¿No sabes que cada maestro y varios estudiantes, me estuvieron vigilando todo el día?

—Eso es un poco exagerado; ¿No crees? —repliqué incrédula.

—Te juro que es la verdad —dijo muy serio y noté la convicción en él.

Pero no le di el beneficio de la duda.

—¡Admítelo, todo eso de los besos fue una broma!

Corrió hacia mí y se detuvo justo frente al paseo de la casa. Unos metros nos separaban.

—Te juro que no. Tu tía me amenazó con denunciarme si me acercaba a ti. Me dijo que tú no querías verme.

—¿Mi tía? —pregunté claramente indignada que dijera semejante mentira —. Tía Clara no diría eso. Solo querías hacerme una broma.

Ladrón de Besos(Completa)Where stories live. Discover now